Mi padre era un imbécil bárbaro y solitario;Ebrio de decepción, solo ante el televisor,Rumiaba unos planes frágiles y muy raros,Su mayor alegría era verlos fracasar.Me trató siempre como a una rata a la que perseguir.La mera idea de un hijo, creo, le asqueaba.No soportaba pensar que le aventajase un día,Sólo por seguir vivo cuando él reventara.Se murió en abril, gimiente y perplejo;Su mirada