Autor: Paulo Coelho
Resumen:
Viscos es un pequeño pueblo de gente honrada y trabajadora. La mayoría de los jóvenes se han marchado a las grandes ciudades en busca de un futuro mejor.
Un buen día aparece por allí un misterioso extranjero que se instala en el único hotel que existe en el pueblo. Chantal Prym, camarera del bar, sueña con abandonar algún día Viscos y ve en la figura del visitante su gran oportunidad. Pero el extranjero tiene otros planes.
Él ha llegado allí en busca de la respuesta a una difícil pregunta: en esencia, ¿el ser humano es bueno o malo? Para hallar la solución cuenta con once lingotes de oro y un trato que proponer a la primera persona que encuentre: tiene que contarle a los habitantes del pueblo que ha visto los lingotes y que serán de todos ellos si alguien mata a otra persona en menos de una semana. Esa primera persona será Chantal Prym.
Mi opinión:
Me he enterado tarde de una curiosidad, por lo que os la aviso ya: esta novela es la tercera parte de una trilogía llamada “Y al séptimo día…”, de la que forman parte “A orillas del río Piedra me senté y lloré” (primera parte) y “Verónica decide morir” (segunda parte). Yo ya he leído la primera y la tercera, tendré que leer la segunda para completarla.
Es una de las novelas que más me han gustado de Coelho. Hace que te plantees cosas sobre las que todos hemos reflexionado alguna vez, pero el autor consigue darle una vuelta más: hace que dudes de tus principios, que cambies de opinión varias veces a lo largo de toda la historia…
Coelho hace muy bien eso de mantenerte enganchado a las historias que cuenta. En este caso no puedes para de leer hasta que los habitantes del pueblo se enteran de la trama que ha ideado el extranjero y hasta que los mismos toman una decisión al respecto.
Hay varios personajes importantes a parte de “el Demonio” (el extranjero) y la señorita Prym. Personalmente con el que más he disfrutado yo es con Berta, una anciana típicamente de pueblo que se pasa las horas sentada a la puerta de su casa. Una mujer sabia a la que la vida le ha enseñado a sobrevivir.
Muy muy recomendable. Es una novela cortita que se lee en un par de días y que es de esas que puedes volver a leer varias veces y cada una de ellas te dejará con distinto sabor.
Resumen:
Viscos es un pequeño pueblo de gente honrada y trabajadora. La mayoría de los jóvenes se han marchado a las grandes ciudades en busca de un futuro mejor.
Un buen día aparece por allí un misterioso extranjero que se instala en el único hotel que existe en el pueblo. Chantal Prym, camarera del bar, sueña con abandonar algún día Viscos y ve en la figura del visitante su gran oportunidad. Pero el extranjero tiene otros planes.
Él ha llegado allí en busca de la respuesta a una difícil pregunta: en esencia, ¿el ser humano es bueno o malo? Para hallar la solución cuenta con once lingotes de oro y un trato que proponer a la primera persona que encuentre: tiene que contarle a los habitantes del pueblo que ha visto los lingotes y que serán de todos ellos si alguien mata a otra persona en menos de una semana. Esa primera persona será Chantal Prym.
Mi opinión:
Me he enterado tarde de una curiosidad, por lo que os la aviso ya: esta novela es la tercera parte de una trilogía llamada “Y al séptimo día…”, de la que forman parte “A orillas del río Piedra me senté y lloré” (primera parte) y “Verónica decide morir” (segunda parte). Yo ya he leído la primera y la tercera, tendré que leer la segunda para completarla.
Es una de las novelas que más me han gustado de Coelho. Hace que te plantees cosas sobre las que todos hemos reflexionado alguna vez, pero el autor consigue darle una vuelta más: hace que dudes de tus principios, que cambies de opinión varias veces a lo largo de toda la historia…
Coelho hace muy bien eso de mantenerte enganchado a las historias que cuenta. En este caso no puedes para de leer hasta que los habitantes del pueblo se enteran de la trama que ha ideado el extranjero y hasta que los mismos toman una decisión al respecto.
Hay varios personajes importantes a parte de “el Demonio” (el extranjero) y la señorita Prym. Personalmente con el que más he disfrutado yo es con Berta, una anciana típicamente de pueblo que se pasa las horas sentada a la puerta de su casa. Una mujer sabia a la que la vida le ha enseñado a sobrevivir.
Muy muy recomendable. Es una novela cortita que se lee en un par de días y que es de esas que puedes volver a leer varias veces y cada una de ellas te dejará con distinto sabor.
