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Intercambio de casa en Suiza. Diario I


Volvemos al blog con otro viaje. O más bien, con otro Intercambio de Casa. Esta vez nos vamos a los Alpes Suizos, al valle de Valais. A respirar aire puro, a rodearnos de parajes naturales, de altas montañas, de lagos, bosques, agua y mucho mucho verde.
He dividido el diario de viaje en tres posts porque uno me parecía demasiado largo para todo lo que os quería contar. Empezamos.


¿Porqué un intercambio?

Ya sabéis que es nuestra forma de viajar desde hace casi cinco años. Recordad que aquí os hable de nuestra primera experiencia con esta forma de viajar, cuando fuimos a Berlin con A y con B en la tripa. Muchas me preguntáis si es seguro?, si vale la pena?, si no nos da cosa dejar nuestra casa a otras personas? Bien, voy a intentar resolveros todas las dudas que pueda y ademas os mostraré la suerte de viaje que nos regaló la plataforma HomeEchange. Y digo esto porque como ya os comenté en Instagram, no teníamos previsto un viaje a Suiza; no era un país que nos llamara mucho la atención y no estaba en nuestros destinos favoritos. Perooo, por surte, una pareja con dos niñas contactó con nosotros para ofrecernos un intercambio y, al ver la casa, la familia que nos inspiró mucha confianza y encontrar unos billetes de Palma a Ginebra super baratos (6 meses antes), pues nos lanzamos y aceptamos el intercambio. Y que bien que hicimos porque el país es una auténtica maravilla. Esta es una de las cosas que mas me gusta de estar en esta plataforma. La espontaneidad y la sorpresa. Porque, ¿a quien no le gusta que le sorprendan? Creerme si os digo que recibimos un montón de ofertas de familias de todo el mundo. De repente una familia de Nueva Zelanda te ofrece la casa,  o una de California, o de Islandia! Y si, muchas veces tenemos que controlarnos porque diríamos a todas que si pero en nuestro caso (como en el de la mayoría de los mortales) tenemos que trabajar y solo disponemos de unas pocas vacaciones al año que hay que ajustar y pensar muy bien. Pero en este caso si aceptamos y que bien que hicimos!!!















Al llegar a la casa vimos que era mucho mejor de lo que nos habíamos imaginado. Las vistas a los alpes nevados a mi me atrapó desde el minuto uno. La casa, como siempre, con todas las comodidades para los niños y para nosotros. 

Y otra de las muchas ventajas, sin duda alguna, es que para acabar los días, después de las largas caminatas, viajes en coche, en tren y subidas y bajadas de montañas, estas como en tu propia casa, y en este caso un día nos montamos una  raclette casera bien rica, cortesía de nuestros anfitriones. En todos los intercambios se suele dejar un paquete de regalo de bienvenida para los huéspedes, y en este caso ellos nos dejaron queso de raclette, un vino y unas patatas, así que la primera cena estuvo servida en un periquete.

También probamos una fondue, hicimos una barbacoa y en general todas las cenas fueron amenizadas con las vistas de los alpes de fondo desde la terraza de nuestra casa. Esto ya os digo que no hubiera sido viable sin un intercambio de casa. 


Los precios de la zona no nos lo hubieran permitido, además de que cualquier casa de alquiler por ejemplo, no suele ofrecer las mismas comodidades y funcionalidad que una casa de intercambio donde los anfitriones viven en ella, donde hay niños y se puede hacer uso de tronas, cunas, juguetes, cambiador,...
Vamos, lo que os decía: un lujo.



Si os apetece probar la experiencia de intercambiar vuestra casa con Homeechange podéis inscribiros AQUÍ, dónde solo por inscribiros os regalarán vuestros primeros 100 Guest Points para poder ir a alguna de las casas que hay en la plataforma sin ofrecer la vuestra. Nosotros cuando nos inscribimos, el mismo día ya teníamos ofertas de intercambio de algunas familias! No me digáis que no os pica la curiosidad... ;)


Sion, en pleno Valais

Y nuestra ruta arranca en Ginebra, donde cogimos  un tren hasta Sion, que era la estación más cercana a la casa. Allí nos vino a buscar el chico de la casa, puesto que ellos viajaban por la tarde hacia Palma y pudimos conocernos todos. Esto con HomeEchange a veces es así o a veces simplemente  los conoces por Sype o Whats app. Depende de los horarios de los vuelos y también de la familia. Hay quien le gusta mas compartir y tener feedback con la otra familia y hay quien va mas por libre.
Pero a lo que iba...nos vinieron a buscar a la estación y nos llevaron hasta la casa. Allí, como en todos los intercambios, lo niños fueron directos a jugar con los juguetes de la casa, mientras nosotros descargábamos y planificábamos los días.
Siempre vamos con una ruta mas o menos planeada, pero siempre sujeta a modificaciones dependiendo de los ánimos de los niños, de la noche que hayamos pasado (importante si viajas con peques muy peques) y del tiempo.




