https://goo.gl/T7scoE
Compañero Máximo Agustín Mantilla Campos, líder del PAP y exministro aprista.
Familiares, compañeros y amigos:
Tengo el penoso deber de comunicarles el fallecimiento de mi hermano, Máximo Agustín Mantilla Campos, acaecido hace algunos minutos en la Unidad de Cuidados Intensivos del séptimo piso del Hospital Edgardo Rebagliati. Muchas gracias por vuestras múltiples muestras de cariño y amistad.
Tengo el penoso deber de comunicarles el fallecimiento de mi hermano, Máximo Agustín Mantilla Campos, acaecido hace algunos minutos en la Unidad de Cuidados Intensivos del séptimo piso del Hospital Edgardo Rebagliati. Muchas gracias por vuestras múltiples muestras de cariño y amistad.
Lima, 20 de noviembre de 2015
Jorge Luis Mantilla Campos
Agustín se sacrificó personalmente por la carrera política de Alan García Pérez, a quien reintrodujo en la escena nacional, tras negociaciones con la dictadura de Fujimori-Montesinos. Cumpliendo órdenes de García, asumió la responsabilidad de obtener de la dictadura financiamiento para la campaña electoral del Partido Aprista, permitiendo que se escabulleran del problema falsos valores como Del Castillo Gálvez y Mercedes Cabanillas.
A pesar de ser secretario personal de García Pérez fue traicionado por el inescrupuloso felón, quien luego de ordenar la recepción de financiamiento de manos de Montesinos, llegó a declarar, cínicamente, que Agustín le había clavado un puñal en la espalda.
Agustín murió acompañado por sus familiares y muchos apristas de trayectoria, y abandonado por García, quien hace años ordenó a los alanistas encaramados en el PAP cortar todo vínculo con él. Recientemente, García llegó al extremo de prohibir al Comité Aprista de Pueblo Libre ofrecer su local para la realización de una actividad destinada a colaborar económicamente en el sufragio de los gastos médicos del exministro aprista.
¡Descansa en paz, Agustín!
César Vásquez Bazán
Aproximadamente a las cinco de la tarde del viernes 20 de noviembre de 2015, falleció nuestro querido compañero Agustin Mantilla. Dos días antes había ingresado a emergencia por una descompensación que no pudo ser resuelta de la mejor forma. La noche del 19 fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos. Finalmente no pudo resolverse la descompensación ni la sepsis.
Compañero leal, supo afrontar solo las responsabilidades de muchos que después lo abandonaron, y lo hizo con estoicismo, sin quejas, ni esperar nada a cambio.
Mas de uno lo negó. Mas de uno se mostró infraterno. Pero Agustín igual los quería, porque en su corazón no había lugar para el rencor.
Agustin, querido amigo y hermano: Tus compañeros y amigos estamos contigo como siempre, por siempre.
Julio Espinoza Jiménez
Hasta cualquier momento, compañero Agustín Mantilla
Ha fallecido un aprista que siempre supo estar a la altura de las circunstancias. No serán pocos los que tengan algún comentario sobre él. Lo recuerdo siempre discreto y reservado. Su labor en el Ministerio del Interior fue reconocida por la ciudadanía. Sin duda alguna, fue el aprista que mejor cumplió esa función.
La última vez que lo vi fue en el patio de visitas de la prisión. Conversamos largamente, con entera franqueza. Al despedirnos me dijo que lo conversado esa tarde mejor quedara en reserva, y con cierta amargura añadió: "No todos entienden que la lealtad debe ser mutua".
Siempre fue discreto. Hay enfermedades que matan. Esas se combaten con medicamentos. También hay actitudes que matan, no tan rápido como las primeras, pero igualmente son letales. Su sistema inmunológico no fue tan fuerte como su lealtad.
Agustín fue víctima del abandono de personas que le deben mucho. Eso no lo pudo superar. Discretamente, asi como vivió falleció. Hasta en eso supo estar a la altura de las circunstancias. Sus restos son velados en su domicilio de siempre, Granada 274, Pueblo Libre, de no mediar algún cambio de última hora.
Paz en tu tumba, compañero Máximo Agustín Mantilla Campos.
