Un pequeño relato del maestro Eduardo Galeano. Una simple historia sobre los fundamentos de la burocracia, aquello que sostiene decisiones que juzgamos inútiles, excesivas y/o perezosas. Muchas veces basta con preguntar por qué para no encontrar un porqué.
Sixto Martínez cumplió el servicio militar en un cuartel de Sevilla.En medio del patio de ese cuartel, había un Banquito. Junto al banquito un soldado hacía guardia. La guardia se hacía porque se hacía, noche y día, todas las noches, todos los días, y de generación en generación los oficiales transmitían la orden y los soldados la obedecían. Nadie nunca dudó, nadie nunca preguntó. Si así se hacía, y siempre se había hecho, por algo sería.Y así siguió hasta que alguien, no sé qué general o coronel, quiso conocer la orden original. Hubo que revolver a fondo los archivos. Y después de mucho hurgar, se supo. Hacía treinta y un años, dos meses y cuatro días, un oficial había mandado montar guardia junto al banquito, que estaba recién pintado, para que a nadie se le ocurriera sentarse sobre la pintura fresca.
Autor: Eduardo Galeano
Fuente: Galeano, Eduardo: El libro de los abrazos. 1989. Siglo XXI Editores.