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PATRIA (Bonus track): Un gintonic en Nagusi Strasse y gol de Bale



Llevo casi cuarenta años fuera de San Sebastián. Más del tiempo de los famosos "cuarenta años" de franquismo que no fueron tantos. Bastantes más de los que el Real Madrid estuvo sin ganar la Copa de Europa. Cinco más que el Mundial 82, para que se hagan una idea de los eones que han pasado desde Naranjito.  En este tiempo no me suena, aunque puede que lo haya habido, un sólo día en el que no haya deseado volver. Pero no es tan fácil como coger el coche y decir, que vale que ya estoy y que aquí me quedo. Y no lo digo por la infraestructura, casa, etc. No, no lo digo por eso.

Desde 1984, que es cuando cumplí 18 años, podía haber vuelto, teóricamente al menos, si habría querido. Dejemos al margen esas menudencias de que hay que vivir de algo y tal, y de que a los 18 yo vivía de los señores de Garmendia. Más bien hablemos de lo que importa, de las razones reales (hagamos como si la pasta no fuera una realidad suficientemente real).

Bien, pues no ya en 1984 sino en 1993 cuando terminé el MBA en el Instituto de Empresa de Madrid podría haber vuelto. Podría haber mandado mi curriculum a empresas de Guipúzcoa, podría haber respondido a anuncios de ofertas de por allí. Pero no lo hice por una razón obvia.

Si recuerdan en "Patria", 1993 es más o menos el año en que detienen a Joxe Mari. En aquella época y en años siguientes, (tras consultar a Wikipedia) me salen aún 124 víctimas mortales de ETA, de las que 15 son en San Sebastián (no incluyo al resto de Guipúzcoa) hasta el alto el fuego de 2011. Obviamente los años más duros en los que los atentados se sucedían casi cada día, y donde esa cifra se alcanzaba en un solo año, habían pasado. Pero no era (que también) cuestión de muertos. Era cuestión de que esa vida de 1977 jalonada de griterío fascistiode-abertzale, de violencia callejera, de no poder hablar, decir, expresar, de limitarte a esos "saludos mentales" que Joxian cobardemente pretende ofertar al Txato, no es precisamente la vida que uno quiere para sí mismo. Sobre todo si se tiene la oportunidad de evitarla y un MBA por una de las mejores escuelas de negocios del mundo para ayudarte a elegir el dónde y el cómo. Me fui a Barcelona.

Tras ser libre durante muchos años en Zaragoza, en Madrid, en Dublín, en Barcelona. Tras decir lo que pienso, lo que quiero y lo que me sale de las narices y de otros sitios ¿realmente quería volver a aquello? ¿Con los 27 años que tenía yo en 1993? Es decir, lógicamente consciente a esa edad de todo lo que pasa y de lo que no pasa. Con una opinión muy clara dada precisamente por esa edad y por los años fuera de ese entorno.

Iba a ser que no.

Para entonces ya pocos se creían los cuentos del Señor de los Anillos que nos contaban. Sabemos que su Euskal Herria no es la verde comarca donde pastan las vacas en paz y los hobbit vascos viven tranquilos entre comidas, cenas, desayunos, segundos desayunos (los famosos hamaiketakos y sus derivaciones a otras horas), izadas, partidos de la Real y fuegos artificiales con un helado en la mano. Sabemos que el "estado español" no es Mordor. Sabemos más bien que Sauron era ETA, que sus orcos convirtieron una tierra maravillosa en un infierno. Y por estar más al día, también sabemos que en el Juego de Tronos, los vascos no son "los del norte", capital Vitoria-Gasteiz-Invernalia, con los Stark (apellido no vasco) luchando por la libertad contra los malvados Lannister de Desembarco del Rey-Madrid. En todo caso, ellos (no los vascos, sino el entorno de ETA) están "más allá del muro", pero no son El Pueblo Libre, sino "Los Caminantes Blancos".

(Si no han leído o al menos visto la trilogía de JRR Tolkien del Señor de los Anillos y/o la serie Juego de Tronos basada en "Canción de Fuego y Hielo" de George RR Martin, no tienen ni la menor idea de lo que he dicho en el párrafo anterior. No pasa nada, no me he vuelto loco.)

En fin, a lo que iba: tras estas bonitas alegorías fantástico-literarias, me cabe la pregunta ¿Y ahora? ¿ahora que hay "paz"? ¿Vuelvo ahora?

Imaginemos que se da la posibilidad. Imaginemos un buen trabajo en una empresa de Guipúzcoa, una primitiva, lo que sea que me permitiera volver. ¿Lo haría?

