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La censura mediática y política protege a violadores y asaltantes extranjeros


Puede escuchar el texto al final del artículo.

Desde que el 11 de marzo de 2004 se iniciara la era Zapatero en España, una era que no terminó cuando Rajoy ganó las elecciones de 2011, sino que sigue en todo su apogeo, la estrategia globalista ha ido ganando terreno a paso de gigante. Las políticas migratorias de la marca ZP, junto con la infiltración de la agenda globalista en el sistema educativo mediante nuevas asignaturas y modificación de otras ya existentes, y la imposición de lo políticamente correcto cono aparato de censura, han conseguido en tan solo 15 años convertir a la sociedad española en un prototipo de país dócil y apático que en el futuro bien podría ser tenido como perfecto ejemplo de cómo una nación, o una civilización entera, acaban por caer debido tanto a la tarea de demolición del enemigo interior como a la indiferencia e inacción de quienes podrían haber intentado remediar el desastre, y sin embargo no hicieron nada por evitarlo.


Todo lo que acompaña a la imposición de la agenda globalista es ciertamente nefasto. Y a dicha agenda se han ido sumando partidos políticos, asociaciones, lobbies y grupos de presión dispares y a veces tan supuestamente antagónicos que lo que estamos viviendo hoy, hace 30 años nos habría resultado muy difícil creer que sucedería en el día a día de nuestra sociedad.

Por poner un ejemplo, vayamos a las declaraciones de la activista de Bildu Irantzu Varela, el partido heredero de Herri Batasuna y apoyo político de la Banda Asesina ETA. Recientemente esta activista, ha declarado sin ningún tipo de reparo que el movimiento feminazi no se defiende de las agresiones de inmigrantes y que solo le interesa atacar al hombre blanco.

Semejante barbaridad es una declaración de intenciones más amplia de lo que pueda parecer a priori, puesto que con tal actitud, esta radical feminazi muestra sin ningún género de dudas que el sistema opresivo de censura que ella defiende, y que en buena parte tenemos implantado ya en España, apoya tácitamente las violaciones de mujeres perpetradas por inmigrantes no blancos.

No tengo noticias de que ninguna otra feminazi haya alzado la voz contra lo dicho por esa perturbada de Bildu. Luego, quien calla otorga. En realidad es así de sencillo.

Ahora bien; sin necesidad de manifestarse de un modo tan radical, la inmensa mayoría de los medios de comunicación y otros sectores y estamentos, están apoyando abiertamente la táctica de defensa de los delincuentes y violadores no blancos que comenzó a imponerse a marchas forzadas desde 2004 y que se incrementó exponencialmente conforme aumentaba el flujo de inmigración ilegal hacia nuestro país.

Cuando los consumidores de medios de información comenzaron a protestar por el hecho de que esos mismos medios trataban de no desvelar la nacionalidad de los delincuentes extranjeros capturados, la excusa más común era que el hecho de publicar la procedencia de esos “presuntos” criminales podría ocasionar brotes de racismo y xenofobia. Presentaban esa actitud como una forma de proteger así a la sociedad, pero esa forma de proceder no era y no es otra cosa que censura, con todas las letras. Y los medios de comunicación que participan de ello, todos ellos siempre presumiendo sobre la libertad de información y la pluralidad, son los que ejecutan tal censura, con una excusa tan vieja como la primera dictadura que haya podido existir en la historia: El pueblo no debe saber, porque si sabe, no será feliz. Y nadie como el poder para saber lo que le hace feliz al pueblo.

Pero si miramos lo que sucede sin las ataduras de la política o la preferencia por un medio u otro, observaremos que prácticamente todos ellos participan de este detestable juego.

Hemos visto cómo una perturbada de una formación política extrema lucha para que solo se criminalice al hombre blanco. ¿No es lo mismo que ha estado haciendo hasta ahora, y nada indica que esto vaya a cambiar en el futuro, el Partido Popular de Mariano Rajoy, que se supone que está en las antípodas ideológicas de los proetarras de Bildu? ¿Por qué un partido como el PP no ha hecho absolutamente nada para revertir estas situaciones propiciadas por los gobiernos socialistas de Rodríguez Zapatero?

¿Y qué sucede en los medios de información que tratan de acaparar la mayor parte del abanico ideológico de las audiencias españolas de derechas, de centro y de izquierdas? ¿Por qué hay medios conservadores que participan de la misma censura que impulsan sus teóricamente medios enemigos de izquierdas?

El resultado es prácticamente el mismo. En la inmensa mayoría de las ocasiones, esa fuerza de invasión que es la inmigración ilegal, mayoritariamente africana, cuenta con el respaldo de un sistema que no solo expolia a la sociedad española, además la abandona en manos de ladrones, violadores y matones, con el consentimiento expreso unas veces y tácito otras, no ya solo de los colectivos más aberrantes y antisociales, también de partidos políticos, instituciones y medios que miran para otro lado mientras las violaciones y las agresiones se multiplican cada año, y a la sociedad solo la informan si los delincuentes son blancos.

En algunos momentos de la historia moderna ha hecho falta mucho menos que esto para que pueblos enteros se levantasen contra sus gobernantes. Pero en España no parece que tal cosa vaya a suceder. Quienes ya tenían la intención de imponernos lo que ahora ocurre, ya se encargaron hace generaciones de laminar la voluntad popular, y de crear individuos hedonistas y acomodados. Y conforme pasa el tiempo y se suceden esos horribles delitos, más cómplice se vuelve un pueblo que no reacciona.




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