[1] Nacemos y vivimos en una sociedad caracterizada por la exclusión y la explotación. Por lo general, nuestras fuerzas y potencialidades se desvanecen al topar con esta realidad artificial, donde imperan el consumo innecesario y la superficialidad. Somos adoctrinados y empujados a colaborar con este sistema, aun cuando queremos escapar de él. Como bien apuntaba Marcuse, no