Por Jorge Aliaga Cacho
Los gobiernos de Hitler y Franco persiguieron a la Masonerìa; el primero condujo a los masones al exterminio junto a los judìos, comunistas, gitanos y otras minorìas. Los masones han sido presa, a travès de la historia, de la insanidad de gobiernos tiranos intolerantes, que los condujeron a la muerte, Se calcula que 200,000 masones perdieron la vida en el Holocausto. Ya desde 1934 los nazis les confiscaron sus bienes, sus bibliotecas, sus archivos y decretaron que las logias eran enemigas del Estado alemán. Franco hizo lo propio. Su odio a los masones, su inquina se exacerbò por el hecho de haber pretendido ingresar en dos oportunidades a la Orden y en las dos oportunidades serìa rechazado. Franco y Hitler odiaron a los masones por sus criterios de libertad y por ver en ellos la capacidad de pensar sin condicionamientos. Se dice que Franco matò a màs masones de los que realmente existìan en ese paìs. Pues se registraron 5000 mil masones asesinados, cuando, en realidad, en la època de Franco habìan sòlo alrededor de 4000 masones en toda España. La Verdad es que Franco no contento con fusilar a los masones tambièn fusilaba a sus familiares, a quienes creìa simpatizantes de las logias masònicas del Gran Oriente Español. Muchas veces se odia por ignorancia, hija de la intolerancia. Por medio de la presente reflexiòn deseo ingresar o, por lo menos aproximarme, a la verdad que encierra el mundo de la masonerìa.
SOBRE MASONERÌA
El simbolismo de las escaleras de caracol comenzò con la ciencia del simbolismo masónico. El Templo era el representante del mundo purificado por la Presencia Divina; el mundo de los iniciados está dentro de sus muros sagrados. El mundo de los profanos está fuera del Templo. Por lo tanto, los terminos: 'entrar en el templo', 'estar dentro del pórtico', 'ser masón' y 'nacer en el mundo de la luz masónica', todos son términos sinónimos.
En el simbolismo masònico al ingresar dentro del pòrtico del templo, es cuando el aprendìz inicia su vida masònica. El grado de aprendiz es para el masòn uno de preparaciòn y purificaiòn para algo superior. El nuevo aprendiz es como un niño al iniciarse en la masonerìa, Las lecciones que recibe le sirven para limpiar su corazòn y prepararlo para la iluminaciòn mental que se darà en los grados siguientes.
Cuando el masòn alcanza el grado de compañero, fellow craft, el hermano ha avanzado en la masonerìa, el título significa juventud. Allì se comienza la formación intelectual del masòn. Por tanto en el lugar que separa el pórtico del templo, termina la infancia del aprendìz y comienza la virilidad del compañero. Allì encuentra, ante él, una escalera en forma de caracol que le invita a ascender. Esta escalera es un símbolo de disciplina e instrucción donde se debe comenzar la labor masónica de investigaciones en busca de la verdad divina. Las escaleras de caracol comienzan cuando el candidato ha pasado dentro del pòrtico y cuando se encuentre entre columnas. Es un símbolo que significa que, cuando haya pasado los años de la infancia irracional y comenzado la vida viril, 'comenzarà la tarea de superación personal que es el primer deber que se le impone'.
'El hermano no puede quedarse inmòvil; su destino le obliga a ascender, paso a paso, hasta llegar a la cima, donde le aguardan los tesoros del conocimiento'.
A los templos antiguos se subían por un número impar de escalones; comenzando con el pie derecho en la parte inferior, el adorador encontraría el mismo pie en primer lugar cuando entrara en el templo, lo que se consideraba un augurio afortunado. Igualmente sucede en la escalera masònica que tiene escalones impares'.
En cuanto al número de escalones, éste ha variado en diferentes épocas. Se han encontrado las Tablas de Calco del siglo XIX, en las que se delinean cinco escalones, y otras en las que suman siete. Las conferencias prestonianas dieron un total de treinta y ocho, 'el error de hacer un número par fue una violación del principio pitagórico que fue corregido más tarde, en la unión de las dos Grandes Logias de Inglaterra, y el número se redujo a quince, dividido en tres series: tres, cinco y siete'.
En la primera pausa se instruye al masòn en la organización peculiar de la orden, pero la información que se le da es estéril para su trabajo. 'El rango de los oficiales y el número requerido no pueden dar ningún conocimiento que no haya tenido antes. Por lo tanto, se debe buscar el significado simbólico de estas alusiones por cualquier valor que pueda atribuirse a esta parte de la ceremonia'.
La organización de la institución masónica nos recuerda la unión de los hombres en la sociedad y el desarrollo del estado social fuera del estado de la naturaleza. De este modo se le recuerda al masòn, 'desde el comienzo mismo de su viaje, las bendiciones que surgen de la civilización y los frutos de la virtud y el conocimiento que se derivan de esa condición'. La masonería es el resultado de la civilización y a travès de ella se ha extendido esa condición a la humanidad. Los monumentos de la antigüedad prueban que 'cuando el hombre emergió del estado salvaje al estado social, vino la invención de la arquitectura que se desarrolló como un medio para proporcionar viviendas convenientes y refugio para soportar las variaciones climàticas'.
Sus templos al principio fueron simples y toscos, pero, con el paso del tiempo, y el ingenio de los arquitectos, fueron labrados y mejorados a la perfección en modelos denominados orden de arquitectura.
