Pasaba, bastante a menudo, que después
de que los agarraran a rejo
o a garrote al piso sin nada de haber
ni un chininín de misericordia con ellos,
‘amos’ a Negros esclavizados
sin pensarlo una vez siquiera les iban echando
sal en las descomunales heridas
que por aquellas crueldades les causaban.
Pues sal en mención que no se presuma que sería
como una medicina que les curaba
a los pobres Negros esas laceraciones.
Demasiado palpable la evidencia del enorme
inhumanismo de los despreciables esclavizadores,
desperdigando esos engendros en referencia
de insensibilidad y malevolencia
lo más posible haberlo en la Humanidad.
Pero aun así hay quienes siguen predicando
que “haber Diablo –que diablos- en la Tierra, es algo irreal
que a individuos cualesquiera, por desquiciados,
por capricho les dio por propagarlo”.
de que los agarraran a rejo
o a garrote al piso sin nada de haber
ni un chininín de misericordia con ellos,
‘amos’ a Negros esclavizados
sin pensarlo una vez siquiera les iban echando
sal en las descomunales heridas
que por aquellas crueldades les causaban.
Pues sal en mención que no se presuma que sería
como una medicina que les curaba
a los pobres Negros esas laceraciones.
Demasiado palpable la evidencia del enorme
inhumanismo de los despreciables esclavizadores,
desperdigando esos engendros en referencia
de insensibilidad y malevolencia
lo más posible haberlo en la Humanidad.
Pero aun así hay quienes siguen predicando
que “haber Diablo –que diablos- en la Tierra, es algo irreal
que a individuos cualesquiera, por desquiciados,
por capricho les dio por propagarlo”.