¿Tienes ganas de visitar la Ciudad más grande de Europa? Pues olvida los tópicos porque Londres en primera persona gana todavía más de lo que crees. A pesar de su tamaño es una urbe cercana y accesible, y combina un innegable encanto cosmopolita con tradiciones arraigadas.

Londres es una ciudad icónica, y nos ha grabado en el subconsciente muchas imágenes de cine, así que probablemente no podamos resistirnos a subir a uno de esos autobuses rojos de dos pisos o a los característicos taxis negros. Aunque será el metro “The Tube” –el primero que se inauguró en el mundo- nuestro medio de transporte preferido.

¿Listo para la aventura? Hay mucho que ver y visitar en una ciudad como esta, desde los barrios más tradicionales con casitas adosadas hasta los grandes rascacielos. No ha sido fácil reducir la lista a 10 lugares imprescindibles, pero aquí va mi top 10 de Londres.

Los 10 lugares imprescindibles que visitar en Londres

Da igual que vengas con mucho o poco tiempo: estos son los 10 lugares que deberías intentar incluir en tu visita a Londres.

1. El Big Ben y alrededores

Asomándose al Támesis vemos elevarse la espigada figura de la torre del reloj más emblemática de Europa, el Big Ben. De estilo neogótico, para llegar a su cima hay que subir 334 escaleras, ya que no cuenta con ascensor.

Desgraciadamente, este es un dato anecdótico para un turista: la entrada al Big Ben solo está permitida a los británicos que organicen la visita a través de su representante en el Parlamento.

Un dato curioso es que el nombre Big Ben hace referencia a la campana del interior, pero la torre en sí se llama Elizabeth Tower, desde que la soberana cumplió 60 años de reinado. Por si acaso te encuentras el nombre en alguna guía actualizada y no sabes de qué te hablan o te vuelves loco buscándolo en un mapa.

Mejor nos centramos en el hecho de que la torre es la parte más sobresaliente del Palacio de Westminster, sede del Parlamento. En sus estancias están la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. Sí, esas con los sillones corridos donde se apiñan los parlamentarios. Puede visitarse los sábados, pero conseguir las entradas no es fácil (hay que hacer cola el mismo día). Si lo quieres más fácil, quédate con este tour virtual guiado en directo. 

Cerca de este enclave, tenemos otros puntos que a los que podemos acercarnos caminando, como el 10 de Downing Street (la residencia del Primer Ministro inglés), Trafalgar Square y los jardines de St James’s Park. Es un parque precioso y tranquilo, muy querido por los londinenses y el escenario de varias películas. Dentro tiene un lago, y si cruzas el puente que salva las dos orillas tendrás una preciosa vista del palacio de Buckingham.

Y, por supuesto, también está a un lado el siguiente punto de nuestra lista. La Abadía de Westminster necesita un apartado propio.

2. Abadía de Westminster

Es momento de un poco de historia y nada mejor que este edificio que se remonta al siglo X. La Abadía de Westminster es el templo más antiguo de la ciudad. Además de las bodas de los descendientes al trono -la más reciente ha sido la de Guillermo de Gales con Catherine Middleton-, es la sede de las coronaciones reales.

Además, en él están enterrados más de 3000 ilustres personajes, no solo monarcas sino también grandes genios de la literatura.

Así que si queremos conocer anécdotas, cultura e historia de primera mano, estamos en el lugar adecuado.

Todo el complejo impresiona, y mucho: techos, vidrieras, salas inmensas, historia milenaria…

Dentro cuenta con un museo donde admirar más de 300 objetos, las Galerías Queen’s Diamond Jubilee. Las vistas desde las galerías son espectaculares y permiten ver las gárgolas en detalle. Solo por la panorámica, merece el suplemento de la entrada.

Entre los lugares más destacados de la Abadía está el Trono de San Eduardo, que data del siglo XI y es el mismo donde se realizan las coronaciones; la impresionante capilla Lady Chapel; el Collage Garden, con 900 años de antigüedad es el parque más antiguo de toda Inglaterra; los claustros…

Pero sin duda el “rincón de los poetas” uno de los que más triunfan. Eso sí, evitar buscar la tumba de Shakespeare entre los mausoleos y tumbas de grandes de las letras como Dickens o Kipling. El autor inglés más conocido descansa en la Holy Trinity Church de su ciudad natal, Stratford-upon-Avon.

