El Anís es una de las especias más antiguas, su sabor y aroma han rodeado la gastronomía del mundo entero puesto que ha sido una de las especias más codiciadas y comercializadas desde la antigüedad.

Si vivieras en el siglo XVI pensarías en ratones si escuchas la palabra anís, pues a apariencia plumosa de las hojas atrajo a los ratones como el queso e infestó muchas ciudades de Europa.

En el siglo VII se usaba para la tos, los romanos lo usaban para curar el mal aliento, en el siglo XIV se impuso un impuesto a la Hierba debido a su popularidad.

La flor de anís es una pequeña umbela de pétalo blanco amarillento. La parte de la hierba que se usa tanto en aplicaciones culinarias como medicinales es la fruta, que es una semilla plana y ovalada de color gris a marrón.

Originaria sólo de Egipto y la región mediterránea, esta hierba tiene una larga reputación de ser una ayuda digestiva. Ahora se cultiva en casi todas las regiones del mundo.

Una infusión simple hecha de las semillas trituradas funciona bien no solo para ayudar en la digestión sino para detener la flatulencia que a veces se asocia. Es una forma agradable de terminar cualquier comida.

También se usa como un antimicrobiano expectorante y leve, por lo que hoy en día, en muchos de los productos de venta libre, uno de los ingredientes principales es el anís.

Es el aceite esencial de la semilla que ha demostrado reaccionar en las células secretoras del tracto respiratorio.

El sabor del anís es el regaliz que le da a los beneficios medicinales una ventaja adicional.

Cabe señalar que, aunque no se ha demostrado científicamente, las personas con presión arterial alta deben evitar el anís, pues en algunas personas se ha demostrado que aumenta la presión arterial.

Sin embargo, en su mayor parte, esta hierba se usa como saborizante en platos culinarios y en licores.

Es una gran hierba para la terapia aromática. Fue ampliamente cultivada por los romanos por su fragancia y se utilizó en jabones, aceites y ambientadores.

Qué puedes hacer en casa con el anís?

• Aromaterapia casera: Toma semillas enteras y colócalas en una bolsita para inundar sus sentidos de la fragancia ligera.
• Pasta dental casera: Las semillas se muelen a menudo y se agregan a las pastas dentales naturales y enjuagues bucales para ayudar en el sabor.
• En tu boda: Algunos creen que la tradición del pastel de bodas en la historia se relaciona con el anís. Después de una fiesta de bodas, los romanos sirvieron té y pastel de anís para la buena ventura.
• Para tu perro:Otro hecho interesante que no se conoce bien sobre el anís es que para los perros un poco de anís en infusión ayuda a su sistema digestivo y por ende, las flatulencias de tu mejor amigo.
• En tu vaporizador: coloca un poco de anís para ayudar a tu respiración por sus efectos broncodilatadores si tienes un poco de catarro o si sufres de asma.
• Y por supuesto, una infusión de anís después de la comida para aliviar la digestión y evitar problemas estomacales.

Las propiedades del anís son muchas, es de las hierbas aromáticas y especias que debes  utilizar no sólo en tu cocina sino en tu botiquín de medicinas naturales.