¿Quién dijo que el romanticismo había muerto en San Valentín? Lo que ya no se llevan son los regalos habituales o los hoteles y ciudades donde no se cuidan los detalles.
¿Quieres sorprender a tu pareja con un plan distinto?
Este año, proponemos celebrar el amor con diferentes estilos: medieval, marinero, con pasión andaluza o viviendo una historia de amor con fondo musical. Hemos elegido lugares pintorescos de Girona, Asturias, Málaga, Ciudad Real e Islas Baleares para sorprender a tu pareja o para organizar juntos una escapada inolvidable.
Pequeños pueblos alejados del mundo donde no nos resultará difícil sentirnos acogidos y a gusto, en un entorno rural.
Besalú, vive un cuento de amor medieval
A tan sólo media hora de Girona capital, nos encontramos con uno de los pueblos medievales más importantes de Cataluña: Besalú.
Ya sólo la entrada del puente románico nos traslada a un entorno perfecto para pasear junto a tu pareja. ¿No te parece? El puente de Besalú, del siglo XI, es uno de los más reconocidos y conservados de todos los puentes medievales que tenemos en nuestro país.
Autor: Miquel González Page
Su laberinto de calles y sus casas de piedra son ideales para una escapada romántica a pocos kilómetros del mar donde a la vez disfrutaremos de un enclave rural. Sus habitantes lo saben y han hecho de este lugar uno de los más románticos de la costa catalana donde encontraremos numerosos restaurantes y casas rurales donde pasar un fin de semana de San Valentín.
Esta escapada puede ser perfecta para los amantes de las rutas senderistas. Por ejemplo, Besalú está próximo al Parque Natural de la Garrotxa, un lugar que nos ofrece la posibilidad de adentrarnos en bosques de cuento, los cuales pueden recorrerse a pie captando fotografías que bien podrían ilustrar cualquier historia de los Hermanos Grimm.
Autor: Miquel González Page
Una vez en el pueblo, recomendamos la bicicleta ya que no podremos resistir la tentación de perdernos por callejuelas en las que el coche está demás.
Hablamos, por ejemplo, del barrio judío donde es parada obligada el Miqvé, una casa de baños rituales única en su género, a la cual la Oficina de Turismo organiza visitas guiadas donde explican historias y leyendas de Este Pueblo medieval catalán.
Autor: Mariluz Rodríguez
También podemos visitar la antigua iglesia del monasterio de Sant Pere del siglo XII y la de Sant Vicenç, la fachada de la antigua iglesia hospital de Sant Julià; y la casa de Cornellà y la sala gótica de la Curia Real.
Y es visita obligada también el Museo de las Miniaturas, donde deberemos armarnos de paciencia y unas buenas lentes de aumento para poder disfrutar, por ejemplo, de un dibujo de la Torre Eifel sobre una semilla.
Por último, podemos sorprender a nuestro acompañante en San Valentín con un paseo en globo para admirar desde las alturas este pueblo medieval catalán y poder proclamar nuestro amor a los cuatro vientos disfrutando de un paisaje inmejorable.
Cudillero, donde el cielo se une con el mar
Este pequeño pueblo asturiano nos permite la posibilidad de visitar, sin recorrer muchos kilómetros, hasta 23 playas distintas, de las cuales destacan las rodeadas por acantilados de casi 100 metros de altura. Sin duda, un paraíso para los amantes de la fotografía marinera y de la buena gastronomía, ya que nos encontramos en uno de los principales puertos del Mar Cantábrico.
Autor: José Luis Cernadas Iglesias
Si queréis pasar un San Valentín alejados del mundo, Cudillero es un pueblo marinero perfecto, donde puedes visitar sus características casas colgantes, dar un paseo por el puerto o ver la salida y entrada de los barcos de noche o al filo de la mañana.
Autor: Raúl A.
Merece la pena visitar también la Reserva Natural de Barayo, ya que es uno de los pocos lugares donde todavía pueden verse nutrias en libertad.
Un lugar inolvidable y pintoresco donde pasar un San Valentín con aroma a mar. ¿Quieres visitar Cudillero? Aquí te dejamos una lista de casas rurales para que pases un fin de semana romántico.
Ronda: historia, cultura y pasión torera
Ronda es una de las localidades más interesantes y visitadas de toda Andalucía y una escapada romántica, con motivo de San Valentín, es una buena excusa para conocerlo. Situado en la Serranía de Ronda, en él se mezclan paisaje, romanticismo, historia, tauromaquia y arte, en uno de los enclaves otrora más inaccesibles.
