Cuando la gente oye el término «dabbing», puede pensar inicialmente en el movimiento de baile que se cree que se originó en la escena del rap de Atlanta y que más tarde fue popularizado por la estrella del fútbol americano, Cam Newton, que hizo del «dab» su celebración de touchdown característica.

En la cultura de la marihuana, el dabbing es un término del argot que se refiere al proceso de consumir altas concentraciones de tetrahidrocannabinol (THC), la sustancia química psicoactiva que se encuentra en la marihuana. A pesar de los peligros asociados a esta práctica, su popularidad va en aumento. especialmente entre los adolescentes.

Este artículo explica qué son los Dabs, qué contienen, cómo funciona el dabbing y los efectos secundarios potencialmente peligrosos.

¿Qué son los dabs?

Los dabs -también denominados cera, shatter, ámbar, panal o budder- son versiones concentradas del aceite de hachís de butano (BHO) que contiene niveles altamente concentrados de THC. Esta sustancia concentrada se produce mediante un proceso químico que utiliza aceite de butano para extraer los aceites del cannabis.
Las investigaciones sugieren que los dabs o BHO pueden tener una concentración de THC del 80% en comparación con el cannabis tradicional, que tiene una concentración de entre el 10% y el 15% de THC. De hecho, como mínimo, los dabs son hasta cuatro veces más fuertes que un porro. Además, las personas que consumen dabs experimentan un intenso subidón de una sola vez, en lugar de que el subidón vaya aumentando gradualmente con el tiempo.
Los dabs se hacen vertiendo butano sobre la marihuana. Este proceso extrae el THC de la planta de marihuana y lo disuelve en el butano dejando un producto gomoso y algo sólido que contiene altas cantidades de THC.

¿Es ilegal el dabbing?

Depende. El aceite de hachís de butano es ilegal en algunos estados, así que puedes estar violando la ley estatal si lo usas para dabbing (o si posees más del límite legal).
También hay que tener en cuenta que, según la ley federal, la marihuana sigue siendo una sustancia de la Lista I, lo que significa que no se puede fabricar ni distribuir legalmente marihuana (o sustancias relacionadas, como las dabs) sin una licencia.

En España, las leyes están evolucionando y es difícil saber ahora mismo si el dabbing es legal o no, para consumo propio. Su tráfico sería completamete ilegal.

Historia del Dabbing

Un estudio sugiere que los estadounidenses llevan haciendo dabbing al menos desde la década de 1960. Los soldados del conflicto de Vietnam extraían el THC en un concentrado líquido, utilizando acetona o gasolina como disolventes. (Hoy en día, el butano es el disolvente más utilizado para hacer dabs.) Fumaban el concentrado enrollándolo en papel, a veces combinándolo con tabaco.
Algunos investigadores también señalan que las «revistas comunitarias», como High Times, contribuyeron a la gran popularidad de los concentrados de BHO. El High Times describió el concentrado de BHO como «un método más fácil de utilizar partes de la planta de cannabis que antes se desperdiciaban» y también señaló que el BHO puede proporcionar alivio del dolor.

Cómo funciona el dabbing

Aunque la marihuana se consume comúnmente fumando porros y a veces a través de vapeo, los dabs se calientan a una temperatura extremadamente alta y luego se inhalan. Se utiliza un bong de cristal específicamente diseñado, comúnmente llamado «oil rig».
El dab se coloca en un «clavo» adosado y se utiliza un soplete para calentar la cera, lo que produce un vapor que se puede inhalar. Este tipo de ingestión hace que los efectos del dabbing se sientan inmediatamente.
La gente también puede hacer dab colocando aceite de hachís en dispositivos de vaping. Este método es especialmente común entre los adolescentes porque les permite consumir aceite de hachís con una probabilidad muy baja de ser descubiertos porque no hay humo ni olor distintivo. En consecuencia, pueden consumirlo en lugares públicos, incluso en la escuela.

