Parker advierte que se va alelando progresivamente y para remediarlo, en parte, va de San Roque a San Martiño, ida y vuelta, mañana y tarde, haga sol o llueva, conoce los pasos desde el motor del Destroy medio enterrado en la arena hasta el chalet donde Camilo José Cela escribió “Madera de boj”, sabe que no se puede molestar a las gaviotas que se juntan a la salida del riachuelo, recita los Cuatro Nombres, Evita Mirar a las señoras que se sienten libres y pasean por la orilla con sus pechos al aire, evita mirar a los hombres que se creen jóvenes y corren con la mirada perdida justo donde la espuma se rompe, saluda a cada peregrino que a saber de dónde partieron, vuelve a casa con apetito, como una letanía recita los cuatro nombres y hoy casi olvida uno. Parker se está alelando, aviso.