Neurosis es un término general para una condición en la que la ansiedad que se siente en la vida cotidiana y varios síntomas causados ​​por ella aumentan significativamente. Esto incluye el Trastorno de pánico, el trastorno obsesivo-compulsivo, la ansiedad social, el trastorno de ansiedad generalizada, la hipocondría, el trastorno disociativo, etc. 

La Neurosis es la forma más común de trastorno mental, siendo más frecuente en personas con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años.

1. ¿Qué es la neurosis? – Definición de neurosis

La neurosis es una categoría de trastornos mentales caracterizados por ansiedad y comportamiento de evitación. En general, el término se ha utilizado para trastornos en los que los síntomas son angustiantes para el paciente, el comportamiento no viola las normas sociales y no existe una etiología orgánica aparente. Dichas enfermedades se clasifican actualmente en ansiedad, trastorno asténico, distimia o depresión, trastorno obsesivo e histérico.

2. Neurosis de ansiedad – Síntomas, Tratamiento

Esta condición se caracteriza por una ansiedad excesiva que persiste durante más de un año. Entre los síntomas más comunes se encuentran inquietud, fatiga, falta de concentración, sensibilidad a estímulos externos, irritabilidad, rigidez de cuello y hombros, dolores de cabeza, palpitaciones, mareos e insomnio. 

El inicio es frecuente durante la adolescencia, estando presente también en personas mayores de 35 años, con mayor frecuencia en mujeres.
La causa no está clara, pero los factores genéticos, las experiencias personales y familiares negativas, el estrés o la disfunción del sistema nervioso autónomo pueden jugar un papel importante en la etiología.Como tratamiento, los ansiolíticos (benzodiazepinas) a menudo se usan para la ansiedad excesiva y son efectivos. por un corto período de tiempo. El uso a largo plazo tiene efectos secundarios como dependencia psicológica, somnolencia y disfunción cognitiva y motora. Para el tratamiento a largo plazo, la psicoterapia suele ser más beneficiosa, ya que utiliza terapia cognitivo-conductual junto con técnicas de relajación.
La enfermedad, si no se trata, seguirá su curso crónico, influida especialmente por el estrés de la vida cotidiana. Es importante ver a un médico que pueda mantener una buena relación de confianza y mejorar sus síntomas.

2.1. Neurosis psíquica – Trastorno de pánico

El trastorno de pánico ha sido conocido como «neurosis cardiaca», «ansiedad» o «síndrome de hiperventilación».

Los síntomas ocurren incluso si no hay una enfermedad física que explique el malestar. Entre ellos se encuentran palpitaciones, disnea, mareos y, al mismo tiempo, miedo al peligro inminente.
Una de cada diez personas tiene un ataque de pánico y una cuarta parte de estas tienen ataques repetidos, lo que resulta en un trastorno de pánico. Es más común en mujeres que en hombres y más común en el grupo de edad de 20-30 años.
La causa no ha sido aclarada, pero se supone que el «ataque de pánico» está influenciado por la funcionalidad del tronco encefálico que controla los nervios autónomos, y la «ansiedad anticipatoria» está relacionada con el sistema límbico que controla las emociones. Tratamiento con antidepresivos ( Los ISRS: inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) con pocos efectos secundarios son la primera opción para los ataques de pánico, pero a menudo tardan de 1 a 2 semanas en aparecer los efectos.
Para la ansiedad anticipatoria se utilizan ansiolíticos de benzodiacepinas que son efectivos inmediatamente después de su administración. Sin embargo, las drogas tienen efectos secundarios como adicción, somnolencia y mareos.
Los pacientes también tienden a malinterpretar los cambios fisiológicos, como la dificultad para respirar después de subir escaleras, como un ataque de pánico. En esta situación, la terapia cognitiva conductual también es eficaz.
El cansancio y la falta de sueño pueden aumentar las posibilidades de contraer esta afección, por lo que se recomienda descansar. El alcohol y la cafeína también empeoran los síntomas.

