Este post que publicamos hoy trata el tema legal de los técnicos de modificación corporal, es decir la responsabilidad que tienen los tatuadores y micropigmentadores al hacer un tatuaje, o al hacer una micropigmentación. El público al que nos dirigimos es principalmente a los propietarios de los estudios de tattoo y piercing, así como las personas que gestionan las clínicas de micropigmentación. No obstante también puede ser de interés para aquellos tatuadores y anilladores que ejercen  en sus domicilios.

A día de hoy en España el tema de la modificación corporal puede ser un quebradero de cabeza para los profesionales

del sector, ya que nos encontramos desprotegidos por parte de las compañías aseguradoras. No existen por el momento en España pólizas de responsabilidad civil que nos aseguren en nuestros trabajos, siendo esta realidad una limitación muy grave. ¿Cuántos de nosotros nos pensamos las cosas dos veces antes de realizar un cover  a un cliente o simplemente al hacer un tatuaje? o ¿Cuántas veces hemos decidido no hacer un tatuaje a un cliente que tenga señales de trastornos cutáneos en la zona a tatuar? Supongo que muchos de vosotros ya estáis familiarizados con estos casos, ya que habéis tenido que enfrentaros a algo parecido o incluso peor. Debido al desconocimiento de muchos de vosotros, y a las peticiones que nos han hecho en las redes sociales os vamos a explicar los 5 tipos de daños más comunes los cuales están sujetos a responsabilidad por parte nuestra al hacer un tatuaje o una micropigmentación.

El primer tipo de daño es el resultado de que el tatuaje no corresponde al diseño realizado previamente. Este daño suele ser el más común de los reclamados en el mundo del tatuaje y de la micropigmentación. La causa más común es  consecuencia de situar mal el papel del transfer en el cliente. Ahora te estarás preguntando: ¿Situarlo mal? , ¿Cómo? Vale, muchos tatuadores y concretamente los novatos sitúan el papel del transfer en una postura incorrecta, ya que les obligan a sentarse/tumbarse adoptando una postura no natural, lo que conlleva a que después de hacer el tatuaje éste se vea distorsionado por la tensión de la piel y de los músculos al estar en otra posición que no sea la natural. Es de perogrullo pero algunas veces entre la emoción y la adrenalina de hacer algo nuevo se nos olvida lo más importante. Así que nada de obligar a nuestros clientes a adoptar posiciones tipo kamasutra ya que después el tatuaje no se verá bien salvo en el momento que esté ejecutando la postura, ya me entendéis

Como segundo daño más habitual es la migración de la tinta como consecuencia de aplicar más presión de la necesaria, provocando que inyectemos la tinta en la hipodermis y no en la dermis, que es la capa de la piel donde tenemos que llegar. ¿Por qué metemos la tinta en la hipodermis y no en la dermis? Pues explicarlo va ser difícil, ya que hay muchas causas pero la más habitual es que el cliente se mueva, o que no se queje. La explicación científica de  ésta migración es el hecho de que la tinta al ser metida en la hipodermis la tinta se expande al entrar en contacto con las células de grasa (adipocitos). Otra de las causas que puede producir esta expansión es el hecho de pinchar algún vaso sanguíneo. Como consecuencia de esta migración tenemos efectos visuales negativos, por lo que nuestro cliente puede reclamarnos si el error se nota mucho.

El tercer daño es el más frecuente en  tatuadores inexpertos, es el hecho de hacer un tatuaje y que a la semana venga el cliente y nos diga: ¡¡HA DESAPARECIDO EL TATUAJE!! Este daño también es reclamable por parte del cliente, ya que es consecuencia de un error a la hora de tatuar. ¿Por qué ha sucedido esto? La explicación es sencilla, ¡Eres un torpe! No hombre, la explicación es que no has llegado a la dermis, sino que te has quedado solo en la epidermis, por lo que el cliente a la hora de curarse el tatuaje se quitará de forma involuntaria los pigmentos del tatuaje, provocando así su desaparición. ¿Cómo podemos arreglarlo? Fácilmente apretando más en la próxima sesión de tatuaje que le realizarás a tu cliente totalmente gratis para subsanar tu error.

El cuarto daño, y verdaderamente el más común y el que más miedo nos da es la infección del tatuaje.

Las causas de la infección son innumerables pero lo más probable es que sean consecuencia de un mal cuidado posterior a la realización del tatuaje. También puede ser debida a que no hayas usado material estéril o contaminado, o incluso a que no hayas aplicado el protocolo sanitario o lo hayas aplicado incorrectamente. (Si no sabes que protocolo aplicar visita mi post anterior donde explico un protocolo sanitario importantísimo a la hora te tatuar y micropigmentar, puedes ir haciendo click aquí).

El quinto daño más habitual es la reacción alérgica del tatuaje. Muchos de vosotros estaréis pensando ¿Eso es un daño? Bueno en principio lo que tendemos a pensar es que las reacciones alérgicas se pasan con el tiempo. ¿Es cierto ésta suposición? Evidentemente ¡NO! Si nosotros realizamos un tatuaje sin comprobar que nuestro cliente no  tiene reacciones alérgicas estamos cometiendo un error de los grandes, ya que el tatuaje es permanente y por tanto los pigmentos estarán dentro del cliente para el resto de su vida. Si nosotros hacemos un tatuaje y no comprobamos si tiene alergia, lo más probable es que la desarrolle apareciendo los síntomas más comunes como son picor, hinchazón, rojez, etc.

Quizás con el paso del tiempo los síntomas de reacción alérgica se pasen, pero realmente la alergia sigue latente dentro de nuestro cliente, y sus efectos pueden volver a surgir en cualquier momento. Este daño es muy difícil de demostrar, y más que la causa de la alergia sea consecuencia del tatuaje. Pero puede pasar (como le pasó a un conocido tatuador de valencia) que te entre en tu estudio un cliente especial, a lo que en alergias se refiere, y te pida que le hagas un tatuaje, y cuando comiences a tatuarle éste sufra un choque anafiláctico como consecuencia de la alergia que tiene al óxido de titanio presente en las tintas blancas. ¿Un caso extraño verdad? La verdad es que es un caso extraño, pero es cierto que este hombre las pasó canutas en el momento de los espasmos, y además tuvo serios problemas legales como consecuencia del perjuicio biológico causado que podría haberse ahorrado con una simple prueba de alérgenos.

Ya hemos desarrollado lo principales daños que pueden ocasionar una responsabilidad subsidiaria por parte del aplicador. Desde la Escuela Del Tatuaje recomendamos precaución y prevención de estos daños, ya que con un poco de cuidado podemos evitar situaciones complicadas.

Si quieres aprender más acerca de las responsabilidades que tenemos como tatuadores, micropigmentadores o anilladores, puedes informarte del todo en el curso higiénico sanitario impartido por la Escuela Del Tatuaje, donde adquirirás la titulación mínima y obligatoria para ejercer.

Dejamos a petición de los lectores el tema a desarrollar para el próximo lunes 10 de agosto. Un tema interesante puede ser ¿qué hacer ante una Responsabilidad Civil subsidiaria, y como solucionarla?. Si queréis que desarrollemos este próximo post sobre este tema solo tenéis que pedirlo bien sea comentando este post o mandándonos un mensaje a [email protected]

La Escuela Del Tatuaje
Mucho más que una escuela…

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