La fundación de este Monasterio, dedicado originalmente a San Juan Bautista, es anterior al año 948. Hacia 1075 cambió la advocación por la de San Zoilo al ser traídas a este cenobio, desde Córdoba, las reliquias de este santo. Pronto acogió una importante comunidad que Alfonso VI colocó bajo la regla cluniacense. Convertido en priorato alcanzó su mayor relevancia y prosperidad, siendo