A diferencia de los militares cuarteleros, era educado y estaba bien formado. Quizá plenado por un excesivo sentimiento de buena fe hacia sus compatriotas. Además, y como ya lo habían hecho sus antecesores -Juan Vicente Gómez y Eleazar López Contreras-, Medina supo rodearse de gente culta y competente, de intelectuales y técnicos bien preparados y capaces, que no pocos aciertos -objetivamente