Lo dice la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición: «La congelación es un método seguro de conservación de alimentos que prolonga su vida útil y a su vez contribuye a reducir el desperdicio alimentario». Y saben de lo que hablan.

«Si los alimentos se mantienen a temperaturas constantes de -18 °C o inferiores, se inactivan los microorganismos que los alteran y que pueden provocar enfermedades», explican. Muy bien, pero ¿y después? O sea, ¿cuál es el mejor método de descongelación?

En este caso nos aplicamos a la Carne. ¿Cuál es la mejor manera de descongelarla? ¿Hay algún truco? Y aún más: ¿hay algún truco para descongelar la carne y hacerlo rápidamente, en cinco minutos? Lo hay.

Lo ideal es que la carne vuelva a su estado fresco, el que nos va a permitir cocinarla, sin prisa. Para mantener su sabor y textura conviene tener paciencia. Pasarla a la bandeja menos fría de la nevera durante unas horas, de un día para otro, es lo más adecuado.

Pero, ¿y si tenemos prisa? ¿Qué pasa si necesitamos la carne para cocinarla ya? Hay manera… hay truco, el de la olla invertida.

Sólo necesitamos una bolsa de plástico para alimentos (si es que la carne no va ya dentro de una), dos ollas y agua caliente. Así se hace:

Cuidado con el tamaño de las piezas

Es importante tener claro que el truco puede fallar. Y eso es así porque nos vale para piezas de carne individuales, esto es, una chuleta, un filete, un contramuslo de pollo. Para piezas grandes o enteras se queda corto.

Una vez descongelada, la pieza o piezas debemos cocinarla en los dos días posteriores, no más, o no estará condiciones óptimas.