Versión de Juan Carlos VillavicencioArdo de pena,Las lágrimas arden en mis ojos,No soy una piedra; el anhelo es una gran carga.Y tú eres el puente que me une a la muerte.Cascos extraños en la calle MukhtarAzotan como látigos, bloqueando el cortejo fúnebre.Persiguiendo a tu amado y encantador nombre,En el ataúd reclinado sobre la herida de Gaza.No soy una piedra;Los almacenes, con puertas soldadas