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¿Qué es la escucha activa?

¿Por qué es esencial en una relación escuchar al Otro y cuáles son los beneficios más importantes de la escucha auténtica?

La comunicación se asocia a menudo con la capacidad de expresarse o presentar una idea al interlocutor. Olvidamos que la comunicación funciona en ambos sentidos y que la capacidad de escuchar es una cualidad primordial para quienes tienen un mensaje que transmitir.

En general, recordamos menos de la mitad de lo que se nos dice. ¡De ahí la importancia de saber comunicarse y escuchar de manera efectiva!

Escucha Activa – ¿Qué es?

La escucha activa es una técnica de comunicación asertiva, basada en la aceptación y la empatía, útil no sólo para promover la capacidad de expresar correcta y eficazmente las propias emociones o argumentos, sino también para saber escuchar y percibir las razones y los sentimientos de los demás, estableciendo ese auténtico contacto que puede convertirse en la base de relaciones enriquecedoras y eficaces.

Desarrollada a partir del trabajo de Carl Rogers , psicólogo estadounidense, la escucha activa consiste en escuchar al otro atentamente y de forma no directiva, generando confianza, respeto y empatía con el interlocutor para que éste pueda expresarse libremente, sin temor a un juicio apresurado y sobre todo sin presiones.

La escucha activa es una palanca poderosa, útil para:

  •  Gestionar conflictos
  •  Desarrollar liderazgo
  •  Afecta positivamente
  •  Inspirar
  •  …

Comunicar es ante todo saber escuchar

Si desea que sus relaciones con los demás sean pacíficas, constructivas y productivas y que brille su liderazgo, ¡no será suficiente dejarse llevar por los oídos y entregar sus mensajes sin asegurarse de que sus interlocutores hayan escuchado y entendido el mensaje!

¡Tendrás que aprender a escuchar con atención e interés genuino!

Escucha Activa – ¿Cómo escuchar activamente?

Saber escuchar significa poder centrar toda la atención en el otro para captar cada fragmento del mensaje transmitido, tanto verbal como no verbal. Tomando las siguientes precauciones, podrá asegurarle a su interlocutor que está totalmente concentrado en él y que ha escuchado su mensaje.

Generar confianza

Centra tu atención en el interlocutor. Identifique su estilo de comunicación y tranquilícelo adoptando su propio método de comunicación.
Por ejemplo, algunas personas necesitan programar una entrevista con anticipación y desean un estilo formal, otras se sentirán más cómodas durante un café o un almuerzo. Del mismo modo, algunas personas denominadas visuales utilizarán -y comprenderán- mejor un vocabulario que se refiera a la vista «veo que es así…», mientras que una auditivapreferiría decir “yo siento que es así…”, un kinestésico “he visto de primera mano que es así…”. A algunos les gusta un lenguaje formal y sofisticado, mientras que otros preferirán un lenguaje más común. Básicamente, el secreto de una buena comunicación es adaptarse al estilo comunicativo de los que tienes delante.

Modele su modo de comunicación en el de su
interlocutor utilizando su propio tipo de vocabulario
para tranquilizarlos y establecer confianza mutua.

Estar disponible

Para estar plena y auténticamente atento al otro, no debes tener ningún prejuicio sobre esa persona (olvida que tuviste un altercado con él hace unas semanas, que odias su forma de vestir, etc.) y no esperes cualquier cosa de este partido. De hecho, la desilusión y la frustración que pueda experimentar afectarán su forma de escuchar durante la entrevista. Poco a poco perderías el hilo, enfocándote en tus sentimientos.

Ponte en el lugar de tu interlocutor

Ignora experiencias similares a las contadas por tu interlocutor para no distorsionar la escucha. Inevitablemente, su visión de las cosas se distorsionaría: todos reaccionamos de manera diferente según nuestra educación, nuestra experiencia, nuestros valores y nuestras vivencias…

Escuchar más allá de las palabras

Decodificar lo no verbal. Brazos cruzados, mirada en fuga, piernas en movimiento…

Todos estos son elementos que tienes que aprender a descifrar para sentir el estado en el que se encuentra tu interlocutor, pero también comprender a fondo el mensaje. que te está ofreciendo, con toda la dimensión emocional que lo acompaña.

Reformular

Reelabore el mensaje que acaba de escuchar con sus propias palabras. Esto permite por un lado asegurar la correcta comprensión de lo que ha dicho tu interlocutor y por otro demostrarle que ha escuchado e integrado el mensaje que te ha dado.

Escucha Activa – Reformulación, una clave importante para la escucha activa

Reformular la oración significa repetir con tus propias palabras lo que escuchaste y lo que la otra persona te dijo.

El objetivo no es obtener más detalles de tu interlocutor, sino comprobar -y confirmar- si lo que escuchaste es lo que realmente dijo la otra persona. A veces, simplemente escuchando algo diferente -o simplemente de la boca de otra persona- tu interlocutor puede tener algún tipo de iluminación al mirar de repente las cosas desde otro ángulo además de tomar mayor conciencia de su forma de comunicarse (con todo esto ).lo que implica…).

Escucha Activa – Aprende a dar un paso al costado

  • ¿Alguna vez has tenido el apremiante deseo de interrumpir a tu interlocutor para contarle una experiencia similar que tuviste?
  • ¿Te ha pasado alguna vez terminar la frase de tu interlocutor en su lugar?
  • O incluso pretender escuchar mediante el uso de «mmm», «sí, por supuesto», etc. ?

Para escuchar con atención, debe estar completamente disponible para el otro.

En realidad, muy pocas personas son naturales y verdaderamente capaces de escuchar. ¡Al ser humano le encanta compartir sus experiencias para demostrarle al otro que pertenece al mismo círculo, que es el líder o que es digno de confianza!

