(in Algolagnia: histórias reias e imaginárias, Econ. Editorial,São Paulo, 1984- Traduzido para o Castelhano por R.C. Valenzuela) Los engranes mastican el silencio con sus ruidos. Truenan metálicas por el espacio. Con sus sonidos repetitivos. Con señales impersonales. Pequeños estallidos se quiebran en mis oídos. Ángeles mundanos en serenata cósmica, en los horarios de descanso, invaden los