Ser mujer emprendedora es un verdadero desafío, incluso en 2020. Ya sea que se trate de una empresa familiar, heredada de generación en generación, o de un camino no transitado en el área Empresarial, los obstáculos son igual de desafiantes. Y esto es fácil de entender y lo más palpable posible, ya que todavía existe el prejuicio de que el papel de la mujer es diferente en la sociedad y que en ningún caso puede ser un factor de decisión en una empresa.

Por mucho que nos escondamos detrás de los dedos y afirmemos lo contrario (para contrarrestar la inequidad en el mercado laboral), las Mujeres se encuentran en un porcentaje minoritario tanto en la gestión empresarial como empresarial, sin mencionar la brecha salarial provocada por el género (tan real como posible, aunque nos referimos a la formación académica y funciones similares, etc.).

La idea de una «mano de hierro» es, desde un punto de vista social, contradictoria con el sexo débil, incluso si muestran un nivel de responsabilidad mucho más alto que los hombres, estando aún más centrados en compromisos a largo plazo. Por lo que se espera que las mujeres emprendedoras lideren con delicadeza, competitividad y firmeza, pero preferentemente en campos típicamente femeninos.

Y, sin embargo, ¿cuáles son los retos básicos que se aconseja superar a las empresarias para hacer frente a los rigores que impone el entorno empresarial?

Para desafiar las expectativas sociales.

Decía arriba que hay una actitud estereotipada de los empresarios, que implica competitividad, dureza, a veces hasta agresividad. Estos atributos son la antítesis de los valores que promueve una directora ejecutiva exitosa. En definitiva, de forma unánime, el Entorno Empresarial Femenino reivindica que encontrar la voz propia en el ámbito en el que se actúa es el camino para el desarrollo en el ámbito empresarial.

Hilary Genga (CEO y fundadora de Trunkettes) apoya a las mujeres emprendedoras, señalando que “han llegado al nivel que tienen hoy gracias al trabajo duro y la constancia”, al tiempo que les aconseja “no conformarse con la proyección masculina de la idea de un líder».

Es muy cierto que la educación todavía está «cojeando» en términos de cómo debería ser el liderazgo. Pero, por otro lado, la realidad revela muy claramente los avances que ha tenido en el tiempo el emprendimiento femenino, en ausencia de instrucciones claras. Por lo tanto, para alcanzar nuevos puntos de crecimiento, es necesario romper algunas barreras y algunas limitaciones establecidas a nivel social, que ya no están a la altura de los tiempos que atravesamos. Talento, valentía, educación, empatía son los elementos básicos en los que conviene apoyarse, en relación con las expectativas que impone el entorno en el que vivimos.

Para acceder a la financiación

Recaudar el capital de una empresa es una auténtica aventura, especialmente para aquellas dirigidas por mujeres. La dificultad del proceso de lanzamiento impide que los desarrolladores de startups obtengan fondos en ausencia de inversores.

Un informe de Babson College de 2014 encontró que menos del 3% de las empresas financiadas con capital de riesgo tenían mujeres líderes. La presidenta de Full Circle Insights, Bonnie Crater, aconseja a las mujeres empresarias que buscan inversores que confíen tanto en el equipo como en el plan de negocios. Según ella, la meta de los inversionistas es aumentar el valor de la empresa a mil millones de dólares; como resultado, todo lo que les queda a las mujeres empresarias es encontrar la manera de implementar dicho plan.

Siguiendo la idea de una «tribu» de confianza, Felena Hanson (fundadora de Hera Hub) agradece el apoyo mutuo que las mujeres emprendedoras deben darse y cultivar, «realizando talleres educativos estratégicos, pero también financieros».

Con un sentido de la realidad mucho más significativo, las mujeres están mucho más motivadas y decididas a implementar las ideas que crean. Es necesario, por tanto, cultivar el sentido de la camaradería y la ayuda, para encontrar puntos comunes de ascenso. Lo que es natural y vale la pena enfatizar es que nadie puede acceder a un nivel superior por sí mismo, sino solo con la ayuda de otras personas de confianza.

Luchar para ser tomado en serio

Según el campo de actividad, las mujeres empresarias pueden establecerse con mayor o menor facilidad en equipos compuestos predominantemente por hombres. Ganarse el respeto en un entorno así puede ser una «lucha», como también aprecia Alison Gutterman (CEO y presidente de Jelmar). Y es que, en su caso, el negocio lo habían creado su abuelo y su padre, y los competidores suponían que su éxito personal se debía a la reputación de sus antecesores. Gutterman menciona que fue un proceso difícil, donde la confianza, la determinación, la conciencia y la superación de la propia condición fueron fundamentales para formar al emprendedor de hoy. Argumenta que el negativismo nos impide alcanzar todo nuestro potencial, y agrega refiriéndose al poder inconmensurable de los grupos de apoyo al emprendimiento de mujeres. 

