Me decido a postear algo sobre los baños y su concepción dentro del Feng Shui ya que a menudo encuentro muchas dudas en la gente con respecto a este importante lugar de la casa.
Los baños desde ya mucho tiempo se han metido en nuestras casas y a veces en los dormitorios mismos. Esto antes no era así.
Dejando volar un poco nuestra imaginación con las alas de la fantasía, si trajéramos a un chino de hace… dos siglos atrás o mas, a nuestra casa de hoy en día, estoy seguro de que una de las cosas que mas le llamaría la atención sería el lugar que ocupa el baño. Me lo imagino después, ya de vuelta en su tiempo y en su lugar, narrando asombrado de todo lo que había visto y pienso que diría algo así como –¡tienen el baño dentro de la casa!, o aún más sorprendido diría –¡tienen el baño al lado de la cama!, tratándose de un baño en suite.
Sucede que el baño cumple una función de drenaje dentro del espacio, por eso es que imagino en este viajero del tiempo (que me recuerda tanto a Chuangzi) la sorpresa al encontrar este lugar de aseo, de purificación dentro de la casa.
De ahí que en Feng Shui se recomiende mantener la puerta cerrada del baño, al igual que la tapa del retrete. Pero ojo, que el arte del viento y del agua, no es un reglamento de pautas fijas que se aplican a rajatabla a cualquier espacio y situación: eso es un serio como lamentablemente difundido error. Porque “...en todos los casos es el lugar donde se vive el que finalmente dicta las reglas; hay que mirar con los propios ojos y oír con los propios oídos…”, es lo que sabiamente nos aconseja el Clásico de las Residencias del Emperador Amarillo, uno de los textos fundacionales del Feng Shui.
El baño también necesita de aire para su limpieza y vacuidad. En nuestras vidas mismas tarde o temprano nos enfrentaremos con la adversidad, y es ahí que con la misma intención que ponemos en la fluidez y acopio del ki o energía vital, las puertas y tapas abiertas del sanitario pueden contribuir en esos desventurados momentos para dejar de lado todo aquello que deba dejarse lado para volver a la senda del equilibrio.
Los baños desde ya mucho tiempo se han metido en nuestras casas y a veces en los dormitorios mismos. Esto antes no era así.
Dejando volar un poco nuestra imaginación con las alas de la fantasía, si trajéramos a un chino de hace… dos siglos atrás o mas, a nuestra casa de hoy en día, estoy seguro de que una de las cosas que mas le llamaría la atención sería el lugar que ocupa el baño. Me lo imagino después, ya de vuelta en su tiempo y en su lugar, narrando asombrado de todo lo que había visto y pienso que diría algo así como –¡tienen el baño dentro de la casa!, o aún más sorprendido diría –¡tienen el baño al lado de la cama!, tratándose de un baño en suite.
Sucede que el baño cumple una función de drenaje dentro del espacio, por eso es que imagino en este viajero del tiempo (que me recuerda tanto a Chuangzi) la sorpresa al encontrar este lugar de aseo, de purificación dentro de la casa.
De ahí que en Feng Shui se recomiende mantener la puerta cerrada del baño, al igual que la tapa del retrete. Pero ojo, que el arte del viento y del agua, no es un reglamento de pautas fijas que se aplican a rajatabla a cualquier espacio y situación: eso es un serio como lamentablemente difundido error. Porque “...en todos los casos es el lugar donde se vive el que finalmente dicta las reglas; hay que mirar con los propios ojos y oír con los propios oídos…”, es lo que sabiamente nos aconseja el Clásico de las Residencias del Emperador Amarillo, uno de los textos fundacionales del Feng Shui.
El baño también necesita de aire para su limpieza y vacuidad. En nuestras vidas mismas tarde o temprano nos enfrentaremos con la adversidad, y es ahí que con la misma intención que ponemos en la fluidez y acopio del ki o energía vital, las puertas y tapas abiertas del sanitario pueden contribuir en esos desventurados momentos para dejar de lado todo aquello que deba dejarse lado para volver a la senda del equilibrio.
