Hoy tenía preparado un post que estoy segura os hubiera interesado mucho a madres y padres pero no he podido acabarlo en condiciones. El enano está sin escoleta durante al menos toda esta semana porque está con un virus feo feo, así que mis horas han pasado a estar de nuevo ocupadas durante todo el día tratando de conciliar el blog, el embarazo, el peque y los virus, entre otras cosas. Tarea nada fácil, os lo aseguro. Las que tenéis hijos me entenderéis. Así que en vez de la entrada que tenía medio preparada, os voy a mostrar parte de nuestro día de ayer, en el que decidimos pintar el otoño con Pintura de dedos.

Ya lo habíamos intentado hace un tiempo, pero era demasiado pequeño y la actividad no legó a buen puerto. El otro día en la escoleta nos contaron a los padres que habían estado dibujando con esta misma pintura, así que se me ocurrió que sería buena idea probarlo de nuevo en casa, experimentar juntos con los colores y la textura de la pintura. A mi desde pequeña (y de no tan pequeña también), me encantan las manualidades, y pienso que con estos trabajos plásticos desarrollan su creatividad a la vez que les ayudamos a que improvisen, aprendan y se diviertan a partes iguales.

Lo pasamos genial, aunque no os voy a engañar, a los 10 minutos pintando se levantó, bote de pintura en mano, corriendo con su bolsa de basura a modo de traje de super guerrero, sus piececitos llenos de pintura y una adrenalina que ya quisiera yo, manchando sofá, suelo y todo lo que pilló en su camino. Es lo que tiene ser un artista en pleno proceso de inspiración, verdad? Aún así, el disfrutó lo suyo, y yo, pasado del huracán, ahora cuando lo recuerdo me meo de la risa. El juego creativo es lo que tiene. O sinó habéis visto alguna vez un taller de un artista ordenado?? Pues eso.... A dejarles volar que todo lo que se ensucia al final se lava y ya está. 

Además ahora puedo mostraros su "primera obra de arte" que como mami orgullosa pienso exponer en el salón de casa como si de un Pollock se tratara. ;)