La Soledad es el sentimiento subjetivo de que te faltan las conexiones sociales que necesitas. Sientes que estás atrapado, abandonado o dejado de lado por las personas a las que perteneces, incluso cuando estás rodeado de otros. Lo que le falta a una persona soltera son sentimientos de cercanía, confianza y afecto de verdaderos amigos, seres queridos y comunidad, dice el Dr. Vivek Murthy, autor de  Together .

Está científicamente comprobado que hay tres «dimensiones» de la soledad que reflejan los tipos particulares de relaciones que faltan: íntima, relacional y colectiva. 

1. La soledad  íntima , o emocional, que viene con el deseo de tener un confidente cercano o una pareja íntima, alguien con quien tienes un vínculo mutuo profundo basado en el afecto y la confianza. 
2. Soledad  relacional o social, que significa añoranza de amigos de calidad, compañía social y apoyo. 
3. Soledad  colectiva , es decir, el hambre de una red o comunidad de personas que comparten tus objetivos e intereses. 

Estas tres dimensiones, tomadas en conjunto, reflejan la gama completa de conexiones sociales cualitativas que las personas necesitan para realizarse. La falta de relaciones en cualquiera de Estas Tres Dimensiones puede hacernos sentir solos, lo que explica por qué es posible tener matrimonios satisfactorios y seguir sintiéndonos solos, sin amigos ni comunidad de pertenencia. 

Calidad frente a Cantidad

Debido a que el nivel de necesidad de conexiones sociales es diferente para cada uno de Nosotros, es imposible decir cuántos amigos se necesitarían para evitar la soledad. El nivel varía no solo a lo largo de la vida, sino también a través del prisma de la personalidad. 

• Las personas más extrovertidas tienden a anhelar el contacto humano y la actividad social y se sienten llenas de energía cuando se conectan con extraños. 
• Los más introvertidos necesitan más tiempo para estar solos y se sienten agotados por demasiada interacción, prefiriendo socializar en grupos más pequeños o uno a uno.

Tanto los introvertidos como los extrovertidos pueden sentirse solos y todos necesitan relaciones sólidas para nutrir un sentido seguro de pertenencia. En general, lo que importa no es tanto la cantidad o la frecuencia del contacto social, sino la calidad de las conexiones y cómo nos sentimos con respecto a ellas. 

¿Qué es el aislamiento psicológico y por qué no es saludable?

A diferencia del sentimiento de soledad, que es subjetivo, el aislamiento describe el estado físico objetivo de estar solo y sin contacto con otras personas. El aislamiento se considera un factor de riesgo para la soledad simplemente porque es más probable que te sientas solo si rara vez interactúas con los demás. Pero estar físicamente solo no necesariamente se traduce en experimentar la soledad emocionalmente. Muchos de nosotros pasamos buenos períodos de tiempo solos cuando estamos absortos en nuestro trabajo o en una búsqueda creativa y, como resultado, no nos sentimos solos en absoluto. Por otro lado, podemos sentirnos solos, incluso  emocionalmente , incluso cuando estamos rodeados de otras personas. La soledad depende de nuestro nivel de malestar interior. 

La soledad nos protege contra nosotros mismos. 

Esto es lo que diferencia la soledad del resto de malas sensaciones. Cuando nos sentimos solos, somos infelices y queremos escapar de este dolor emocional. Por el contrario, la soledad es un estado de soledad pacífica, un aislamiento voluntario. Es una oportunidad para reflexionar sobre nosotros mismos y una oportunidad para conectarnos con nosotros mismos sin distracciones ni interferencias. Mejora la medida del desarrollo personal, la creatividad y el bienestar emocional y nos permite reflexionar, restaurar y relajarnos. Durante milenios, monjes y ermitaños de diversas tradiciones espirituales han buscado la soledad como una oportunidad para la introspección y una conexión renovada con lo divino. A diferencia de la soledad, la soledad no lleva la carga de la vergüenza. Es, más bien, un estado sagrado. 

La soledad también puede sentirse un poco perturbadora, incluso aterradora, ya que permite que surjan pensamientos y emociones tanto positivos como negativos. El territorio en el que nos enfrentamos a los demonios no siempre es uno en el que pisamos a propósito. Pero es necesario para resolver nuestros problemas, aclarar nuestros sentimientos y encontrar consuelo dentro de nosotros mismos. Por lo tanto, desarrollar el confort con la soledad es fundamental para fortalecer la conexión que tenemos con nosotros mismos y que, por extensión, facilita la conexión con los demás. Paradójicamente, la soledad nos protege contra la soledad.