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Gracias, Meritxell



Meses con Esa Palabra en la punta de la lengua que nadie se atrevía a pronunciar en voz alta por aquello de que nuestros padres nos han pagado una educación. Meses pensando que solo con una extraordinaria facilidad para dejarse engañar, o con una extraordinaria cegera uno podía ser votante de Posdemos y sus ramificaciones. Carne de secta, sus feligreses abrazaron al partido como a una religión, con mesías incluído. Muchos ya han dejado el grupo, cada vez más, pero aún siguen ahí unos cuantos desgañitándose por sus amados líderes que le prometen un paraíso terrenal antes de separar las aguas del mar de ambigüedad. De la izquierda venezolana, de la de Felipe González después, de la izquierda escandinava o de la griega para acto seguido afirmar, con todo su pepo, que no son de izquierdas. Y en estas que una fan directioner con las hormonas revolucionadas se deja los pulmones para gritarle a Pablo Iglesias, en cuerpo de sacerdotisa leridana 'tú eres nuestra geeeeenteeeeeeee'. 

Y entonces ocurre. Esa Palabra que no pronuncian las lenguas de los bien educados. Esa misma palabra que tienen en mente los dirigentes podemitas cuando con una media sonrisa cuentan cabezas de ganado. Esa palabra tan española, tan descriptiva, tan demoledora, surge de su boca con una cadencia preciosa, con delicadeza choni y hasta con una cierta musical. 'Gilipollas'. 

Gracias por decir lo que muchos pensamos pero por decoro nos callamos. Gracias por ungirnos de tamaña autoridad cuando volvemos a ese mismo pensamiento. No sé si tu serás tan gili de votarte a tí misma, espero que sí y no nos defraudes. Pero pase lo que pase el próximo domingo España estará en deuda contigo por haber sido la única dirigente de esas mareas, amalgamas y satelites de Podemos que le dice a sus votantes con tanta claridad lo que piensa, lo que todos pensamos.

'Gilipollas' por adorarme. 'Gilipollas' por creerte lo que estoy contando. 'Gilipollas' por votarme. Habiendo exorcizado al diablo del subconsciente, la sacerdotisa de Catalunya si que es pot continúa con su homilía, como si nada hubiera pasado, con el rictus de Homer Simpson cuando no sabe si ha pensado pa'dentro o ha hablado pa'fuera, recordando que aún les queda una semana, ¿para sumar más gilipollas?. Así claro que es pot. Pero en esta España en la que Zapatero llamó Gilipollas a los que creyeron que estábamos en la champions league de la economía, esta España en la que Mariano Rajoy llamó gilipollas a todos quienes les votaron para que no subiera el IVA, esta España en la que Artur Mas llama gilipollas a todos quienes creen que Narnia podría existir y que sería miembro de la Unión Europea, solo Mertixell, nuestra Meritxell de Lérida, se ha atrevido a hacerlo explícito. Ahora entendemos esto de la nueva política y la transparencia podemita.

Gracias, Meritxell.


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Gracias, Meritxell

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