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PRISIONEROS POLÍTICOS MILITARES ¡ARRODÍLLENSE Y SIGAN PRESOS!



La venganza y el odio no claudicarán nunca. Los últimos días la prensa sensacionalista, escrita y digital, ha enfervorizado su acostumbrada dialéctica al referirse a los Militares Prisioneros Políticos, pero ahora con unas particulares frases: "Muy tarde para arrepentirse", "Aunque pidan perdón siguen siendo criminales", "El genocidio no se puede borrar con palabras", etc.

Lo anterior nos indica que el odio enfermizo del marxismo nunca claudicará. Y el "PERDÓN", en un acto ecuménico que el sensacionalismo ya transformó en otro más de sus shows, sólo será una más de las tantas palabras al viento, que por años han expresado esos servidores de la Patria, que el propio Estado mantiene encarcelados.

Antes que nada, es necesario aclarar que ¡NADIE TIENE QUE PEDIR PERDÓN POR NADA!

Esos hombres no están prisioneros por haber cometido algún ilícito. Tenemos que entender que para los Militares, Marinos. Aviadores y Carabineros, servir a la Patria es una ¡OBLIGACIÓN!, es la esencia misma de su vocación. Así lo dicen las leyes y la reglamentación que regulan su misión. la que es parte de su vida, la vida que ofrecieron por Juramento entregar, en cumplimiento de esa ¡OBLIGACIÓN!

Tenemos que tener claro entonces, que si seis de los más de cien uniformados encarcelados por el Estado por cumplir con sus obligaciones, decidieron, como dice el sensacionalismo: "pedir perdón", estarían incurriendo en una contradicción, ya que nadie, en uso de la razón, debe arrepentirse de cumplir un deber ineludible... una obligación. Indudablemente las causas de esta situación son dos:

La primera, la fuerte presión psicológica por el encarcelamiento injusto, intransigente e ilegítimo, de que ellos son víctima. Por más de una veintena de años, ellos desde sus cautiverios, más sus familias y muchos de sus camaradas desde la libertad, han luchado contra un murallón inexpugnable: Un poder político -izquierda- enfermizamente odioso, que con el correr de los años ha sabido hacer "muy bien" su trabajo: Primero, coludir absolutamente en el tema a sus adversarios políticos - derecha-, los que hoy, mayoritariamente, no son más que sucios oportunistas y traicioneros;

Segundo, contaminar al poder judicial, sacando a la inmensa mayoría de sus integrantes de todos sus estándares éticos, y transformándolo en un ente público que cuando se trata de Uniformados, actúa prevaricando en forma corroída; y Tercero, la compra con recursos fiscales, de un poder comunicacional a su gusto, a través del cual el país en conjunto se nutre de falsedades, tergiversaciones e ironías.

La otra causa radica en algunos hechos acaecidos las últimas semanas: Cuando el Presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, dijo en una entrevista: "creo que los condenados por derechos humanos tienen derecho a libertad" -en su expresión sobra el "creo" ya que de eso debiera estar seguro-; o la visita que realizó el ministro Mario Carroza -el más implacable anti militar- a Punta Peuco, para verificar el estado de salud de los Militares Presos Políticos del Estado; o lo dicho por el ministro de justicia, Jaime Campos, que "los derechos humanos son para todo el mundo" -pero no en Chile, le podríamos contestar.

Lo anterior, sumado a la asfixia del encierro político e ilegítimo, puede haber llevado a esos seis militares a ceder a "ciertas presiones" para acceder a "pedir perdón" -aunque no sepan de qué-. Claro que sus compañeros de armas e infortunio en Punta Peuco, al parecer no piensan igual y se mantienen en su posición, de que: fueron juzgados políticamente, condenados por presunciones fundadas y no reconocen los hechos por los cuales fueron sentenciados. Al respecto, el abogado Raúl Meza, de la Multigremial de las Fuerzas Armadas y de Orden en retiro, dijo que "existen otros internos que legítimamente no están dispuestos a pedir perdón, ya que consideran que fueron injustamente condenados".

Pues bien, no nos queda más que esperar el acto ecuménico, el que lamentablemente perderá la esencia de servicio religioso por la Navidad, para transformarse en un festín para la prensa sensacionalista, que ya se prepara para el gran evento, como también muchos políticos, de todos los sectores, que tratarán de sacar el mejor beneficio al hecho.


Pero la verdad es muy clara y los militares, pisoteados por tantos años, sabemos muy bien en que terminará todo esto: el odioso "Ni perdón ni olvido" instituido ni más ni menos que por Michelle Bachelet en su primer gobierno, se transformará en algo mucho peor "Arrodíllense y sigan presos". La solución para los Militares Presos Políticos del Estado, está sólo en la refundación del propio Estado.


Alejandro Russell O'Kuinghttonss.


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