Para reconocer sus méritos

La mayoría de las veces, no tomamos el crédito por nuestros propios logros, sino que siempre nos referimos al desempeño del equipo, dejando (por modestia) a otros cómo describirnos. Aunque esta es una de las cosas más importantes que sería prudente hacer: ¡reconocer nuestros éxitos, apropiarnos de ellos y estar orgullosos de ellos! En este sentido, Molly MacDonald (CEO y presidenta de Molly Locker Co.) confiesa que «cuando hablo de la empresa… siempre digo ‘nosotros’ en lugar de ‘yo'». 

Además, el mérito del equipo es indiscutible. Pero el papel clave lo juegan los tomadores de decisiones, y esto vale la pena enfatizarlo, siempre que sea necesario. Trazar una línea, la confianza en las propias fuerzas, pero también en el equipo del que nos rodeamos son fundamentales cuando nos iniciamos en el rígido ruedo del emprendimiento. 

Para construir una red de apoyo

A lo largo de la historia, personajes icónicos se han referido a confidentes, asesores y familiares cercanos en momentos críticos. Tener una red de apoyo es bastante difícil, pero no imposible. Es necesario, ya que su carencia limita el crecimiento profesional. Las empresas de renombre mundial tienen al mando, en su gran mayoría, hombres; en consecuencia, aunque queramos saber que hay equidad de género, en realidad detrás de la cortina las cosas no son tan así. 

Podríamos preguntarnos dónde encontrar personas en las que podamos confiar, con las que podamos intercambiar ideas y con cuya ayuda podamos aportar valor añadido a la empresa, y la respuesta podría ser precisamente los eventos de networking enfocados al entorno empresarial femenino. 

En una empresa es necesario que cada miembro del equipo exprese sus opiniones y puntos de vista, ya que las ideas pueden venir de cualquier parte. La lluvia de ideas, las diversas circunstancias y las propias personas pueden hacer que ciertas puertas se abran cuando menos lo esperamos.

Para crear un equilibrio entre la vida familiar y profesional.

«Equilibrio» es una palabra difícil de traducir a la vida real, independientemente de si estamos hablando de la profesión o de la familia. Siendo emprendedores, las cosas se complican de repente, por lo que el equilibrio puede ser un deporte extremo. Renunciar a un trabajo en una empresa o en la administración pública para emprender un camino virgen hacia el propio negocio significa, por un lado, que se avecina un período extremadamente difícil (tanto para la familia como para la propia empresa), y por otro lado, que (aunque formalmente tenemos un horario flexible) en realidad la jornada laboral acaba superando con creces las 8 horas diarias destinadas a un puesto de trabajo.

Es natural querer hacer malabarismos con todos los roles que desempeñamos. Pero la vida cotidiana nos muestra que corremos el riesgo de perder el control en todos los niveles de la vida, lo cual no es deseable.

Sin embargo, los especialistas nos aconsejan que, tras la sedimentación del impulso inicial, impongamos un equilibrio de la balanza, necesario para el yo físico y psíquico. De lo contrario, la placa se dirigirá solo a la profesión, o solo a la familia, variantes que provocarán, a su vez, otros pesares e insatisfacciones.

Para superar su miedo al fracaso

Cualquier negocio puede ser un fracaso. Pero no es necesario ver cada prueba como una razón necesaria y suficiente para rendirse, sino, por el contrario, ser ambiciosos, reparar y continuar incluso cuando ya no podemos más.

El éxito nunca viene solo. Viene con mucho trabajo, pérdidas, errores y lecciones.

El espíritu empresarial sigue siendo un campo nuevo en el mercado rumano, incluso si se remonta a unos 30 años. Los alumnos recién ahora consiguen profundizarlo en las escuelas, aunque es característico del futuro. Ciertamente, las futuras generaciones serán generadoras de emprendedores seriales que podrán poner en práctica la información adquirida a lo largo del tiempo. Pero hasta entonces, es necesario transmitir a las próximas generaciones que pueden dar rienda suelta a sus sueños de estar solos.

Lo más importante es que, independientemente del camino elegido, seamos honestos con nosotros mismos y nos demos cuenta de lo que queremos hacer en la vida. La ausencia de un modelo empresarial de este tipo en la familia puede influir en que retrocedamos, porque parece demasiado complicado, terminar con un trabajo que solo podemos «abrazar» desde una perspectiva pecuniaria.

Afortunadamente, los jóvenes eligen tomar más riesgos por lo que quieren. Como resultado, esperamos que el entorno empresarial femenino esté mucho mejor representado en un futuro próximo. Aunque parezcamos frágiles, las mujeres tenemos la capacidad de mover montañas encontrando los resortes internos necesarios para hacerlo. Es necesario escuchar nuestra voz interior y dejarnos guiar por el instinto. 

 En la vida, tenemos que arriesgarnos por nuestros propios sueños y deseos, incluso si somos conscientes de que es posible tomarlo de cero en cualquier momento.