Y una curiosidad importante… la única tumba sobre la que está prohibido pisar es una anónima. Es la tumbra del Guerrero Desconocido, de un soldado sin identificar que murió luchando en la Primera Guerra Mundial.

Para disfrutar 100% tu visita a la Abadía de Westminster lleva calzado cómodo porque el tour es largo y el suelo está desnivelado. Además recuerda que es un recinto religioso, habla en voz baja.

3. La Torre de Londres

Por supuesto, el nombre no engaña: estamos ante una impresionante torre. Pero también ante una fortaleza defensiva que se ha convertido en símbolo de la ciudad, aunque por motivos un poco macabros. La Torre fue una cárcel real durante mucho tiempo, escenario de ejecuciones famosas como la de Ana Bolena o Tomás Moro. 

En el centro está The White Tower, que es la parte más antigua y Patrimonio de la Humanidad. Es tan amplia, que su interior da cobijo a una capilla del siglo XI dedicada a San Juan Evangelista y también a la Royal Armery llena de armas y armaduras. Esta incluye exhibiciones en vivo de manejo de espadas o lanzamiento de flechas.

También se puede caminar por dentro de las paredes del doble muro defensivo, ver entre las almenas e ir hasta las siete enormes torres que conforman el complejo.

Hay tantas, tantas cosas que ver en la Torre de Londres que me voy a centrar en dos imprescindibles:

• Una es la exhibición de las joyas de la corona, muchas de las cuales siguen siendo empleadas por la Reina Isabel II. Ver a dos pasos las coronas y los cetros es como un viaje en la historia, y también puedes conocer la tradición y ceremonia que encierran las coronaciones.
• La otra recomendación es pararte durante una hora a ver las representaciones de los Yeoman Wardes, popularmente llamados Beefeaters (efectivamente, el guardia que aparece en la botella de ginebra). Mientras hacen un recorrido charlan sobre el encarcelamiento, la tortura, ejecuciones y temática similar. El tour no se reserva, simplemente te acoplas cuando empiece uno: los hay cada 30 minutos. Eso sí, ten en cuenta que la guía es solo en inglés.

Ya que estás en la Torre de Londres, lo siguiente al salir es cruzar el Puente de la Torre. Es uno de los 33 puentes que cruzan el Támesis en la ciudad y, con su estilo neogótico, el más característico.

Funciona con mecanismo hidráulico y sigue usando las mismas piezas que cuando se construyó en 1894, solo que las máquinas de vapor que entonces lo levantaban se han sustituido por motores eléctricos. Se levanta para que los barcos grandes puedan pasar, y eso sucede más o menos 20 veces a la semana. Si coincide cuando estés por los alrededores no olvides sacar fotos.

4. El Palacio de Buckingham

Este icono de la Corona es de visita obligada en un viaje a Londres, aunque sea para ver el cambio de guardia y admirarlo por fuera. Es la residencia oficial de la monarquía inglesa y la sede de trabajo de la Reina Isabel II

Insisto en lo de admirarlo por fuera porque solo está abierto al público en algunas ocasiones, principalmente en verano, cuando la reina pasa las vacaciones en Escocia. Así que entrar es una lotería.

En caso de que sea posible la entrada (aquí tienes la página oficial), se pueden comprar de dos tipos: la que permite visitar los Salones de Estado y las Caballerizas Reales, y la que da acceso también los Salones de estado y luego a los jardines.

Esos Salones de Estado son 19 habitaciones que emplea la reina y la familia real en los actos de protocolo y recepciones. Uno de sus mayores atractivos es su colección de arte, con obras de Rubens o Rembrandt, entre otros.

En la visita se puede acceder a la Queens Gallery -donde se va rotando arte de la Royal Collection- y a la Picture Gallery, una exposición permanente con cuadros de da Vinci, Durero o Tiziano.

En los jardines hay más de 350 flores silvestres y 30 especies de aves, y puede verse la casa de verano, la pista de tenis el palacio o el jardín de rosas. Las caballerizas pueden visitarse aparte: es donde se guardan los coches y los carruajes históricos en perfecto estado de conservación.

Pero lo típico, típico, es ver el cambio de guardia: una ceremonia de 45 minutos que se celebra siguiendo un estricto protocolo con música y desfile militar. Vete con tiempo para pillar un buen sitio, para calcular bien aquí tienes los horarios. 

