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Comer en la cancha: los clubes se suben a la ola gourmet

Con propuestas de lujo como el restaurante que acaba de inaugurar River o la reivindicación de los bodegones que buscan All Boys y Excursionistas, el fútbol pone un pie en el negocio gastronómico

Con una inversión de $320 millones, River acaba de inaugurar un Restaurante en la tribuna Centenario del estadio Mâs Monumental con el que busca posicionarse como un referente gastronómico del barrio de Nuñez

Hay vida más allá del choripan y el paty. Bajo esta premisa y con una inversión de $320 millones, River acaba de inaugurar un restaurante en la tribuna Centenario del estadio Mâs Monumental, con el que busca posicionarse como un referente gastronómico del barrio de Núñez.

El nuevo espacio, bautizado con el nombre de Banda, se presenta como “un restaurante de lujo con capacidad para 180 cubiertos” que funcionará de lunes a domingo, de 9 a 2 de la madrugada, ofreciendo tanto desayunos y meriendas como almuerzos, cenas y cócteles. Y su principal atractivo pasa por la vista al campo de juego desde el salón y la terraza.

Detrás del flamante restaurante se encuentra una sociedad entre dos operadores gastronómicos: el Grupo Enter y el Grupo Malloys, que tendrá la concesión de Banda por los próximos diez años a cambio de una llave de US$1,8 millones. River además se llevará el 12% de las ventas del restaurante en concepto de canon.

Tanto Enter como Malloys son operadores consolidados en el mercado gastronómico. El primer grupo está liderado por el empresario Nicolás Bargagna y es el dueño de espacios como Aribau, Maldini y Casa Paradiso (en este último caso asociado con Donato de Santis). Por su parte, Malloys tiene varios restaurantes en la zona norte, como Malloy’s, Lelé de Río y Fedras. Además, su incursión en el fútbol no se limita a River, ya que la empresa también es la concesionaria de León Bistró, el restaurante que funciona dentro del estadio Uno de Estudiantes de La Plata.

“Para nosotros, estar en River tiene una cuota emocional, estamos cumpliendo un sueño. Fueron ocho meses de mucho trabajo. Más allá de que siempre tomamos decisiones arriesgadas, como abrir bares en shoppings, crear un food hall de 2500 m2 como es Casa Paradiso o tener un restaurante en un estadio de fútbol, nos damos el gusto de hacer, de manera profesional, cosas que nos divierten”, dice Bargagna.

“Apuntamos a un tener un mix de público. Por un lado, está el turismo, porque el restaurante le agrega un atractivo a la típica visita a la cancha de River que hoy hacen los turistas del interior o de otros países. Y también queremos que el lugar se convierta en un punto de encuentro, por su ubicación y porque contamos con 200 cocheras disponibles sobre Figueroa Alcorta. Y desde ya, que también va a ser el lugar de referencia para todos los hinchas de River”, explicó el titular de Enter a LA NACION.

El grupo Abridor está invirtiendo $60 millones en la apertura del restaurante Vitalicio, dentro de la cancha de All Boys

Ola de aperturas

Banda no será la única propuesta gastronómica de River. En forma paralela, el grupo gastronómico Abridor avanza con la remodelación de la tradicional confitería del club, ubicada sobre la platea San Martín, y con la apertura de otro restaurante, bautizado con el nombre de Glorias, que funcionará pegado al museo River Plate.

Abridor es otro jugador de peso en la gastronomía porteña. Hoy opera 25 locales, contando restaurantes, bistrós y confiterías, con marcas como Unión Gluten Free, Pontoni, Villa, Bosco Cocina y Aguila Pabellón, y tiene en carpeta otras veinte aperturas. En el mundo del fútbol además avanza con otras dos propuestas. En All Boys -el popular club de Floresta- abrirá un restaurante dentro del estadio Islas Malvinas, con el nombre de Vitalicio y una inversión de $60 millones. Y en Excursionistas inaugurará René, en homenaje a René Houseman, el hincha más famoso de la entidad de Bajo Belgrano.

“En toda la ciudad hay un boom gastronómico y los clubes tenían un poco abandonado este negocio. Ahora las propuestas se están profesionalizando, pero sin perder la esencia de los clubes de barrio que es comer bien y en forma abundante, con una propuesta de cocina porteña tradicional pero bien ejecutada”, explicó Pedro Diaz Flores, uno de los socios del grupo Abridor.

A la lista de clubes que están apostando a la gastronomía con más fuerza también se sumará Boca, que a su tradicional restaurante 1905 -que ya funciona dentro de la Bombonera- antes de fin de año le sumará una nueva propuestas de comidas rápidas en la platea media.

“A los clubes argentinos en general les faltaba desarrollar una propuesta más moderna y actualizada de la gastronomía. Y seguramente, ahora el ejemplo de River va a ser seguido por otros clubes”, señaló Barbagna.

Tendencia mundial

La avanzada de los restaurantes en las canchas de fútbol, al menos de entrada, se presenta como una alternativa interesante en un momento en que la gastronomía es una de las industrias menos golpeadas por la crisis económica.

“Todo lo que se sale de lo convencional funciona muy bien en el mercado gastronómico. Y a esto se suma que la oferta relacionada con el fútbol parte con ventaja, por la gran cantidad de hinchas que aportan los clubes”, explicó Melissa Calabrese, una de las socias de Flama, una consultora especializada en el asesoramiento a proyectos gastronómicos.

En Europa el de las propuestas gourmet en los estadios de fútbol no es un fenómeno nuevo y la oferta se fue sofisticando cada vez más al punto de que el año pasado la asociación The World’s 50 Best Restaurants eligió como mejor restaurante del mundo a Geranium, un establecimiento que funciona dentro del Parken Stadion, la cancha del Copenhagen FC, uno de los clubes más populares de Dinamarca.

El año pasado el restaurante danés Geranium -que funciona dentro del estadio del club FC Copenhagen- fue elegido el mejor del mundo por The World’s 50 Best Restaurantes

La apertura de Banda, igualmente, no llega en el mejor momento del negocio. En el sector reconocen que sin desconocer el boom que vivió el mercado en los últimos años, el impacto en los costos que significó la devaluación pos elecciones se tradujo en una caída sensible en el número de comensales.

“El último aumento fue durísimo para el sector, con subas muy fuertes en los costos y muy dispares. Hay proveedores que pasaron listas con incrementos del 20% y en otros casos llegaron al 80%. Y todas estos aumentos no se pueden trasladar a los precios, con lo cual los márgenes de ganancia se están achicando”, explican en Flama.

Fuente: Alfredo Sainz, La Nacion



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