Como instructora de Yoga he tenido,  y tengo,  el enorme placer de trabajar con el lado más sutil de cada persona. En una clase personal o previa al trabajo grupal se comparten vivencias, temores, demandas, consultas e intereses con cada alumno que decide buscar en la práctica de yoga una conexión más allá de lo físico. Esto me permite vincularme con ellos para trabajar sus miedos, aptitudes, actitudes y demandas internas.

En mi corta pero nutrida experiencia, la premisa de fortalecer los vínculos más significativos de cada uno de mis alumnos es una búsqueda y necesidad  permanente que plantean. Y totalmente compartida por quién les escribe. Es difundido ampliamente por escuelas psicológicas y sociológicas de todas las líneas estudios que revelan que nuestro entorno social es parte de la persona que somos. El yoga, como filosofía milenaria que busca la unión entre nuestra mente, cuerpo y espíritu, nos brinda herramientas para conectarnos a través del desarrollo interno y de nuestro medio para potenciar nuestra mejor versión con los demás. Porque no debemos olvidar nunca TIEMPO, LUGAR Y PERSONA a la hora de trabajar en nosotros mismos y en nuestro entorno.

Bajo esta iniciativa, y motivada por la misma, surgieron los talleres de tipo vivencial vincular, que permiten a cada participante reencontrarse con ese ser que tanto significa en su vida. Dejando a criterio de cada uno elegir ese vínculo (tía o tío, madre o padre, amiga o amigo, hija o hijo, nieta o nieto, pareja) y por supuesto abordando cada taller según el mismo. La idea primordial de este tipo de encuentros es trabajar nuestro cuerpo conectándonos con posturas sencillas, un trabajo respiratorio y como soporte esa persona especial. Utilizando la fuerza, elasticidad y apoyo de cada una de las duplas para potenciar el trabajo individual que, tal vez, quiénes practicamos yoga llegamos a experimentar. Porque creo que en tiempos difíciles conectarnos con los afectos siempre suma y que mejor que hacerlo a través de una dinámica sencilla, divertida e íntima cómo las que proponen este tipo de talleres.

María de los Ángeles Bonaudo