Estoy decidido y no retrocederé ante mi iniciativa, hoy cederá al fin, hoy romperé el muro. Me alzaré victorioso por encima de lo preestablecido e inamovible por su propia naturaleza.

Vaporoso y escurridizo me deslizaré entre los intersticios de la personalidad, allí donde el ignorado espacio de la incomprensión sostiene cada concepto, cada Identidad, cada juicio, difuminando un Sentido general.

Realzaré los sucesos incontrolables para concienciarme de mi existencia arrojada al mundo.

Me focalizaré en los límites de lo posible, rastreando los lindes de mis opciones como identidad individual de la realidad. Para degenerar los esfuerzos en una depresión originada por la falta de alcance en las creaciones, en mis conceptos.

A pesar de la cantidad de obras, de ideales, o incluso de intenciones, a pesar del público comprometido, nada será merecedor de salvaguardar un principio de la identidad que inspire. No habrá esperanza, no habrá salvación, no habrá permanencia o vuelta a la gloria, pero en realidad, analizado detenidamente, tampoco tendría sentido pretender la prevalencia de una esencia inexistente.

Pues no existe nada en mí que sea realmente fundamental para el desarrollo natural hacia el equilibrio. Y no me avergüenzo por ello, pues el vacío primario o fundamental de todo lo que represento me absuelve de tanto…

Me libera del apego que podría afianzarse en mí al creerme valioso, digno de bienes merecedores, digno de reconocimiento o digno de alabanza simplemente por ser de alguna forma. Así pues, la responsabilidad y el dominio son ilusiones desmoronadas ante tal verdad. Verdad en la que reconozco que mi trasfondo no es esencial, y que, todo lo que significo no es esencial para el Fluir en el sentido de las cosas.

Insignificancia que me exime de muros que restrinjan el sentido que quiera dar a mi ser. Para al fin, ser nada, ser libre.

El relato Fluir es de la fuente Anadesería - Blog de Microrrelatos y Reflexiones de la Vida.