La reserva forestal es un sitio ideal para caminar y aprender orientación

 El relativamente pequeño bosque estatal de Bungal, está situado a unos 15 km al sur de Ballan, es una extensión de tierra agradablemente ondulada y ligeramente boscosa, de forma aproximadamente triangular y delimitada en dos lados por Bungal Creek y la rama este del río Moorabool.

Los senderos en la primera parte de la caminata están bien señalados; pero la mayor parte de la última parte de la caminata está fuera de ellos, por lo que el sentido de orientación y la preparación antes de caminar son esenciales.

En términos de dificultad este sendero ciertamente no es muy empinado o con grandes ascensos. Caminar es fácil en las áreas boscosas, pero alrededor de los cursos de agua el terreno es un Poco más accidentado pues hay múltiples cañadas que los riachuelos han socavado con el paso de los años.

Y es justo allí donde no sólo las piernas se ponen a prueba, sino la habilidad en el uso de los bastones de senderismo, así como la necesidad de unas botas de senderismo con buen agarre.

El bosque está compuesto en su mayoría de árboles de eucalipto de la variedad Bull Mallee (Eucalyptus behriana). Muchos de ellos con cientos de años de edad; al menos los que han sobrevivido a los incendios.

La caminata comienza en el extremo sur del Bosque Estatal y se dirige inicialmente hacia el norte, antes de girar hacia el este y descender hasta el río Moorabool. Luego seguiremos el río Moorabool en dirección sur hasta su unión con Bungal Creek, que vuelve a lo que fue nuestro punto de partida.

Luego de un par de kilómetros en el camino oficial, hay pistas oficiales para caminar en el parque, el resto está fuera senderos, principalmente siguiendo el río.

El bosque abierto aquí está salpicado de excavaciones aluviales y es colorido en los meses más cálidos cuando cobra vida con helechos, orquídeas y otras flores silvestres. Aunque debo reconocer, algunas aunque pueden ser bellas, no son agradables al tacto.

Y es por ello que en estos paseos prefiero siempre llevar pantalones largos para evitar desagradables picadas, raspones y alergias provocadas por plantas como este Cirsium con sus hojas puntiagudas.

No mucha gente conoce esta pequeña Zona de matorrales remanentes, por lo que es poco probable que te encuentres con alguien más. Sin embargo, puedes encontrar una buena cantidad de aves, canguros, zorros  y equidnas.

Ahora una reserva, fue zona minera en décadas anteriores.

Esta fue una zona minera muchos años atrás, en lo que sería la fiebre del oro en Australia. Por lo que puedes encontrar no sólo algunos remanentes de piezas de metal abandonadas en medio del bosque, sino algunos hoyos en la tierra, vestigios de excavaciones en búsqueda del precioso mineral.

En este sentido, es necesario tener un poco de cuidado, pues las cortezas de los Eucaliptos que se desnudan en esta temporada, así como de las hojas; pueden ser una trampa perfecta para el caminante y causar un doblez de tobillo o una caída imprevista.

Con el paso del tiempo, esta reserva ahora protegida, es hogar de animales. Y la única intervención del hombre que puedes ver en la zona, son las turbinas de viento a lo lejos que se elevan por encima de colinas tratando de alcanzar los vientos fuertes de la zona.

Es imposible al elevar la mirada, dejar de pensar en el Quijote y su lucha con molinos de viento; pues el tamaño de estas torres es ciertamente intimidante.

 ruta sinuosa con subidas bien marcadas.

Como les conté anteriormente, el curso de los riachuelos ha marcado la zona. Múltiples cañadas son el desafío de este paseo. La inclinación es notable y las piernas se resienten mientras se impulsan hacia adelante.

En contraste, la zona anterior a la subida, son bajadas sumamente pronunciadas; por lo que en más de una ocasión hay que dejar el orgullo de lado, y bajar de nalgas impulsando hacia abajo.

En una de las pausas, nuestro guía escogió lo que ciertamente fue la mejor decisión, para hacer un merecido almuerzo.

La cima entre dos cañadas está acariciada por vientos de ambos lados. Una vista al río desde arriba y unos árboles con una sombra agradable para sentarse a comer mi delicioso bagel casero que sabe mejor de lo normal gracias al hambre y el cansancio.

Hidratarse en el camino con altas temperaturas es una necesidad.

Hoy el clima ha sido magnífico, pero a lo largo de la mañana la temperatura va subiendo hasta un poco más de los 30 grados centígrados, con un clima muy seco.

El consumo de agua se incrementa, pero tenemos una fuente de agua prístina en los riachuelos.

Es importante reponer el agua perdida por el sudor y evitar la deshidratación; así como la debilidad, calambres musculares y dolores de cabeza que ésta ocasiona. Sino también un poco de azúcar en forma de trozos de mango deshidratado que preparé para este paseo.

Fría y cristalina, esta agua sabe diferente, cargada de sabor mineral pero saludable. Esto nos recuerda un poco la esencia del senderismo: Vuelta a la naturaleza y admiración por ella.

El camino de 15 kms. de hoy ha sido interesante, lo hemos podido hacer en 5 horas sorteando la accidentada geografía del lugar.

el sudor se ha asentado en la piel, y el calor hace pesado el respirar este aire seco. La vista a lo lejos de los coches es un alivio. Esta vez, como previsión, dejé no sólo una muda de ropa seca y zapatos cómodos para cambiarse, sino un par de bebidas isotónicas que dejé congelando la noche anterior.

El camino de 2 horas de vuelta Melbourne se hace tolerable cuando estás cómodo, hidratado y un poco de música de los 80´s para cantar desafinado sin que nadie te escuche.