Respuesta larga: Sencillamente no me cabe en la cabeza que ETA vuelva a actuar. Me entra en la cabeza que siga habiendo un entorno abertzale-filoterrorista que haga de las suyas, pero que no mate. Pero no podemos estar seguros. El beso Bittori-Miren del final de la novela de Aramburu nos da esperanza, pero no nos da seguridad. No mientras ETA exista. Y ETA no mata, pero existe. Sigue habiendo zulos con armas (no señalados en Google Maps por desgracia), y existe la posibilidad de que sigan haciendo seguimientos y recopilando información "por si acaso". Recuerden que el IRA también dejó de matar, pero una facción especialmente agresiva ("auténtica", decían) hizo aquel salvaje atentado en Omagh, tan inesperado como sangriento.

Naturalmente, hoy día una bomba o un camión asesino te la pone o lo usa una célula del ISIS o de Al Qaeda en cualquier momento y en cualquier lugar. No estamos seguros en absoluto. No es ETA el único peligro desgraciadamente.

Y por otra parte, no hace falta ser muy listo para imaginar que casi cuarenta años después, el hilo que me queda con San Sebastián es fino, muy fino. Un amigo con el que cada nosecuántos años intercambio una carta, un mail. Mi gente hoy está sobre todo en Zaragoza y algunos en Madrid. No en San Sebastián. En algún otro sitio que no nombro también (porque es pequeño y por tanto identificable).

De modo que esperaría a tener una posibilidad real de un trabajo en Donostialdea o a ganar Euromillones para decidir. Mientras tanto, si ETA se disuelve y entrega las armas me facilitarán la decisión para cuando esa única posibilidad entre 140 millones de ganar el Euromillón se materialice. Jaja.

Por cierto, y hablando del beso final de la novela: ¿qué pasa con la recociliación? ¿y sobre todo con las víctimas? Ahora no se puede pretender que unos y otros se vayan de pintxopote juntos y pelillos a la mar. Oiga, no. Verá usted, señor asesino, a mi marido/padre/hermano/novio/amigo/hijo tuvieron que recogerlo con una bayeta, el trozo más grande era como una moneda de un euro, menos un pie que apareció en el tercero derecha del edificio de enfrente. Lo poco que quedó de escurrir la bayeta está en Polloe. ¿Ahora en aras de la reconciliación y la paz nos vamos a potear todos juntos y aquí no ha pasado nada? ¿Un partido de fútbol asesinos contra víctimas? ¿formamos pareja al mus? ¿ahora resulta que todos somos vascos y entre nosotros no tiene que haber tiranteces?

Perdón por la ironía del párrafo anterior en un tema tan jodido, pero es que es una cosa que me reconcome. Son tan escasos los pasitos que se han dado hasta ahora por parte del Gobierno Vasco, que como que aún no me lo creo. Son tan, pero tan tan tan nimios los dados por los filoetarras que no me los creo en absoluto.

Perdón, perdón, perdón. Nos equivocamos, convertimos esto en un puto infierno creyendo unos cuentos que no eran ciertos. O para nosotros lo son pero la cagamos con la forma de llevarlos a cabo. Perdón por los muertos, heridos y mutilados. Perdón por el acoso, el señalamiento y el silencio cómplice o cobarde. Perdón por todos los que tuvieron que dejar su vida aquí y marcharse. Perdón a todos. Creemos en una Euskal Herria independiente y lucharemos por ella en las trincheras políticas, internacionales, de comunicación. Intentaremos que ese (ridículo) 19% de vascos que hoy quieren la independencia sean un 81%. Le daremos la vuelta. Como sea menos matando. Como sea menos odiando.

No es tan difícil, joder. Son siete putas líneas. Con una sola idea. Zazpiat Bat, no? Pues hala, a empezar. Podéis copiar y pegar, no hay problema.

A pesar de todos los problemas, desconfianzas y demás, yo mantengo una seria esperanza de que esta vez sea la buena. En un orden de cosas mucho menos dramático, es una gran cosa que el cóctel de moda en San Sebastián hoy día sea el gintonic y no el molotov. Señal de que alguna normalidad ha llegado a instalarse en Vasconia (sí, Vasconia ¿qué pasa? Euzkadi con Z es un nombre que se inventó Sabino Arana, como casi todo). Sin embargo, a pesar del alto el fuego y de que ETA aún no se ha disuelto, sigue habiendo historias tremendas como la de Alsasua , que ahora que hay "paz" llaman más la atención porque antes eran lo normal. Ya es triste decir que era "lo normal", pero así era.

