Y allí estaba la curvaincendiando el horizonte de la flecha clavada. Ya las palabras habían perdido su sentido sonoro,su lenguaje de sílabas, su figura geométrica,el total alcance del pensamiento.Toda plenitud de serse extraviaba en la luz hacia la nada.Era el cadáver absolutodel poder en la carne; del rosario heridoen el surco sin forma de la línea redonda.Canto que ya no es el mismo,que llega