| Las Modernas Carretillas de los Helados D'Onofrio |
...fueron los primeros Helados que salieron a la venta con gran éxito en la calles de Lima allá por los últimos años del siglo XIX y también la primera fábrica de chocolates en Perú instalada en 1924.
Pero hagamos un poco de historia. El nombre D'Onofrio viene de un apellido italiano, es el apellido de Pedro D'Onofrio, nacido en el 1859 en la ciudad de Sessa Aurunca, Caserta, Italia.
Un día recibió una carta desde Buenos Aires, de un amigo de la familia, Don Raffaele Cimarelli, que era propietario de un carrito de helados y le ofrecía el traspaso de su negocio. Don Pedro aceptó y alli aprendió a preparar helados. La nueva actividad le fue muy favorable.
En 1888 Don Pedro va de visita a Italia para encontrarse con su madre doña Gesualda. Durante su permanencia en Italia conoce a Raffaella Di Paolo con la que contrajo matrimonio, regresando a Argentina.
Pero, Raffaele Cimarelli, quién en Buenos Aires vendió a don Pedro su negocio de helados , los animó a trasladarse a Richmond, donde él se encontraba, pues era un lugar con un clima muy favorable para el consumo de helados. La familia se reúne con Cimarelli y don Pedro se dedica nuevamente a lo que sería el trabajo ideal: preparar y vender helados.
Nuevamente aparece en sus vidas Raffaele Cinmarelli, quién los invitaba a trasladarse a Lima pues tenía un clima excepcional, sin invierno, ideal para el consumo de helados. Los D'Onofrio llegan a Lima a fines de 1897.
Trajeron desde Richmond un carro de madera a tracción humana para el reparto de helados. Esta carreta llamada Hockey Pockey, fue la famosa fundadora, piedra angular de una gran industria.
Se ubicaron primero en la calle Pachacamilla, después en la calle Granados y por último en la esquina de Sandía y Tipuani, en el barrio de Chacarilla donde permanecieron hasta 1914 en que se trasladaron al local de la Av. Grau.
La figura de don Pedro se hizo famosa, como el toque de corneta que utilizaba para anunciar su paso por las calles limeñas para despertar la curiosidad del vecindario. A la simpatía de su apuesta figura se unía la bondad de su producto, un helado de crema denominado "imperial".
Don Pedro traía nieve de los Andes para la fabricación de sus helados. En 1908 compró una planta para la fabricación del hielo artificial. Este fue el primer paso que dio para la industrialización de su actividad. El negocio prosperó y aumentaron las carretas que hizo fabricar con diseño propio.
Para colaborar con él hizo venir de Italia a su sobrino Domingo y a dos cuñados, Amedeo y Orlando Di Paolo. Desde la llegada al Perú habían nacido otros hijos: Amelia, Pedro, Luis, Umberto, Yolanda y Clelia. Antonio, el mayor de los varones a los once años de edad había ido a Italia para cursar estudios. En 1911, a los quince años de edad fue llamado de vuelta al Perú: su padre se había dado cuenta que para el desarrollo de su negocio necesitaba formar a un sucesor. Antonio D'Onofrio Di Paolo, primogénito de los D'Onofrio estando al frente del negocio sugiere a su padre que tomara un descanso. Habían transcurrido veintidós años desde su llegada al Perú. Pedro y Raffaella resolvieron volver a Italia y Antonio recibió en traspaso la fábrica de helados con once carretas, una por cada hijo que tuvo la pareja. Tres de los menores hijos acompañaron a los esposos a Italia: Luis, Yolanda y Clelia.
Transcurrieron 14 años antes de que don Pedro regresara nuevamente al Perú, tierra por la que sentía un profundo amor. Cuatro años más tarde en 1937, don Pedro D'Onofrio Di Resta murió a la edad de 78 años, dejando tras de sí una herencia de trabajo a sus familiares.
Ya en posesión del negocio Antonio se impuso la tarea de ampliarlo y modernizarlo. Los helados se vendían cinco meses al año; había que extenderlo a una nueva industria que se mantuviera activa en cualquier época el año; creó así una fábrica de chocolates de alta calidad, de la que carecía hasta entonces el Perú. La primera fábrica de chocolates con equipo industrial adquirido en Europa, fue instalada en el año 1924.
El crecimiento de la industria fue tan evidente año tras año que obligó a la empresa a cambiar de local. La nueva sede fue fijada en terrenos del ex fundo Aramburú, sobre un área de 36,000 m2 y con frente a la Av. Venezuela. Era el año 1950. Once años después se verificó el traslado de la planta de helados totalmente modernizada con equipos para la producción de helados tipo "ice cream".
En esos años Antonio ya había realizado un importante acuerdo con la firma Alemagna de Milán, comprando la fórmula para la producción del panetón D'Onofrio y el derecho de utilizar la confección característica del producto Alemagna que simbolizaba con la A el duomo de Milán. D'Onofrio lo hizo con la D.
El imperio comercial fue adquirido en el año 1997 por Nestlé. (Datos: Wikipedia)