Pero ¿por qué no creer que la paz ha llegado y va a seguir así ya indefinidamente? Uno va a San Sebastián y ve a la gente despreocupada, con su helado del Oiartzun y su jersey en los hombros, esperando los fuegos de la Aste Nagusia. Todo un tópico donostiarra que no por ello deja de ser cierto. La gente cena con su cuadrilla el 19 de enero. Los turistas asaltan la ciudad y convierten la Parte Vieja en una especie de parque temático del pintxo a precios imposibles. El txakoli, los zuritos y la sidra corren por las barras de los bares como si no hubiera un mañana. No hay txangurros en el mar para hacer tanto txangurro como se comen los americanos, franceses, ingleses, españoles venidos de todas partes...

Todo esto lo ve Joxe Mari en la novela desde la cárcel por televisión. Un montón de personas felices a los que él pretendía liberar y que no tienen, mira tú, la menor pinta de necesitar ser liberados de nada.

La Real no sólo está en Primera sino que a la hora de escribir este post está en puestos UEFA (a un punto de la Champions) y lo que es más importante, está delante del Bilbao.

Bildu no está en el Ayuntamiento ni en la Diputación, y eso que Izaguirre parecía un tipo medio civilizado. Ha pasado DSS2016 con más pena que gloria, pero el Zinemaldia siempre compensa devolviendo a la ciudad a la primera plana internacional.

El Kutxa Kultur Festibala de este año lleva a Igeldo a The Hives, pero sobre todo a The Jesus and Mary Chain, uno de los grupos que me flipan desde mitad de los ochenta, cuando precisamente MedinaSidonia de Enmedio trajo su primer disco (Psychocandy) de Londres. Si mi situación marcha para entonces, me lanzaría a ir sin duda. Si no lo es, escucharé un rato a los TJ&MC en mi móvil. Veremos si toca ese euromillón. Jaja.

El caso es que con este ambiente de buen rollo, MedinaSidonia de Enmedio precisamente nos convocó a MedinaSidonia Pequeño y a un servidor en San Sebastián. ¿El motivo? Tenía cuatro entradas para ver el partido Real Sociedad-Real Madrid en Anoeta. La cuarta era para MiniMedinaSidonia de Enmedio, hincha del Madrid también. De modo que los MedinaSidonia de los extremos nos pusimos en marcha de buena mañana desde Zaragoza, mientras que ellos lo hicieron desde donde viven, que tampoco está lejos.

Entramos por la variante en Amara. Carlos I número X (no es 10, es incógnito). Un vistazo rápido al portal de nuestra ex-casa y a los alrededores después de encontrar aparcamiento con mucho trabajo cerca del estadio.

Desde Amara dejando a un lado la estación del topo (donde tuvo lugar la nunca reivindicada primera acción con muerto de ETA, una niña de meses llamada Begoña Urroz Ibarrola) y bajando por la calle Easo, llegamos al Paseo de la Concha. Día perfecto, sol de 30 de abril, despejado, temperatura estupenda, aficionados de Madrid que aprovechan para pasar el finde en San Sebastián. Terrazas llenas, gente en la playa, bicis en el bidegorri, camisetas blanquiazules, corredores a lo suyo que es correr.

Nos dirigimos hacia el Náutico, y por ahí MedinaSidonia de Enmedio propone comer en una terraza en el puerto. Aprobado por unanimidad. ¿Sitio de turistas? Bien, es que nosotros somos indígenas pata negra, pero al mismo tiempo somos turistas en nuestra propia ciudad.

Era la primera vez que los tres MedinaSidonias (o los tres Minigarmendias si seguimos con la nomenklatura del post IV) estaban juntos en San Sebastián desde 1984. La segunda desde 1977. La ciudad que vio nacer a los tres en una clínica de Ategorrieta. Ni  joxemaritarras ni koxkeros, más bien kaskariñas de San Ignacio de Gros (y el pequeño de la Sagrada Familia de Amara).

Tras la comida (evitaré la envidia de los lectores con la lectura del menú y el par de botellas de txakoli que cayeron), y con tiempo de sobra para ir a Anoeta, atravesamos Kaimingaintxo dejando la lonja a la derecha y entramos por Portaletas en la Parte Vieja. Llegamos al Atari, en Kale Nagusia (calle Mayor, o calle grande literalmente).