5. Hyde Park

En Londres hay más parques, pero ninguno como Hyde Park. Por extensión, se considera el pulmón de la ciudad, y es uno de los lugares donde los londinenses van a pasar el rato, hacer deporte, pasear en bici, sentarse junto al lago y, si el tiempo lo permite, hacer el clásico picnic en la hierba.

Además, es el escenario típico de las grandes manifestaciones ciudadanas.

El parque colinda con los Jardines de Kensington y en la práctica de día parecen en mismo, pero de noche el primero cierra mientras que Hyde Park permanece abierto (aunque cuidado: no es lo más seguro del mundo cuando cae el sol). Ambos están separados por el lago Serpentine, en el que se puede disfrutar de un paseo en bote alquilado.

¿Qué podemos ver en el parque? El Speakers’ Corner, donde los domingos por la mañana cualquiera puede hablar en público –con aplausos o abucheos incluidos-, el Memorial de Diana, el pavimento de gravilla Rotten Row o el Memorial del Holocausto.

Es una visita recomendada entre museo y atracción, para caminar un poco y respirar verde. Además, en verano suele haber conciertos al aire libre.

6. Piccadilly Circus

Es una de las imágenes más icónicas de Londres y, si nos ponemos a buscar, de Europa. Picadilly Circus es una plaza circular en la que confluyen las calles Regent Street, Shaftesbury Avenue, Coventry Street y Piccadilly. En su centro está el monumento de Shaftesbury coronado por una estatua de Eros.

Pero vamos, que es una plaza grande, así que ¿por qué es tan famosa? Básicamente porque es el punto de reunión de turistas y jóvenes londinenses. Está a un paso del West End y la zona de teatros, y es una gigantesca área comercial al aire libre.

El Piccadilly Circus diurno es el punto desde donde empezar un día de compras por tiendas emblemáticas como Uniqlo, Burberry, Apple, Topshop o Zara, que están en los alrededores. La recomendación de los londinenses es que probéis dos tiendas: The Sting para comprar ropa en general, y Lillywhites Sport si buscas un atuendo deportivo.

Entre los edificios que dan a la plaza destacan el Criterion Theatre, un teatro subterráneo y edificio histórico, y el London Pavilion, hoy centro comercial.

Básicamente, Picadilly Circus es el lugar al que ir si quieres bullicio y la sensación de estar en una gran ciudad. Hay mucho ambiente callejero que suele incluir músicos que intentan ganarse unas libras con su arte.

7. Museo Británico

¡Será por museos que ver y visitar en Londres! La Tate Modern, el Museo de Historia Natural, el Museo de la Ciencia… Sin embargo, si nos tenemos que quedar con uno, va a ser el que se lleva el nombre: el British Museum.

Prepárate, porque en un día no te lo ves, pero si no te queda otra, aquí van mis cinco paradas imprescindibles:

1. La Piedra Rosetta, uno de los pilares de la arqueología moderna. Sus grabados fueron imprescindibles para traducir la escritura jeroglífica egipcia.
2. La colección del Antiguo Egipto. Casi todas las piezas vienen, es justo decirlo, del expolio que los británicos hicieron en el país original. Es probablemente la colección más grande, con piezas como el busto de Ramsés II o las salas de las momias.
3. Las salas del Partenón. Otra colección con cierta polémica, que llegó a Inglaterra a principios del siglo XIX. El gobierno griego ha pedido varias veces su devolución, sin éxito. De momento, aquí podemos hacernos una idea de las grandes dimensiones de este monumento. Los frisos son espectaculares.
4. El Mausoleo de Halicarnaso. Aquí se conservan grandes piezas de una de las siete maravillas del mundo antiguo, destruida por un terremoto. Aquí podemos darnos una idea de sus dimensiones e importancia.
5. El moai Hoa hakananai’a, el más importante visitable fuera de la Isla de Pascua.

Evidentemente, estos cinco apartados son poquísimos para lo que se puede ver en el Museo Británico. Y además, lo ideal es volver periódicamente, porque gran parte de las piezas del museo no están visibles por falta de espacio y es interesante estar pendientes de las exposiciones temporales.

Además, otro punto a su favor: la entrada al British Museum es gratuita. Al menos para ver las colecciones permanentes; para las temporales sí que hay que pasar por taquilla.

8. Trafalgar Square

Trafalgar Square aparece en todas las listas de imprescindibles. Lo que para un español es una derrota histórica, para un inglés es una hazaña bélica, así que tiene sentido que le dedicasen una plaza.

