No hay necesidad.
Sigan sus vidas,
su cotidianidad,
sus apariencias.
Su falso amor,
su perfecta relación,
a los ojos de sus familias,
y entrañables amigos.
Bésense como el primer día,
con pasión, con lujuria,
con amor y ternura,
como no lo hacen nunca.
¿Te llamará por mi nombre,
al llegar al orgasmo? ¿Serás dueño de esa sonrisa
que al correrse, plasma en su rostro? ¿Eres capaz de dibujar,
lágrimas y caricias,
ardor y locura,
en su inquieto corazón?