Dabs vs. Vapeo

Es posible que hayas oído a la gente comparar el dabbing con un bong con el dabbing con dispositivos de vaping como los cartuchos. Con un bong, hay menos control sobre la cantidad de vapor que se inhala, mientras que un cartucho proporciona dosis más pequeñas y consistentes de vapor cada vez.
Aunque el proceso de dabbing no es nuevo, su popularidad está creciendo en Estados Unidos. Los investigadores atribuyen este crecimiento a la producción comercial de marihuana medicinal y a la legalización de la misma en numerosos estados. Ambos factores han provocado un aumento de los vídeos instructivos en línea, así como una mayor presencia en las redes sociales. En consecuencia, cada vez es más popular.

Peligros del dabbing

Aunque algunas personas creen que el dabbing es un método más seguro de ingerir cannabis porque está muy concentrado y una persona sólo tiene que dar una calada para colocarse, eso no podría estar más lejos de la realidad. Sencillamente, no existe un nivel de consumo de drogas completamente seguro. Cualquier droga -independientemente de su propósito- conlleva algún riesgo. Los canutos no son una excepción.

Dabbing no es lo mismo que fumar

De hecho, un estudio encontró que el dabbing puede conducir a una mayor tolerancia y peor abstinencia que el consumo de marihuana más tradicional. Es más, es peligroso que la gente asuma que el dabbing conlleva el mismo nivel de riesgo que fumar marihuana.

Efectos secundarios nocivos

El dabbing está relacionado con una serie de peligrosos efectos secundarios, como aceleración de los latidos del corazón, desvanecimientos, sensación de arrastre en la piel, pérdida de conciencia y síntomas psicóticos como paranoia y alucinaciones.

¿Es el dabbing más seguro que fumar marihuana?

Aunque el vapor es técnicamente menos dañino para los pulmones que el humo, el vaping y el dabbing no son seguros. El dabbing puede exponer a las personas a niveles elevados de toxinas (como compuestos cancerígenos). Cuanto más alta es la temperatura a la que se expone la sustancia, más carcinógenos, toxinas y posibles irritantes se producen.
Las temperaturas requeridas para el dabbing ponen a las personas en mayor riesgo que otros métodos. Como resultado, las personas que hacen dabbing están expuestas a sustancias químicas nocivas, como la metacroleína y el benceno. Asimismo, otro estudio reveló que más del 80% de los extractos de marihuana están contaminados con disolventes y pesticidas venenosos.

Peligros de la producción

Otro peligro del dabbing es la producción. La fabricación de aceite de hachís es uno de los aspectos más arriesgados del dabbing. Los dabs se fabrican haciendo pasar butano o líquido para encendedores -una sustancia altamente inflamable e inestable- por la planta de marihuana. Añadir calor a estas sustancias es extremadamente peligroso.
Además, una vez finalizado el proceso, el butano restante permanece en la habitación en forma de gas. Como resultado, la más pequeña chispa -incluso una producida por la electricidad estática- puede causar una explosión. Los riesgos son similares a los de un metanfetamina laboratorio de .
En consecuencia, cada vez hay más informes sobre casas, edificios de apartamentos y otras estructuras que explotan durante el proceso de extracción. Cuando esto ocurre, las personas implicadas corren el riesgo de sufrir quemaduras graves que requieren injertos de piel o cirugía reconstructiva, fracturas de huesos e incluso la muerte.

¿Se puede sufrir una sobredosis por dabbing?

Es posible sufrir una sobredosis de dabs. Sin embargo, es probable que una sobredosis no sea mortal. No obstante, hay que tener en cuenta que se necesitan más investigaciones sobre los efectos nocivos del dabbing y la probabilidad de que una persona sufra una sobredosis.
Si tienes una sobredosis de dabs, es probable que experimentes algunos de los siguientes efectos secundarios:

• Ansiedad
• Alucinaciones
• Hipotensión (aumento del ritmo cardíaco y de la presión arterial)
• Náuseas y vómitos
• Ataques de pánico
• Paranoia

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