La última vez que lo vi fue en el patio de visitas de la prisión. Conversamos largamente, con entera franqueza. Al despedirnos me dijo que lo conversado esa tarde mejor quedara en reserva, y con cierta amargura añadió: "No todos entienden que la lealtad debe ser mutua".
Siempre fue discreto. Hay enfermedades que matan. Esas se combaten con medicamentos. También hay actitudes que matan, no tan rápido como las primeras, pero igualmente son letales. Su sistema inmunológico no fue tan fuerte como su lealtad.
Agustín fue víctima del abandono de personas que le deben mucho. Eso no lo pudo superar. Discretamente, asi como vivió falleció. Hasta en eso supo estar a la altura de las circunstancias. Sus restos son velados en su domicilio de siempre, Granada 274, Pueblo Libre, de no mediar algún cambio de última hora.
Paz en tu tumba, compañero Máximo Agustín Mantilla Campos.
Héctor Alva Narvaez
El mejor testimonio de la deslealtad, ingratitud y traición que caracteriza a Alan García Pérez es el haber abandonado por completo al compañero Agustín Mantilla Campos, el hombre que más hizo y construyó para que sea aceptado como dirigente aprista.
Es desgarrador para nosotros –que sabemos lo que es la disciplina, el honor y la lealtad entre apristas– constatar la traición cometida contra Agustín, a sabiendas todos que Mantilla –sin ser representante público y sólo dirigente del Partido– acudió a una desafortunada cita con Montesinos con el fin de obtener dinero para una magra campaña política, por solicitud expresa y directa de Jorge del Castillo Gálvez.
Fue el Tío George –por encargo del bipolar Tío Alan– quien pidió a Agustín asistir a esa reunión, convirtiéndolo en la mayor víctima de las traiciones alanistas. Luego seguiría una larga lista de acuchillados por la espalda por el alienado mental. García, con la complicidad de una cúpula incapaz y corrupta, está acabando con lo que fue el Partido Aprista hace treinta años.
Lealtad con Agustín es lo que el bipolar debería tener. Mantilla es el hombre que más trabajó para levantar su falso liderazgo. En esta hora triste para el aprismo, los verdaderos militantes debemos valorar la inmolación heroica del amigo y compañero Agustín Mantilla, quien se fue a la tumba sin denunciar los delitos del traidor de traidores, Alan García Pérez.
Desde el Rescate del Aprismo,
Augusto Valqui Malpica
Related Articles
Agustín Mantilla Campos y el autor de esta nota en Lima, mayo de 1990
El siguiente artículo fue escrito el 31 de enero de 2001 y apareció en la lista de correo electrónico APRA Global, quedando registrado como mensaje 7,043. En esos días de 2001 se rumoreaba la existencia de un vídeo de conversaciones de Agustín Mantilla con Vladimiro Montesinos. Obviamente, se desconocía el contenido de dicho material. Por considerarlo de interés, volvemos a publicar la nota que se encuentra en los archivos de APRA Global.
Allá por el año 1967 me inscribí en la Juventud Aprista Peruana (JAP) del Sector 19 de Pueblo Libre. José Rodríguez Figueroa era secretario general de la JAP, a quien alguna japista llamaba cariñosamente Pepino. Dirigía el Comité del PAP Agustín Mantilla Campos, el más joven secretario general que haya tenido el Partido Aprista en Pueblo Libre.
Milité en la JAP y fui testigo de cómo crecía el padrón de afiliados y la asistencia a nuestras sesiones cuando se acercaban los exámenes de admisión a la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV). Una vez terminados dichos exámenes, obtenido el ansiado ingreso a la "Villa", los nuevos inscritos desaparecían de la escena, usualmente para siempre. Observar este comportamiento fraudulento fue un motivo más que tuve en cuenta para presentarme a San Marcos y no a la UNFV.
Un conjunto de jóvenes apristas de Pueblo Libre denunciamos en 1967 los ingresos ilegales a la Villarreal. La respuesta a nuestra crítica fue la aparición en una sesión de la JAP de la temida brigada de disciplina "Vargas Machuca" del Callao. Los chalacos querían proceder a aplicar algunos castigos corporales a los denunciantes de las admisiones fraudulentas, en especial al japista José Antonio Saldaña Ramírez. En esa difícil ocasión fueron dos dirigentes del PAP de Pueblo Libre, Agustín Mantilla Campos y Ruth Rojas de Villasís, quienes sin ningún temor se interpusieron en la acción de la "Vargas Machuca" y evitaron una masacre de aquellas que acostumbraba practicar la mencionada banda de matones.
