Tuve, ¡carajo!, el insuperable privilegio
de a Óscar Emilio Maturana Córdoba conocerlo
desde mi adolescencia en nuestro Chocó.
Primero lo conocí como ¡aguerrido cimarrón!
Corajudo él guerreando en paz por la reivindicación
de los derechos de su amadísimo Pueblo Negro
oprimido de Colombia. Tremenda emoción me daba
escucharlo y mirarlo siempre incansable procediendo
con relación a la misión mencionada.
Misión cumplida por él, que de nobleza repleto,
con creces y de distintas maneras; abarcando
sus como servidor público desempeños.
Emoción por igual releer sus libros publicados,
plasmados en poemas y también en prosa.
…¡Lágrimas de muchos a bordo!, por la pesarosa hora
de saber que aquel hombre de cacumen ¡pereció!
Pero, como debe ocurrir con las personas gloriosas
como él, su esplendoroso legado perenne se volvió.
¡Que sea sosiego inmarcesible que haya
en el sepulcro del magnánimo Óscar Maturana!