La estructura es sencilla, pero destaca por su amplitud y su simbolismo, ya que en ella se celebran eventos deportivos, Año Nuevo y manifestaciones.

En el centro se eleva la columna del almirante Nelson, en los alrededores hay fuentes y cuatro leones gigantes de bronce. Y en las cuatro esquinas hay cuatro bases para esculturas.

Tres de ellas están ocupadas por estatuas ecuestres, pero la cuarta está vacía porque nunca se pusieron de acuerdo qué personaje poner y se usa de vez en cuando para publicidad o exponer alguna obra de arte –incluso sin permiso-.

Los edificios que la circundan son también impresionantes, para no desmerecer: las embajadas de Sudáfrica y de Canadá, la iglesia St Martin in the Fields y la National Gallery, de estilo neoclásico.

Aprovecha que estás cerca para traspasar las columnas de esta impresionante pinacoteca que alberga unas 2000 pinturas, que abarcan desde los siglos XIII al XIX.

En la National Gallery hay verdaderas joyas que forman parte del imaginario popular: Los Girasoles de Van Gogh, La Venus en el Espejo de Diego Velázquez, Sansón y Dalila de Rubens, Venus y Marte de Boticelli…

De nuevo, el precio de la entrada es gratuito, excepto para las exposiciones especiales.

9. Catedral de San Pablo

La catedral original se destruyó en el Gran Incendio de Londres de 1666, y lo que vemos hoy es un gran templo barroco diseñado por el arquitecto inglés Christopher Wren a finales del siglo XVII.

Desde fuera es muy reconocible la cúpula blanca, inspirada en el diseño de Miguel Ángel para el Vaticano, y esa entrada semicircular con columnas. Pero lo interesante, claro, está dentro con cosas como:

• Las tumbas de personajes famosos como Winston Churchill, Florence Nightingale o el Almirante Nelson.
• La galería de los susurros, que debe su nombre a un curioso efecto sonoro: lo que susurres contra uno de los muros se escucha perfectamente en el extremo opuesto. Suele haber tanta gente que es complicado comprobarlo, pero al menos eso es lo que dicen de ella.
• La galería dorada, junto a la cúpula. Si puedes subir, te llevas una estupenda panorámica de esa parte de la ciudad.
• Great Tom y Great Paul. El primero es un reloj en funcionamiento, en una de las dos torres de la fachada oeste. La segunda es la campana más grande de Reino Unido (sí, más que la del Big Ben)

En la parte exterior, no te prives de un paseo por los jardines de la Catedral, que tienen su encanto.

10. Barrios y mercadillos

Visitar algunos de los múltiples barrios londinenses es obligado si se quiere coger el pulso a la calle:

• Nothing Hill, como mínimo, te sonará por la película y por el carnaval, un gran festival callejero organizado por la comunidad afrocaribeña británica. Por cierto: se celebra en agosto y no tiene nada que ver con el Carnaval típico relacionado con la Cuaresma. El resto del año es un barrio bohemio, lleno de teatros y galerías de arte. No te pierdas el Portobello Road Market (cualquier día de la semana, pero mejor el sábado por la mañana): tres kilómetros con antigüedades, moda, fotografías antiguas y gastronomía.
• En Camden Town viven sobre todo jóvenes artistas y se considera la cuna de lo alternativo, ya sea música, pintura o diseño. Proliferan los locales de piercings y tatuajes, tiendas callejeras de moda, música y libros, locales con comida de todo el mundo, y por supuesto el mercado de Camden: el sitio a visitar si te gusta lo vintage.
• En el West End, la zona de teatros y ocio londinense, está Covent Garden. Además de ser un barrio típico (y bastante lleno de turistas), es conocido por el Covent Garden Market, originalmente un mercado de flores, frutas y verduras. Hoy es una gran superficie comercial cubierta en torno a una plaza peatonal, que no ha perdido su encanto. Un consejo: no te la pierdas en Navidad.
• Sin salir del West End, el Soho es entretenimiento en estado puro. Si lo tuyo es la vida nocturna pasarás por aquí sin duda, pero por el día no desmerece con tiendas y restaurantes de más o menos postín. Por supuesto, tiene su propio mercado: el Berwick Street Market. Sin salir del barrio, acércate hasta Chinatown, donde puedes probar comida oriental a muy buen precio.
• Chelsea fue un pueblo de artistas en el siglo XIX y con el tiempo se convirtió en un barrio bohemio donde vivieron los Beatles o los Rolling Stones. Ahora es un barrio residencial rico y muy pintoresco, con cantidad de tiendas de antigüedades y galerías de arte. Si te gusta comer bien, que sepas que el Chelsea Market es uno de los mercados gastronómicos más reconocidos.
• En la calle Brick Lane se concentra la comunidad hindú bengalí de Londres y su mercadillo destaca por su multiculturalidad. Es poco conocido por los turistas, pero les apasiona a los londinenses. Aquí hay que probar la comida, y comprar art decó, revistas descatalogas o ropa vintage… si te gustan las cosas de segunda mano, no te lo pierdas.
• Brixton tiene fama de ser uno de los barrios más multiculturales de Londres, con una importante presencia jamaicana. La gentrificación también ha llegado hasta aquí, y hoy es un bario moderno y «alternativo» que no tiene monumentos relevantes, pero sí calles para pasear… y una interesante vida nocturna, sobre todo si te gusta la música en directo. El Brixton Market conserva el ambiente de mercado callejero local, aunque cada vez es está poniendo más de moda, sobre todo gracias a los típicos puestos de comida callejera.