El primer día estuvimos bajamos a Sion (nosotros estábamos arriba de la montaña a 10 minutos en coche) y allí pasamos la tarde al lado de un lago, jugando con las piedras, paseando por un inmenso parque y adaptándonos al nuevo medio. Se trataba del parque de Les Illes, que aunque un poco abarrotado de gente porque era domingo y hay partes del parque y del lago en el que se realizan actividades acuáticas para grandes y pequeños, estuvimos la mar de bien en una zona tranquila, en la sombra, jugando. En casi todos los viajes, el primer día siempre suele ser tranquilo, y nos gusta descubrir el entorno, el pueblo, ubicar donde está el supermercado, la panadería, la quesería y demás cosas importantes que podemos necesitar durante nuestra estancia. 



Castillo de Chillon 

Al día siguiente nos levantamos pronto y nos fuimos en nuestro coche de intercambio a ver el Castillo de Chillon.  Fue una visita espectacular. El castillo es enorme y con una ubicación privilegiada en el lago de Ginebra, también conocido como Lago Leman. De hecho el castillo fue constituido en el S.XII sobre una roca ubicada en el lago. Aquí podéis conocer un poco mas de la historia del castillo.
El recorrido de la visita transcurre por casi unas 50 salas, desde la prisión, la sala donde guardaban la alimentación, dormitorios, salas de recepción, el comedor, las letrinas y los baños privados, el torreón y una salida secreta  por si les atacaban por sorpresa. 
 






















Como os decía, la ubicación es una maravilla y las vistas desde algunos de los ventanales de las habitaciones o las torres son increíbles.

Se puede ver el lago en todo su esplendor, la ciudad de Montreux, las playas que bordean el lago y las majestuosas montañas de los alpes al fondo.

















A los peques les encantó perderse por las innumerables habitaciones y salas, poder ver donde dormían los reyes, las armaduras que llevaban y las escaleras para subir a la torre, a mas de 25m.
El precio para acceder al castillo es de 12,50 francos los adultos y 6 francos los niños mayores de 6 años. Menores de 6 años, como en la mayoría de los sitios en Suiza, entran gratis.
Sin duda un imprescindible sin vais con peques.
Después de esta visita, paramos en una de las pequeñas playas que hay al lado y allí hicimos un picnic junto a unos cisnes de la zona. 








Montreux

Montreux una ciudad a los pies del lago,y con vitas a Los Alpes. Fuimos a visitarla pero estuvimos poco rato porque hacía muchísimo calor. No sin antes pasear por el paseo que hay en frente del lago. también fuimos a ver la mítica estatua de Freedy Mercury, muy querido en esa ciudad puesto que pasó grandes temporadas allí, sobre todo al final de su vida, comimos un helado y nos remojamos un poco para sobrellevarlo mejor. Al poco rato decidimos cambiar el plan ciudad ya que el calor era demasiado, sobretodo para los niños, y ya de vuela a casa parar en las fantásticas piscinas naturales de Les Marécottes.








Les Marécottes

La zona de les Marécottes, ubicada a unos 1100m de altura y cerca del pueblo de Salvan fue nuestra salvación para una tarde de bochorno y calor inaudito para ser Suiza.






Se trata de unas piscinas naturales entre las rocas de las montañas que al estar a mas de 1000m de altura el agua está super fresquita y sienta de maravilla. ademas el entorno natural es una auténtica maravilla



Las piscinas son bastante grandes y aunque tiene una zona donde no cubre demasiado, la mayor parte de ella es muy profunda, de casi unos 3m, para poder saltar de las rocas sin problemas. Nosotros llegamos por la tarde, creo recordar que sobre las 18h, y como cerraban a las 20h pues ya no había mucha gente y estuvimos bastante tranquilos. En las mismas piscinas hay un restaurante que sirve comidas Además, poco antes de irnos, tuvimos la visita de unas cabritas que a los niños les encantaron. 


Otro lugar sin duda para ir con los peques. Al lado de la piscina hay también un zoo alpino con animales autóctonos de la zona, pero nosotros no fuimos. La entrada

Como veis, Suiza no solo son montañas, praderas y nieve, sino que también castillos, piscinas y mucho mucho calor (en verano).
Esos si, en el próximo post os hablaré de un imperdible de los Alpes. Zermatt, su montaña mágica o Matterhorn y mucho más. Me pongo a ello ya mismo.

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Gracias por leerme y hasta muy pronto!





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