Meses después se produjo el golpe de estado de Velasco Alvarado. La noche siguiente, un grupo de militantes de Pueblo Libre, adultos y jóvenes, nos reunimos en la casa de Pepe Rodriguez Figueroa para esperar las directivas del Partido. En esos momentos, por supuesto, estuvo presente y dirigiendo al grupo el compañero Agustín Mantilla.
En esos años se derrumbó también la vieja sede alquilada del PAP de Pueblo Libre. Y el Sector 19 dejó de tener local por algún tiempo, hasta que nuevamente se reabrió, esta vez en la casa de Agustín Mantilla. Durante esos tiempos los apristas de Pueblo Libre nos reuníamos en aquella verdadera Casa del Pueblo en pequeño en la que se convirtió el hogar de Agustín. Recuerdo en particular su pequeño estudio, en cuya biblioteca guardaba las obras de Haya de la Torre existentes en la época, entre ellas una versión a mimeógrafo de El antimperialismo y el APRA, impresa me parece por los compañeros del Comando Universitario Aprista de Huánuco.
Agustín Mantilla siempre estuvo identificado con Pueblo Libre y con el PAP. Permanentemente fue un soldado del aprismo, listo a cumplir con su deber de defender al Partido. Viene a mi memoria un hecho, registrado en la campaña electoral de 1980. En nuestro distrito había un grupo de activistas de AP-PPC que permanentemente destruía las banderolas y la propaganda de Armando Villanueva. Todas las noches salían a hacer su trabajo y nosotros buscábamos darles el encuentro. Hasta que finalmente los ubicamos. Era un grupo de energúmenos, a los que localizamos en el centro comercial donde se encontraba Sears y Monterrey, en la avenida Sucre, cruce con Clement. En nuestro enojo, todos estabamos dispuestos a hacerles pagar caro sus acciones antiapristas. Sin embargo, Agustín rápidamente midió las consecuencias de una eventual batalla campal y tomó una decisión. En esa madrugada de 1980 exigió ir solo a hablar con los accio-pepecistas. Nos molestó su manera de pensar pero la aceptamos. Y así fue como lo vimos acercarse a los odiados belaundistas, con quienes pudo dialogar. A partir de esa conversación, los militantes de AP-PPC nunca más destruyeron la propaganda aprista en Pueblo Libre.
Pasaron los años y siempre Agustín fue reconocido como el militante más querido y respetado del PAP en Pueblo Libre. Entre 1980 y 1983 llegó a ser regidor electo por el PAP en nuestro distrito. Luego, a partir de 1983, se dedicó con alma, vida y corazón a trabajar por Alan García, constituyéndose en su secretario personal y encargado de seguridad.
Narrar lo acontecido entre 1985 y 1990 me parece innecesario pues los hechos son conocidos. Lo que sí creo conveniente es recordar lo que sucedió luego, una vez producido el golpe de estado del 5 de abril de 1992. La casa de Agustín, en Granada 274, Pueblo Libre, fue asaltada por los militares pro-fujimoristas. Mantilla fue apresado, permaneciendo en esa condición por varios años. La familia, además, fue hostilizada por la dictadura. Los compañeros quizá no lo sabrán, pero todos los Mantilla son apristas. Su anciana madre y sus dos hermanos, en particular, también tuvieron que sufrir la persecución, hostilización permanente y el chantaje de los militares y Montesinos.
Hasta ahí lo que se objetivamente de Agustín Mantilla. Salí del Perú en abril de 1991 y más datos no poseo. Pero lo que sí tengo es memoria para recordar un cuarto de siglo de militancia aprista de Mantilla, militancia sacrificada y muchas veces silenciosa. Creo que no pecaré de falsedad si digo que cualquier cosa que suceda con Agustín nos afectará íntimamente a todos los militantes de Pueblo Libre.