Qué ver en Londres en dos días

1. Día uno
   Pasea, pasea, pasea. Es la mejor forma de tomarle el pulso a la ciudad.Dedica la mañana al Big Ben y alrededores: Palacio y Abadía de Westmisnter. Cruza el puente y camina por la orilla del río hasta el London Eye para conseguir una inolvidable panorámica de la ciudad.Dedica la tarde-noche a Picadilly Circus y alrededores, Trafalgar Square y Chinatown. Rematar con algún musical en el West End. Cena y tómate una pinta en alguno de los pubs de la zona.
2. Día dos
   Ponte zapatos cómodos porque no puedes irte de la ciudad sin ver la Torre de Londres. Cruza el puente y pasea por la antigua zona del puerto, con sus edificios de ladrillo rojo. Cambia de escenario en unos minutos y dirígete al modernísimo Ayuntamiento, junto al parque Potter’s Field.Para cerrar la tarde, ¿qué tal un crucero por el Támesis?

Qué ver en Londres en 5 días

Si tienes algunos días más, se puede ampliar el recorrido inicial:

• 3Día tres
  El Museo Británico se merece un día completo (como mínimo). Da igual en qué momento, pero dedícale su tiempo.
• 4Día cuatro
  Hyde Park es otro de los imprescindibles, y una buena forma de descansar tras varios días intensos. Llévate un bocadillo o cómprate algo en algún puesto callejero, y disfrutar del aire libre.Aprovecha para visitar, aunque no pases de la entrada el Royal Albert Hall. Y si te inspiras, que sepas que estás muy cerca de museos interesantes como el Museo de la Ciencia, el Museo de Historia Natural o al Museo Victoria y Alberto.
• 5Día cinco
  Intenta ver el cambio de guardia en el Palacio de Buckingham. Y dedica la tarde a la Catedral de San Pablo y sus rincones llenos de historia.

Qué ver en Londres en 7 días

• 6Día seis
  Sal un poco del centro para pasear por los barrios. Nothing Hill es una apuesta segura, y como entres en el mercado de Portobello… bueno, igual ya has hecho el día, porque te llevará horas. Si no, Camden también vale muchísimo la pena.Si quieres probar la noche londinense, busca en la agenda cultural algún concierto o pub en Brixton.
• 7Día siete
  ¡Toca despedirse de la ciudad! Busca lugares curiosos como la casa de Sherlock Holmes, en el 221b de Baker Street, los escenarios de Harry Potter o The Globe, el teatro donde Shakespeare estrenaba sus obras.

Miradores de Londres

Esta ciudad con tanto que ver cuenta también con la posibilidad de verla desde las alturas a través de varios miradores de gran altura.

The Shard

Es el edificio más alto no solo de la ciudad, sino de toda Europa occidental. No hay más que decir que tiene el doble de altura del siguiente punto más alto de Londres. Conclusión: hay que subir sí o sí. Tiene tres plataformas diferentes de observación, la de la planta 69 tiene vistas de 360º y hay terraza al aire libre en la planta 72. ¿Y lo mejor? Puedes quedarte el tiempo que quieras, no hay límite más allá de tu vértigo.