Aquí hay algunas trampas que deberá evitar:

Juez, influencia

Es necesario ceñirse a los hechos y sobre todo no interpretar o dirigir la discusión orientando a tu interlocutor en una dirección específica. Quien te habla trae consigo la solución a su problema. Tienes que crear las condiciones adecuadas para fomentar su libre expresión.
Del mismo modo, no tendrá que hacer ningún juicio. Ponte en la piel de tu interlocutor y trata de percibir la situación, no como la ves TÚ, sino como él la ve y la siente.

mostrar impaciencia

Interrumpir a tu interlocutor, suspirar fuerte, mirar el reloj… Todo ello limita tu capacidad de escuchar con autenticidad y atención.

Distraerse

Asegúrese de estar completamente disponible para su interlocutor (apague su teléfono, desvíe llamadas, ponga su computadora en espera, asegúrese de que no lo molesten inesperadamente, etc.). Manténgase enfocado durante la reunión.

permanecer impasible

El otro debe sentir que lo escuchas atentamente. Si no muestra interés, sentimiento o emoción, la otra persona rápidamente pensará que no le importa su comunicación y terminará la conversación.

Escucha activa – ¿Cuáles son las características del buen oyente?

El excelente oyente…

  • Frecuentemente de buen humor, con buen humor, a menudo sonriente, capaz de restar importancia y usar el sentido del humor en situaciones difíciles.
  • Paciente, que sea respetuoso con los tiempos y ritmos de los demás.
  • Tiene una gran autoestima, por lo que no se concentra en el a menudo ridículo esfuerzo por llamar la atención y no siente la necesidad de imponerse.
  • estimar a los demás
  • Tiene una gran apertura de corazón y, por lo tanto, es capaz de sentir un interés, no superficial, sino vivo hacia los demás.

Escucha activa – 12 comportamientos típicos de los «no oyentes»

SOLICITUD DE ORDEN

Al obligar a alguien a hacer algo, se corre el riesgo de no tener en cuenta sus sentimientos o de proponer conductas que no le convienen. Recibir órdenes puede despertar ira y hostilidad.

Ej. «Debes…»; «Necesitas …».

AMENAZAR

Ante una amenaza, el otro puede defenderse o puede tener miedo de perder la ayuda que necesita y someterse. El miedo reduce la confianza en la relación y la motivación para afrontar y superar los problemas.

Por ejemplo, «Si no haces esto…»; “Es mejor para ti…, de lo contrario…”.

HACER LA MORAL / PREDICAR

La invitación a seguir determinadas obligaciones, imponiendo una moral, puede producir una disminución de la autoestima y sentimientos de culpa.

Ej. «Sabes que es tu deber…».

DANDO SOLUCIONES LISTAS

Proporcionar una solución a un problema en lugar de estimular al otro a encontrar su propia solución puede comunicarle al otro que no confía en él. Esto corre el riesgo de conducir a la dependencia y la confianza en uno mismo y no desarrollar la propia autonomía.

Por ejemplo, «Lo mejor que se puede hacer es…»; «En tu lugar…».

PERSUADIR A TRAVÉS DE ARGUMENTOS LÓGICOS

Si no se tienen en cuenta sus sentimientos al evaluar las acciones de una persona y decirle qué hacer, es posible que se sienta ofendida y humillada.

Ej. «No es así…»; «Aquí es donde te equivocas …»; «Mira la realidad de frente…».

JUZGAR / DESAPROBAR

La crítica puede dañar mucho la imagen personal del otro.

Ej. «Eres un vago…»; «¡No piensas como una persona madura!»

HAGA FELICITACIONES INMEDIATAMENTE

Los elogios inmerecidos pueden lastimar a la persona que los percibe como falsos y correr el riesgo de debilitar su autoestima.

Ej. «¡Eres el mejor!»; «Estás haciendo un gran trabajo…».

HUMILLAR

Todos los mensajes que humillan y ridiculizan a la persona son ofensivos.

Ej. «Estás actuando como un bebé llorón…».

INTERPRETAR / ANALIZAR

Si la persona acepta nuestra explicación podemos ayudarla a aclarar sus ideas, pero interpretar los comportamientos o mensajes del otro puede ponerla a la defensiva (si se interpreta correctamente) o hacer que se sienta incomprendida (si se interpreta mal).

Ej. «Te entiendo bien por qué…»; “Estás actuando así porque…”.

CONSULAR / MINIMIZAR

Te arriesgas a que el otro se sienta incomprendido.

Ej. «No eres el único…»; “No hagas una tragedia…”.

EVITAR EL PROBLEMA Y CAMBIAR DE TEMA

El otro puede pensar que su problema no es importante para nosotros y que no consideramos sus sentimientos.

Ej. «¡Ahora no es el momento!».

PREGUNTA

Si la persona se siente interrogada, puede percibirnos como intrusivos y tender a encerrarse en sí mismo.

Ej. «¿Qué hiciste…?».

Escucha activa – 20 razones para aprender a escuchar

  1. Aprende algo nuevo
  2. Evita conflictos
  3. Mejor entendimiento
  4. Ser amable
  5. Respetar a los demás
  6. Haz preguntas inteligentes
  7. Identificar las necesidades de los demás.
  8. Ganar la estima y la confianza de los demás.
  9. Entender y ser entendido
  10. Analizar los objetivos del interlocutor
  11. Ganar credibilidad como oyentes
  12. Mejorar la autodisciplina
  13. Fortalecer las relaciones
  14. Resolver problemas
  15. Muestra interés
  16. satisfacer la curiosidad
  17. Evitar situaciones embarazosas
  18. Ahorrar tiempo
  19. Ser solidario con los amigos
  20. Aumentar la concentración


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