En los últimos años se han dicho algunas cosas sobre Mantilla, como se dicen sobre todos nosotros. Se ha recordado que se reunió en un viaje internacional con Fujimori. Sabemos que votó a favor de entregar Tiwinza y que existen por ahí un par de entrevistas un tanto extrañas, una en Caretas y otra en Expreso, declaraciones que criticamos en esta Lista (APRA Global). Ha trascendido ahora que existe un vídeo de Mantilla con Montesinos. Desconocemos su contenido.
Sin embargo, sea cual fuere lo grabado en dicha cinta, creo que Agustín Mantilla, por sus largos años de militancia silenciosa y servicio anónimo al Partido, merece que se considere su versión de los hechos. Hay algo, además, que debe recordarse. Todos estos años, la familia Mantilla vivió bajo el chantaje de Montesinos. Sabemos, por ejemplo, que Montesinos blandía órdenes de captura contra Jorge Luis Mantilla y con esto mantenía en zozobra a toda la familia, en especial a la madre de Agustín. Y en el caso que existiera alguna anormalidad, nuestro Partido tiene canales de disciplina que deben aplicarse y dar oportunidad al acusado para que responda a las imputaciones que se le puedan formular.
En estos difíciles momentos he querido relatar los anteriores recuerdos juveniles del compañero Agustín Mantilla, que son los que siempre perdurarán en mi memoria.
Fuente: Lista de correo electrónico APRA Global, mensaje 7,043, miércoles 31 de enero de 2001
© César Vásquez Bazán, 2001, 2015
Todos los derechos reservados
Enero 31, 2001; noviembre 22 2015
Milité en la JAP y fui testigo de cómo crecía el padrón de afiliados y la asistencia a nuestras sesiones cuando se acercaban los exámenes de admisión a la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV). Una vez terminados dichos exámenes, obtenido el ansiado ingreso a la "Villa", los nuevos inscritos desaparecían de la escena, usualmente para siempre. Observar este comportamiento fraudulento fue un motivo más que tuve en cuenta para presentarme a San Marcos y no a la UNFV.
Un conjunto de jóvenes apristas de Pueblo Libre denunciamos en 1967 los ingresos ilegales a la Villarreal. La respuesta a nuestra crítica fue la aparición en una sesión de la JAP de la temida brigada de disciplina "Vargas Machuca" del Callao. Los chalacos querían proceder a aplicar algunos castigos corporales a los denunciantes de las admisiones fraudulentas, en especial al japista José Antonio Saldaña Ramírez. En esa difícil ocasión fueron dos dirigentes del PAP de Pueblo Libre, Agustín Mantilla Campos y Ruth Rojas de Villasís, quienes sin ningún temor se interpusieron en la acción de la "Vargas Machuca" y evitaron una masacre de aquellas que acostumbraba practicar la mencionada banda de matones.
Meses después se produjo el golpe de estado de Velasco Alvarado. La noche siguiente, un grupo de militantes de Pueblo Libre, adultos y jóvenes, nos reunimos en la casa de Pepe Rodriguez Figueroa para esperar las directivas del Partido. En esos momentos, por supuesto, estuvo presente y dirigiendo al grupo el compañero Agustín Mantilla.
En esos años se derrumbó también la vieja sede alquilada del PAP de Pueblo Libre. Y el Sector 19 dejó de tener local por algún tiempo, hasta que nuevamente se reabrió, esta vez en la casa de Agustín Mantilla. Durante esos tiempos los apristas de Pueblo Libre nos reuníamos en aquella verdadera Casa del Pueblo en pequeño en la que se convirtió el hogar de Agustín. Recuerdo en particular su pequeño estudio, en cuya biblioteca guardaba las obras de Haya de la Torre existentes en la época, entre ellas una versión a mimeógrafo de El antimperialismo y el APRA, impresa me parece por los compañeros del Comando Universitario Aprista de Huánuco.