3. Síndrome neurótico distímico – Neurosis depresiva

Junto con los síntomas nerviosos generales, como la ansiedad y el miedo, las neurosis también pueden caracterizarse por una depresión leve (estado de ánimo deprimido). 

El trastorno depresivo persistente, también llamado distimia, es una forma de depresión crónica (más de 2 años). Los síntomas más comunes son pérdida de interés en las actividades diarias normales, falta de energía y productividad, baja autoestima y un sentimiento general de tristeza. Estos sentimientos son constantes durante largos períodos de tiempo y pueden interferir significativamente con la vida del paciente.Debido a la naturaleza crónica del trastorno depresivo persistente, el manejo de los síntomas de la depresión puede ser difícil, pero una combinación de terapia de grupo o psicoterapia individual junto con el tratamiento farmacológico puede ser eficaz para aliviar los síntomas de esta afección.

4. Neurosis histérica

La neurosis histérica es un trastorno psiquiátrico caracterizado por la presencia de síntomas como parálisis, temblores o problemas visuales/auditivos, frecuentemente confundidos con una disfunción del sistema nervioso, pero sin sustrato orgánico detectable. El desarrollo del trastorno a menudo se asocia con estrés psicológico o trauma. 

Generalmente, existen causas psicológicas como problemas intratables y conflictos interpersonales, pero el paciente tiende a negar cualquier posible causa del trastorno. Por ejemplo, el recuerdo de eventos dolorosos recientes puede perderse parcialmente en esta enfermedad.

5. Neurosis asténica – Síntomas

La neurosis asténica se caracteriza por síntomas físicos sin base orgánica. Los casos comunes incluyen dolor digestivo, náuseas y sensaciones anormales en la piel. 

El paciente no se tranquiliza con el diagnóstico y busca repetidamente la causa del dolor a través de incesantes exámenes médicos. Él cree que tiene una enfermedad grave, como el cáncer, y hace cualquier investigación que pueda conducir al diagnóstico buscado, a pesar de las instrucciones de los médicos.

6. Neurosis obsesiva

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una condición mental que involucra la presentación repetida de pensamientos (obsesiones) y rituales (compulsiones). Interfieren en la vida de los afectados, sin que puedan ser controlados o detenidos.

Una «obsesión» es un estado en el que el paciente es consciente de que su preocupación no tiene sentido, pero ciertos pensamientos (preocupación por la suciedad, la enfermedad, el miedo a perder algo, etc.) se repiten y son controlados por ellos. Se considera que las compulsiones contrarrestan obsesiones o confirman la evitación de riesgos (limpieza excesiva y/o lavado de manos, comprobar repetidamente cosas como si la puerta está cerrada o el horno apagado, etc.)

Se desconoce la causa del trastorno obsesivo-compulsivo. Factores como la genética, la estructura del cerebro y las conexiones bioquímicas, junto con el medio ambiente, pueden desempeñar un papel en la afección.

Diferentes psicoterapias pueden ser efectivas para tratar el trastorno obsesivo-compulsivo. La terapia orientada a la respuesta trata las obsesiones como «distorsiones cognitivas». Su finalidad es que el paciente acepte las obsesiones como parte de su naturaleza y se tranquilice ante la situación en la que se encuentra. La Terapia ayuda a sus pacientes a comprender que experimentar emociones, positivas o negativas, es una parte esencial del ser humano. La terapia conductual aborda el lado activo de las compulsiones para detenerlas si se producen obsesiones.

7. Tratamiento de neurosis – Psicoterapia

El tratamiento de las neurosis a través de la psicoterapia difiere según la enfermedad, pero antes que nada, debes tener una comprensión y un conocimiento de la enfermedad. Luego, con su médico, considere usar medicamentos para reducir la ansiedad y pastillas para dormir que lo ayuden a recuperarse de la fatiga durante el insomnio.

También es posible que le indiquen que tome ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, un medicamento que se usa a menudo en la depresión) cuando sea necesario. Se le puede dar consejos y orientación sobre ideas y comportamientos en la vida cotidiana mediante el análisis de las características y tendencias individuales. Se pueden utilizar pruebas psicológicas y asesoramiento cuando sea necesario.

