Fue en el Imperio Romano que la astrología introdujo el uso popular de la septimana (“siete mañanas, en latín, semana en español), convención de origen babilónica. Inicialmente, los nombres de los dioses orientales fueron sustituidos por equivalentes latinos. Con el
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El término “feira” del portugués surgió porque, en la semana de Pascua, todos los días eran feriados—feiras o ferias—y los mercados funcionaban al aire libre. Con el tiempo, la iglesia católica prohibió los nombres paganos de los días de la semana, oficializando las ferias (feiras). El domingo, que sería la primera feria (primeira feira), conservó el mismo nombre por ser dedicado a Dios, haciendo que la cuenta inicie en la secunda-feria, segunda-feira en portugués (lunes en español), terça-feira (martes en español), quarta-feira (miércoles en español), quinta-feira (jueves en español). El sábado se mantuvo por respeto a la antigua tradición hebraica. A pesar de la oposición del Vaticano, las designaciones de origen pagana sobrevivieron en todo el mundo cristiano, menos en lo que se convertiría en Portugal, gracias al apostolado de San Martín de Braga (siglo VI), que combatía la costumbre de “dar dar nombres de demonios a los días que Dios creó”. En gallego, hermano del portugués, se conservan como en gallego-portugués o portugués antiguo: luns, martes, mércores, xoves, venres, sábado y domingo.
La “sexta-feira”, o viernes en español, era consagrada a la Diosa del Amor (día "venéreo") en la mitología greco-romana. Ahora, ¡imagínatela en plena corte de Versalles! Es lo que parece sugerir la típica pintura neoclásica francesa llamada la Venus del Espejo (1751), de François Boucher.
Fuente: Revista Mundo Estranho
Traducción: César Maldonado
Para la importancia del brillo del día, de Júpiter, así como saber de la historia de la palabra día (por qué es el día y no la día), pueden ver esta entrada.
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