No haré un profundo análisis crítico sobre ella, simplemente daré un comentario breve, motivado por lo impactante que resultó ver esta exquisita orquesta cinematográfica.
Nolan lo hizo de nuevo, y lo hizo en grande. Ha puesto a disposición de nuestros sentidos una obra magistral que va más allá de ser un film sobre un ninja disfrazado de vampiro y un payaso psicópata. The Dark Knight aparenta serlo pero, a medida que la brillante composición se desarrolla frente a nosotros, no demoramos en percatarnos que se trata de uno de los dramas criminales mejor estructurados de los últimos años. Los guionistas edificaron un texto que, sin exagerar, es digno de un oscar. Se trata de un entramado en el cual resaltan dilemas sobre la moral humana, la vulnerabilidad del bien y su propensión a caer en la sombra, el terrorismo, la anarquía y la desaprensión de cualquier elemento que permita valorar la existencia. Incluso con ello me quedo corto. La historia enlaza multiplicidad de puntos en un desenlace sublime, inspirador e inesperado, en una palabra: perfecto.
La interpretación de Nicholson en Batman (1989) ha sido opacada de manera abismal por la de Heath Ledger. Mis dudas sobre él superando a su predecesor quedaron hechas añicos. Sí, tal como lo han escuchado de la mano de críticos, este es el papel de su vida y, a mi parecer, con el cual quedará inserto en la posteridad. El Joker que trajo a la vida no es un simple humorista con tendencias criminales. Ledger logró llevarlo a otro nivel, uno donde la demencia y el sadismo propinan bofetadas al espectador, para luego soltarlo y permitirle percatarse de una caracterización fascinante, aterradora y graciosa. Nada de caricaturismos aquí, hablo de un criminal convincente, un ser cuyo trastorno envuelve la peculiar simpatía que genera. En medio de las carcajadas del público es evidente el recelo frente a tan oscura personificación. No es para menos. El rumoreado oscar póstumo merece materializarse.
La dirección fue regia. Nolan ya nos tiene acostumbrados a ello, desde Memento hasta la precuela de este film ha dejado clara su posición como uno de los mejores directores británicos de este tiempo. La banda sonora a cargo de Hans Zimmer y James Newton Howard (par de duros en este medio) logra fortalecer y dar color a las diversas atmósferas de la ficción. Resulta tan envolvente e inspiradora que ya forma parte de mi humilde biblioteca musical.
En mi opinión, incluso luego de reafirmar su maestría con esta entrega, Nolan tendrá un momento difícil al decidir si completar una trilogía del vigilante nocturno o permitir que esta pieza dorada se inmortalice como lo que ya es: una secuela inigualable. No creo que cometa el mismo error de Sam Raimi.
Por ahora, resta verla y degustar cada instante como es debido. Ningún minuto de las dos horas y media por las cuales se extiende es desperdiciado. La recomiendo ampliamente.
Nolan lo hizo de nuevo, y lo hizo en grande. Ha puesto a disposición de nuestros sentidos una obra magistral que va más allá de ser un film sobre un ninja disfrazado de vampiro y un payaso psicópata. The Dark Knight aparenta serlo pero, a medida que la brillante composición se desarrolla frente a nosotros, no demoramos en percatarnos que se trata de uno de los dramas criminales mejor estructurados de los últimos años. Los guionistas edificaron un texto que, sin exagerar, es digno de un oscar. Se trata de un entramado en el cual resaltan dilemas sobre la moral humana, la vulnerabilidad del bien y su propensión a caer en la sombra, el terrorismo, la anarquía y la desaprensión de cualquier elemento que permita valorar la existencia. Incluso con ello me quedo corto. La historia enlaza multiplicidad de puntos en un desenlace sublime, inspirador e inesperado, en una palabra: perfecto.
La interpretación de Nicholson en Batman (1989) ha sido opacada de manera abismal por la de Heath Ledger. Mis dudas sobre él superando a su predecesor quedaron hechas añicos. Sí, tal como lo han escuchado de la mano de críticos, este es el papel de su vida y, a mi parecer, con el cual quedará inserto en la posteridad. El Joker que trajo a la vida no es un simple humorista con tendencias criminales. Ledger logró llevarlo a otro nivel, uno donde la demencia y el sadismo propinan bofetadas al espectador, para luego soltarlo y permitirle percatarse de una caracterización fascinante, aterradora y graciosa. Nada de caricaturismos aquí, hablo de un criminal convincente, un ser cuyo trastorno envuelve la peculiar simpatía que genera. En medio de las carcajadas del público es evidente el recelo frente a tan oscura personificación. No es para menos. El rumoreado oscar póstumo merece materializarse.
La dirección fue regia. Nolan ya nos tiene acostumbrados a ello, desde Memento hasta la precuela de este film ha dejado clara su posición como uno de los mejores directores británicos de este tiempo. La banda sonora a cargo de Hans Zimmer y James Newton Howard (par de duros en este medio) logra fortalecer y dar color a las diversas atmósferas de la ficción. Resulta tan envolvente e inspiradora que ya forma parte de mi humilde biblioteca musical.
En mi opinión, incluso luego de reafirmar su maestría con esta entrega, Nolan tendrá un momento difícil al decidir si completar una trilogía del vigilante nocturno o permitir que esta pieza dorada se inmortalice como lo que ya es: una secuela inigualable. No creo que cometa el mismo error de Sam Raimi.
Por ahora, resta verla y degustar cada instante como es debido. Ningún minuto de las dos horas y media por las cuales se extiende es desperdiciado. La recomiendo ampliamente.