• Terapia de conducta cognitiva

La terapia conductual es un método de tratamiento que sigue el flujo psicológico de la teoría del aprendizaje y se aplica principalmente a la ansiedad, los trastornos obsesivo-compulsivos y las fobias.

En la terapia conductual, la ansiedad se considera una «respuesta de angustia». Por ejemplo, si tienes miedo de ir en tren, escalar se convierte en una fobia, y ese comportamiento se convierte en miedo. Esta terapia se basa en superar estos miedos para que finalmente puedas tomar el tren. 

La terapia conductual asume que aprender tales reacciones de miedo y evitación es la causa de la neurosis y lo ayuda a identificar las distorsiones cognitivas (patrones de pensamiento inútiles). Una vez que haya identificado estos pensamientos, puede reemplazarlos por otros más útiles. La desensibilización sistemática y la terapia de exposición son ejemplos típicos de esto.  

La desensibilización sistemática es un método de relajación que comienza con una exposición imaginaria a situaciones que provocan ansiedad. Para que esta terapia sea efectiva, debe alcanzar un estado de relajación relajando los músculos y utilizando ejercicios especialmente diseñados. Es un método de tratamiento que entrena repetidamente para pasar a una situación más estresante paso a paso cuando se logra la relajación.

Además, la terapia de exposición que se usa a menudo en estos días también crea una jerarquía de ansiedad, enfrenta una situación de miedo débilmente estimulada y progresa gradualmente hacia la habituación. Con este tipo de tratamiento, un terapeuta generalmente comienza enseñándole técnicas de relajación que pueden calmarlo cuando está bajo mucho estrés. La terapia de exposición es una forma de guiarte hacia algo que temes. Por lo general, comienza en la imaginación, luego con diferentes representaciones (dibujos, películas, etc.) y luego te expones al factor estresante real. A medida que avanza en la terapia, el psicólogo lo guía en el uso de sus habilidades de relajación para calmar la ansiedad.

Por otro lado, la terapia cognitiva fue originalmente un método de tratamiento para la depresión. Se han hecho intentos para tratar la depresión en sí centrándose en conocer al paciente deprimido, es decir, distorsionando la forma de percepción y pensamiento y corrigiéndola a la realidad. Sin embargo, en los tiempos modernos, se ha modificado a un modelo donde lo cognitivo, lo emocional y lo conductual forman un círculo vicioso, y en la terapia cognitivo conductual se han adoptado como métodos reales de tratamiento.

• Terapia familiar

La terapia familiar está influenciada en parte por el psicoanálisis y los intentos de reducir los síntomas y los problemas de conducta del paciente cambiando las relaciones familiares. Este método se usa a menudo para problemas de adolescentes y trastornos de la alimentación.

• Psicoterapia de grupo

La psicoterapia de grupo , como su nombre indica, es un método para tratar las neurosis mediante la comprensión del significado de los problemas interpersonales y los conflictos emocionales. Hay dos formas de hacer esto: una es cuando un terapeuta se involucra para dirigir las conversaciones entre los participantes, y la otra, también llamada grupo de ayuda, se caracteriza por escuchar activamente los problemas de cada uno y ofrecer consejos mutuos.

• Autosugestión

La autosugestión a través de la autohipnosis se utiliza para facilitar la relajación y eliminación del estrés y la tensión en todo el cuerpo, y así se puede autoajustar el estado físico y mental. 

Se recomienda practicar 3 veces al día durante unos 5 minutos para animar a su cuerpo a relajarse al ralentizar la respiración y bajar la presión arterial. Esta forma de tratamiento se utiliza para personas con algunos trastornos psicosomáticos, como el insomnio y la neurosis.

Dicho esto, para estar seguro de un diagnóstico, es importante consultar a un médico o terapeuta antes de buscar cualquier terapia o tratamiento farmacológico para resolver sus síntomas. 

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