Entrados los años setenta, durante los gobiernos de Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez respectivamente, en plena época de la llamada “pacificación” de la guerra de guerrillas, las universidades y liceos públicos venezolanos se transformaron en auténticos centros de resistencia de la subversión izquierdista contra el statu quo democrático, que no sólo les había derrotado y reducido a su