Un señor que tomaba el metropolitano tenía Bajo el brazo un gran paquete del que salía un pedazo de tela verde. Como todos lo miraban dijo mientras aflojaba su zapato: “Emplead la tinta Watterman”. Luego descendió cojeando los peldaños de la escalera. No bien llegó abajo, se sentó en un banco con los pies bajo el trasero. Y allí comenzó a desenvolver su paquete. Pero no sacó nada, ni siquiera un