Tentaciones místicas de un náufrago Robinson Crusoe se aferra al credo religioso para hacer frente a su solitaria vulnerabilidad. En un mundo frío y ajeno, donde todos somos náufragos, la lucidez es una obstinada batalla contra la tentadora calidez de la creencia. En la clásica novela de Defoe, Robinson, después de diez días de enfermedad, desesperado, pide a Dios que se apiade de él. “