Agustín Mantilla siempre estuvo identificado con Pueblo Libre y con el PAP. Permanentemente fue un soldado del aprismo, listo a cumplir con su deber de defender al Partido. Viene a mi memoria un hecho, registrado en la campaña electoral de 1980. En nuestro distrito había un grupo de activistas de AP-PPC que permanentemente destruía las banderolas y la propaganda de Armando Villanueva. Todas las noches salían a hacer su trabajo y nosotros buscábamos darles el encuentro. Hasta que finalmente los ubicamos. Era un grupo de energúmenos, a los que localizamos en el centro comercial donde se encontraba Sears y Monterrey, en la avenida Sucre, cruce con Clement. En nuestro enojo, todos estabamos dispuestos a hacerles pagar caro sus acciones antiapristas. Sin embargo, Agustín rápidamente midió las consecuencias de una eventual batalla campal y tomó una decisión. En esa madrugada de 1980 exigió ir solo a hablar con los accio-pepecistas. Nos molestó su manera de pensar pero la aceptamos. Y así fue como lo vimos acercarse a los odiados belaundistas, con quienes pudo dialogar. A partir de esa conversación, los militantes de AP-PPC nunca más destruyeron la propaganda aprista en Pueblo Libre.
Pasaron los años y siempre Agustín fue reconocido como el militante más querido y respetado del PAP en Pueblo Libre. Entre 1980 y 1983 llegó a ser regidor electo por el PAP en nuestro distrito. Luego, a partir de 1983, se dedicó con alma, vida y corazón a trabajar por Alan García, constituyéndose en su secretario personal y encargado de seguridad.
Narrar lo acontecido entre 1985 y 1990 me parece innecesario pues los hechos son conocidos. Lo que sí creo conveniente es recordar lo que sucedió luego, una vez producido el golpe de estado del 5 de abril de 1992. La casa de Agustín, en Granada 274, Pueblo Libre, fue asaltada por los militares pro-fujimoristas. Mantilla fue apresado, permaneciendo en esa condición por varios años. La familia, además, fue hostilizada por la dictadura. Los compañeros quizá no lo sabrán, pero todos los Mantilla son apristas. Su anciana madre y sus dos hermanos, en particular, también tuvieron que sufrir la persecución, hostilización permanente y el chantaje de los militares y Montesinos.
Hasta ahí lo que se objetivamente de Agustín Mantilla. Salí del Perú en abril de 1991 y más datos no poseo. Pero lo que sí tengo es memoria para recordar un cuarto de siglo de militancia aprista de Mantilla, militancia sacrificada y muchas veces silenciosa. Creo que no pecaré de falsedad si digo que cualquier cosa que suceda con Agustín nos afectará íntimamente a todos los militantes de Pueblo Libre.
En los últimos años se han dicho algunas cosas sobre Mantilla, como se dicen sobre todos nosotros. Se ha recordado que se reunió en un viaje internacional con Fujimori. Sabemos que votó a favor de entregar Tiwinza y que existen por ahí un par de entrevistas un tanto extrañas, una en Caretas y otra en Expreso, declaraciones que criticamos en esta Lista (APRA Global). Ha trascendido ahora que existe un vídeo de Mantilla con Montesinos. Desconocemos su contenido.
Sin embargo, sea cual fuere lo grabado en dicha cinta, creo que Agustín Mantilla, por sus largos años de militancia silenciosa y servicio anónimo al Partido, merece que se considere su versión de los hechos. Hay algo, además, que debe recordarse. Todos estos años, la familia Mantilla vivió bajo el chantaje de Montesinos. Sabemos, por ejemplo, que Montesinos blandía órdenes de captura contra Jorge Luis Mantilla y con esto mantenía en zozobra a toda la familia, en especial a la madre de Agustín. Y en el caso que existiera alguna anormalidad, nuestro Partido tiene canales de disciplina que deben aplicarse y dar oportunidad al acusado para que responda a las imputaciones que se le puedan formular.
En estos difíciles momentos he querido relatar los anteriores recuerdos juveniles del compañero Agustín Mantilla, que son los que siempre perdurarán en mi memoria.
Fuente: Lista de correo electrónico APRA Global, mensaje 7,043, miércoles 31 de enero de 2001
© César Vásquez Bazán, 2001, 2015
Todos los derechos reservados
Enero 31, 2001; noviembre 22 2015
This post first appeared on César Vásquez PERÚ: PolÃtica, EconomÃa, Histo, please read the originial post: here
