Recitado por Mada Navarro
Cuando estés Ante mi tumba
no me encontrarás en ella,
solo habrá silencio, bruma
y el fulgor de alguna estrella.
No quieras llorar por mí
en estas horas vacías,
no es adecuado sufrir
cuando la vida se amplía.
El recuerdo me alimenta,
tu amor es maná en mi lecho,
pronto nos encontraremos
al final del largo trecho.
Amor mío, causa entera
del acaecer de los días,
es futuro el que me espera
de eternidades umbrías.
Cuando estés ante mi tumba
no me encontrarás en ella,
aunque sí estará mi amor
perpetuo de primavera.