Con la conquista (terminada en 1496) la población aborigen sufrió una gran merma. Esta disminución no fue compensada, en los primeros tiempos del dominio español, por la llegada de personas de otras procedencias. Unos veinticinco años después de Terminada la Conquista, en torno a 1520, Tenerife sumaba unos nueve mil habitantes de los que unos dos mil quinientos eran guanches.