Tres Gin & Tonic. El mío de Nordés, una ginebra gallega. El de los dos MedinaSidonias menores creo recordar que de Brockman's, aunque no lo juraría delante de un juez. El bar lleno, la terraza a reventar. MiniMedinaSidonia de Enmedio juega con su móvil sentado en las escaleras de Santa María.

Por las calles de la Parte Vieja hay mucha camiseta de la Real. El partido es importante, viene el Madrid que se juega la Liga en competencia directa con un Farsa que viene flojeando últimamente y un Atlético que no termina de descolgarse. También hay algunas camisetas del Madrid. Ni les miran. Ni bien ni mal. Simplemente están ahí, como las papeleras, las farolas o las mesas de las terrazas. Ni un mal gesto, ni un rumor. Tal vez un "hoy váis a palmar", "Aupa Real", "Gora Erreala". Sorprendente buen rollo con el equipo del franquismo, la derecha, el centralismo, Aznar, "esos de Madrií" como decía Arzalluz.

Animados por el buen rollo, de camino a Anoeta una bufanda del Madrid hace su aparición en el cuello de MiniMedinaSidonia de Enmedio. No recuerdo de dónde ha salido, tal vez su padre la llevaba en el bolsillo de la chaqueta. Al pasar por el coche en el que habíamos llegado desde Zaragoza, MedinaSidonia Pequeño abre el maletero y saca una camiseta antigua del Real Madrid. Lleva el número 5 con el nombre de Zidane encima y publicidad de Siemens Mobile. Temporada 2002-03. Se la pone encima de la camisa. Yo no he traído nada, ni mi bufanda ni mi camiseta con el 10 de Figo. La verdad es que ni se me ocurrió, esperaba bastante más hostilidad con el Madrid y preferí no buscar líos. Error: no hay líos que buscar ni que encontrar, la gente tiene ganas de fútbol y de divertirse, y de nada más. Al fin y al cabo a un exaltado antimadridista te lo puedes encontrar en Anoeta o en Balaidos, o en La Romareda mismo.

En las inmediaciones del campo, nadie mira apenas la camiseta de mi hermano. Hay bastantes más. Muchas más. Gente de Madrid, madridistas de lugares cercanos, turistas extranjeros que se han comprado la camiseta y que aprovechan estar en San Sebastián para ir al partido, franceses aficionados que suelen ir a ver a la Real y que realmente son del Madrid... Dentro del campo, lo mismo. Están los Ultrassur pero no les vemos porque están en el graderío encima de nosotros. Supongo que se habrán traído su parafernalia de banderas españolas con cruces diversas, pero no lo vemos.

El partido avanza. El Madrid controla, domina el partido totalmente, pero no concreta a pesar de las numerosas ocasiones. Se está jugando la Liga. Al final, en el minuto 80 Bale marca de cabeza. Nos levantamos los cuatro a corear el gol, y cientos, tal vez algunos miles de personas hacen lo mismo. Obviamente una minoría del campo, pero muchos. Muchísimos. El Goooooooooooool!! se oye en todas partes del estadio.

El partido acaba. El Real Madrid gana 0-1 y sigue luchando por una Liga que al final gana el Farsa. No hay odio entre los aficionados locales, hay resignación. Nadie nos dice nada, alguno mira la camiseta de reojo, pero nada más. Y no lo hace de mal rollo, sólo la mira.

Llueve. Gran novedad en San Sebastián. Tal vez el personaje que más sale en "Patria" es la lluvia. Está presente en cada momento clave del libro y en momentos que no lo son tanto. El verde tiene un precio. Llegamos al coche y nos despedimos de los MedinaSidonias que no viven en Zaragoza hasta pronto. Vuelta. Agur eta laster arte, Donostia maitia!! 



FIN TOTAL. NO HAY BONUS TRACK 2 NI BISES. HALA, A CASA A CENAR QUE YA ES HORA. MILA ESKER ETA GERO ARTE.



PD: El gin&tonic de la foto no es de los nuestros. Ni anduvimos por la Consti ni, sobre todo, llevamos ninguno las uñas rojas. Dicho queda.

PD2: Casualmente cuando me iba a comer a casa hoy, me he encontrado con un compañero del colegio que fue uno de los del "welcome Basque refugees" cuando llegué a Zaragoza en 1977. Tiene un apellido, por cierto, igual o más vasco que el mío. Nos hemos hecho un "saludo mental" (además moviendo la cabeza y sonriendo) pero era porque él iba hablando por el móvil.

PD3: Me faltaba la respuesta corta a la pregunta: Sí, volvería sin dudarlo. Creo que esta es la buena.


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