Ninguna tarjeta turística incluye esta entrada, así que si estás convencido de subir y no quieres hacer colas, cómprala con antelación.

El London Eye

Es la clásica foto: la noria con cabinas de observación que está junto al Támesis. Mientras se eleva verás de cerca el Big Ben y el Parlamento hasta alcanzar los 135 metros en una experiencia que dura media hora.

Es la atracción más visitada de Londres desde hace más de diez años y está pensada para que la disfruten tanto los adultos como los niños. Por cierto, cierra el día de Navidad y varios días de enero, durante los cuales realizan el mantenimiento.

Como siempre, evita colas comprando la entrada con tiempo. 

El Sky Garden

Son los jardines más altos de Londres y están en el edificio Fenchurch Street, al que los londinenses llaman el “Walkie Talkie”.

Consulta el horario y las restricciones –no puedes entrar por ejemplo con recipientes con líquidos de más de 100 ml- y reserva tu entrada en su web.¡Es gratis!

El O2 Arena (The Dome)

Construido para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el O2 Arena permite subir hasta su azotea en una semi-escalada solo apto para la gente sin vértigo. Es seguro pero requiere una cierta destreza, ya que necesitas calzado de escalada y arnés de seguridad. Ten en cuenta que los instructores solo suelen hablar inglés. Y recuerda llevar tus propios calcetines.

Por cierto: el aforo es super limitado. Recuerda reservar con antelación… y reza para que no llueva.

Museos gratis

Londres es una gozada para los amantes de los museos, porque los más importantes son gratuitos. El problema aquí pueden ser las colas, pero piensa que si te ahorras el dinero de la entrada, quizá puedas invertir en alguna visita con guía, que suele incluir la entrada sin esperas.

Veamos algunos de los museos a los que se puede entrar gratis en Londres:

• El Museo Británico. La entrada general es gratis, y solo tienes que pagar si quieres ver alguna exposición temporal.
• La National Gallery, una de las grandes colecciones de arte de Europa, sobre todo pintura.
• El Museo de Historia Natural. Solo por ver el edificio vale la pena la visita, pero en cuanto te asomes al salón central y veas el esqueleto de ballena azul colgado del techo, no podrás detenerte.
• El Museo de la Ciencia, perfecto si vas con niños.
• La Tate Modern, una maravilla si lo tuyo es el arte contemporáneo.
• La National Portrait Gallery también es gratis, pero hay una mala noticia: está renovando sus instalaciones y tardará 3 años (hasta 2023) en volver a abrir.
• La Colección Wallace, otra prestigiosa colección de arte ubicada en un antiguo palacio del siglo XVIII.
• El Museo Victoria & Albert, el único en el mundo dedicado a las artes decorativas y el diseño. Y además, al lado tiene la Biblioteca Nacional de Arte con salas de lectura y vistas a un precioso jardín.

Qué ver y visitar con niños en Londres

Londres es una ciudad muy amigable para los niños, que tienen cantidad de actividades a su disposición.

Casi todos los museos tienen alguna visita especial para ellos, pero si tienes que escoger, no te pierdas sus caras en el Museo de Historia Natural (porque, en fin, dinosaurios) y en el Museo de Ciencias, muy interactivo.

Pero como no solo de cultura «seria» viven los niños, ¿qué tal una buena dosis de cultura popular? Aquí te van dos recomendaciones para que el viaje sea inolvidable:

Tras los pasos de Harry Potter

Londres está lleno de guiños al niño mago. Puedes por ejemplo acercarte a la estación de King’s Cross y buscar el andén 9 ¾ donde para el tren a Hogwarts. O buscar la entrada al Ministerio de Magia en el barrio de Whitehall. Si quieres ir a tiro fijo, aquí tienes una ruta guiada por el Londres de Harry Potter. 

Otra opción es salir de la ciudad para visitar los estudios de la Warner donde se rodaron las películas. Puedes ir por tu cuenta o contratar las entradas con el transporte en autobús. Eso sí, cuenta que le vas a dedicar todo el día… pero será un día para recordar.

Madame Tussauds y sus figuras de cera

Es una de las atracciones más visitadas de Londres, con la mayor cantidad de figuras de cera de todo el mundo. A los niños (y a los adultos) les encanta no solo verlas sino sacarse fotos con sus ídolos… y se lo pasarán en grande en la galería dedicada al Universo Marvel. Como siempre, reserva la entrada con antelación. 

Otros consejos para visitar Londres