El núcleo urbano se divide en tres zonas perfectamente diferenciadas entre sí: la ciudad o antigua medina árabe que, desde el punto de vista histórico, es la más importante; el barrio de San Francisco, separado por las Murallas; y el del Mercadillo, que se encuentra al otro lado del río Guadalevin.
El monumento más famoso de este pueblo es el Puente Nuevo, diseñado por José Martin Aldehuela, en una obra de arquitectura civil que costó en construirse 42 años. Este puente une la parte nueva y vieja de Ronda, sobre una garganta de casi 100 metros de altitud. ¡Casi nada!
El hecho de que se aprovechara la propia roca de la garganta hace que sea uno de los monumentos de arquitectura civil mejor implantados en un entorno natural.
Obra del mismo arquitecto es también la famosa Plaza de Toros de la Real Maestranza de Ronda. Destacamos como lugares imprescindibles del pueblo los Baños Árabes, ya que son los mejor conservados de España, las Murallas del Carmen, que la hacía inexpugnable, y la Iglesia del Espíritu Santo, situada en la misma muralla.
Ronda no es solo historia y cultura, es también el hogar de algunas bodegas fantásticas y cuenta con rutas oficiales del vino que poco a poco van tomando protagonismo. Así que se puede finalizar la visita brindando por el amor en San Valentín.
Si quieres saber más sobre Ronda, puedes ver este artículo que realizamos en agosto. Por otro lado, te aconsejamos que busques un alojamiento rural en la Serranía de Ronda para completar un excelente fin de semana de San Valentín.
Villanueva de los Infantes, el lugar de la Mancha cuyo nombre quería olvidar Cervantes
Y no entendemos por qué. Este pueblo singular, situado en el centro del Campo de Montiel (Ciudad Real), es donde comenzó la historia del ingenioso hidalgo manchego y puede ser el punto de partida de una escapada inolvidable con motivo de San Valentín.
Casas y palacios de gran belleza, restos de iglesias y conventos, y numerosos edificios civiles de la época barroca y renacentista salpican todo el casco urbano de este pueblo con aire cervantino.
Paradas obligadas son el Convento de los Trinitarios, la Plaza de la Fuente Vieja y el Templo Parroquial situado en la Plaza Mayor del pueblo. También podrás visitar la iglesia de San Andrés, donde está enterrado otro de los grandes escritores de nuestra literatura: Francisco de Quevedo.
Villanueva de los Infantes es también conocido por su gastronomía basada en la caza menor y el pisto manchego, los cuales merecen una degustación tranquila y reposada en algún rincón romántico de los numerosos restaurantes de la localidad.
A pocos kilómetros del núcleo urbano, se encuentra el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera donde se pueden observar el Águila Perdicera y la Garza Imperial sobrevolando las 15 lagunas que forman saltos de agua y cascadas debido a las formaciones geológicas, proporcionando un oasis singular en la llana y seca Castilla La Mancha.
Autor: Ramón Portellano
Si quieres pasar un San Valentín diferente, puedes alojarte en una de las casas rurales en Villanueva de los Infantes que tenemos en nuestra lista.
Valldemossa, amor y música en Mallorca
El compositor Frédéric Chopin se alojó en La Cartuja de Valldemossa con su gran amor, la escritora Gerorge Sand, y compuso en un piano que se conserva en la misma celda que alquilaron para su estancia su Preludio Op.28 y ella su famoso libro “Un Invierno en Mallorca”.
Autor: Antonio Acuña
Para románticos apasionados de la música y la literatura, proponemos revivir en San Valentín esta historia en el mismo pueblo de la costa balear donde se desarrolló.
Sus empinadas y estrechas calles, su historia con ilustres visitantes, sus monumentos, sus hoteles con encanto y su orientación hacia el turismo, la convierte en uno de los municipios más visitados de la isla.
Autor: Rafel Miro
Paseando por sus calles, tendremos la sensación de que el tiempo se ha detenido ya que sus habitantes se esfuerzan mucho en la decoración y la limpieza de este pueblo que parece sacado de un cuento romántico francés.
Es de visita casi obligada al llegar a la isla, la Real Cartuja, el Palacio del Rey Sancho o la casa natal de la santa más venerada en la isla, Catalina Thomas. Como caprichos gastronómicos recomendamoscomer una de sus famosas cocas de patata y reponer fuerzas en alguna de las coquetas casas rurales situadas en el pueblo.
