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Irlanda con niños - Diario I

Tags: isla fuimos coche

Tenía pendiente contaros nuestra escapada de una semana por el Oeste de Irlanda. Fue un viaje fantástico y disfrutamos muchísimo. Todo lo que vimos del país nos fascinó, su gente, sus paisajes, el ambiente mientras callejeábamos, la música... Todo nos cautivó y es sin lugar a dudas un sitio al que queremos volver pronto para conocer otras zonas.

Nos hospedamos como siempre en una casa de intercambio a través de HomeExchange. La casa estaba ubicada a unos 5 minutos en coche de Galway, en una zona residencial super tranquila y ideal para los niños. Podíamos jugar a pelota en la calle, disfrutar de las tardes en el jardín cervecita en mano después de una día completo de expedición, y descansar como si de nuestra casa se tratara. 




Ademas tuvimos la gran suerte que la familia fue muy comunicativa y nos dio muchísimas tips de sitios donde ir o donde comer. Siempre suele ser así pero hay muchas veces que conectas tanto con la familia que al final llegan a ser amigos. Esto nos ocurrió en este intercambio y fue genial.

Galway

El primer día, cuando llegamos, nos dedicamos a conocer la zona y pasear por la ciudad. Desde el minuto uno caímos rendidos a sus pies. Las casitas de colores, las calles peatonales, las tiendas con preciosos escaparates, el paseo por la ribera del río hasta su embocadura y encuentro con el Océano Atlántico, los parques,.... Todo todo todo es fabuloso. 







Una ciudad llena buena energía,  ambientazo, música en cada esquina y mucho flow. 







Merlo Castle

Después de conocer un poco la ciudad y de ponernos en situación, nos Fuimos a visitar Menlo Castle. Fue magia. estábamos solos y el sitio parecía sacado de un cuento. Verde por todo, caminos y praderas para correr, fotografiarnos y llenarnos de la buena energía del lugar. Nosotros fuimos en coche, puesto que también lo intercambiamos con nuestra familia anfitriona, pero se puede llegar en bicicleta perfectamente desde Galway. 


 
Está a unos 2 o 3 km de la ciudad y se accede saltando una verja una vez estacionado el coche. Luego hay que andar por un camino de caballos precioso durante unos 5 minutos y de repente se te aparece el castillo en ruinas de entre el verde. Como os decía, magia. Puedes meterte en distintas salas de las ruinas, explorar su interior y perderte por entre sus espacios.
Si queréis tener una visión más global del castillo y el río, también se puede ver desde la otra orilla desde el parque universitarios de Galway. 







Islas de Aran - Inisheer

Al día siguiente nos fuimos de excusión a las Islas de Aran y a los famosos Clifs of Moher. Otra vez Irlanda nos regaló un gran día y una experiencia inigualable. 
Fuimos en coche hasta Dolin y allí cogimos un ferry que nos trasladó hasta la isla mas pequeña de las tres Islas de Aran, llamada Inisheer y con solo 4 km de longuitud. Es la que está mas cerca de la península de Irlanda, y hay varias modalidades de tiquets, nosotros escogimos el que nos llevaba a la isla y que mas tarde podíamos coger de vuelta pero haciendo un pequeño crucero desde el mar para ver los acantilados de Moher desde abajo.





Una vez en la isla alquilamos unas bicis con remolque para los niños y nos fuimos a descubrir algunos rincones. Fue sin duda lo mejor que pudimos hacer. Recorrer los pequeños senderos de la isla en bici fue como viajar en el tiempo. 
Sus casas rurales, llenas de tradición y de historia, su gente, que en la gran mayoría solo habla gaélico y irish, sus caminos flanqueados por piedras y animales en los prados, y hasta el olor a mar y salitre de toda la isla y de su playa de arena fina, hacen de esta isla una visita obligada si estáis por la zona. 
Visitamos las ruinas de una iglesia, el cementerio y los restos oxidados de un barco que naufragó durante una tormenta en el 1960. Una aventura que los peques disfrutaron. de hecho es lo que mas recuerdan del viaje y les emocionó poder tocar el barco y verse tan pequeños a su lado. Ademas el paisaje rocoso que lo envuelve es increíblemente bonito.

Ya de regreso de la Isla, el barco nos mostró los acantilados de moher desde abajo y son realmente impactantes. no lo pudimos ver al 100% bien porque había mucha niebla y tampoco hay ninguna foto para mostraros, pero vale la pena hacerlo para ver su inmensidad y espectacularidad.
Ya de regreso y con los pies en el suelo, fuimos a visitar acantilados desde arriba. Dejamos el coche en un parking que hay habilitado en la zona de acceso, creo recordar que te cobran 8 euros por vehículo. Los acantilados desde arriba son igual o más espectaculares que desde abajo.
Y ya paro por hoy porque creo que es mejor dosificar la información. En el próximo post os hablaré de la fabulosa región de Connemara, exploraremos iglesias, ríos y hablaremos con vacas. 
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Gracias por leerme y un abrazo.




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