El candidato a compañero masòn, en su ascenso, es invitado a contemplar otra serie de instrucciones. Los sentidos humanos, como los canales a través de los cuales reciben las ideas de percepción y que constituyen las fuentes más importantes del conocimiento masònico. La arquitectura, como la más importante de las artes, que conduce al bienestar de la humanidad, se menciona no sòlo porque está relacionada con la instrucción operativa de la masonería, sino también se relaciona con las demás artes útiles.
En el segundo descanso, o stair landing, de las escaleras de caracol, se le recuerda al aspirante la necesidad de cultivar el conocimiento práctico. 'Hasta ese momento, las instrucciones que ha recibido el masòn se relacionan con su propia condición en la sociedad, como miembro del gran pacto social y con sus medios para convertirse, mediante el conocimiento de las artes de la vida práctica, en un miembro necesario y útil de la sociedad'.
El masòn aún debe seguir hacia adelante. 'La escalera todavía continùa delante de él; su cumbre aún no se ha alcanzado, y se deben buscar más sabidurías, o no se obtendrá la recompensa, ni se alcanzará la cámara intermedia, el lugar de permanencia de la verdad'.
En el tercer descanso de las escaleras llega al punto en el que debe explicarse todo el círculo de la ciencia humana. Los símbolos son, en sí mismos, arbitrarios y de significación convencional. El círculo completo de la ciencia humana podría haber sido simbolizado tanto por cualquier otro signo o serie de doctrinas como por las siete artes y ciencias liberales. Pero la Masonerìa es una institución de antaño; y esta selección de las artes y las ciencias liberales, como símbolo de la culminación del aprendizaje humano, es una de las evidencias más fecundas que tenemos de su antigüedad.
'En el siglo VII, y durante mucho tiempo después, el círculo de instrucción al que se confinaba todo el saber de las escuelas más eminentes y de los filósofos más distinguidos, se limitaba a lo que entonces se llamaba las artes y las ciencias liberales, y constaba de dos ramas, el trivium y el quadrivium. El trivium incluía gramática, retórica y lógica; el quadrivium comprendía aritmética, geometría, música y astronomía. Se suponía que estas siete artes incluían el conocimiento universal. Se pensaba que quien dominase estos temas no necesitaba un preceptor para explicar ningún libro o resolver cualquier cuestión que estuviera dentro del alcance de la razón humana, ya que el conocimiento del trivium le había proporcionado la clave de todo lenguaje, y que el quadrivium le habrìa abierto las leyes secretas de la naturaleza'.
Al masòn se le prometió, entonces, una recompensa por todo este penoso ascenso en las escaleras de caracol.
Si nos preguntamos ¿Cuáles son los salarios de un masón especulativo? La respuesta serìa: 'Ni dinero, ni maíz, ni vino, ni aceite. Todos estos son sòlo símbolos. Su salario es la verdad, o la aproximación más apropiada al grado en que ha sido iniciado. Es una de las doctrinas más hermosas, pero al mismo tiempo más abstrusas, de la ciencia del simbolismo masónico: que el masón siempre debe buscar la verdad, aunque nunca la encuentre'.
Un masòn ha escrito que:
'Esta verdad divina, objeto de todos sus trabajos, está simbolizada por la Palabra, de la que todos sabemos que sólo puede obtener un sustituto; y esto pretende enseñar la lección que establece que el conocimiento de la naturaleza, de Dios y de la relación del hombre con ellos, conocimiento que constituye la verdad divina, nunca podrá adquirirse en esta vida.
Sólo al final de esta vida conocerá el origen de la misma. Por lo tanto, la cámara intermedia es un símbolo de esta vida, donde solo se puede dar el símbolo de la Palabra, donde la verdad debe alcanzarse sòlo por aproximación y donde debemos aprender que la verdad consistirá en un conocimiento perfecto y actuar bajo los estàndares del G.G.O.T.U.
Ésta es la recompensa del masón inquisitivo; en esto consisten los salarios de un Compañero que está dirigido a la verdad, pero debe viajar más lejos y ascender aún más para alcanzarla.
Esta hermosa leyenda de las escaleras de caracol, se debe estudiar como un sìmbolo, y no como un hecho histórico.
Sus inventores que nos ofrecieron un mito filosófico, no supusieron que pasaríamos por alto sus sublimes enseñanzas morales para aceptar la alegoría como una narración histórica sin sentido y totalmente irreconciliable con los registros de la Escritura, y opuesto por todos los principios de probabilidad.
Que ochenta mil artesanos trabajaban y recibìan su salario, semanalmente, en los estrechos recintos de las cámaras del Templo, es suponer un absurdo. Pues esta representación pictórica, de un ascenso por una escalera de caracol hasta el lugar donde se recibía el salario, fue una alegoría para enseñarnos el ascenso de la mente desde la ignorancia, pasando por el cansancio del estudio y las dificultades de la vida.
La adquisiciòn de conocimiento continuarìa, a cada paso, hasta que en la cámara intermedia de la vida, en plena realización de la hombría, se alcance la recompensa que es la purificación y elevación. El intelecto, asì, es recompensado encontrando la dirección de cómo buscar la verdad y el conocimiento. Este es el verdadero diseño de la Masonería Especulativa, el único diseño que la hace digna del estudio de un hombre bueno y sabio.
El conocimiento, la comprensión, la responsabilidad y los logros son los temas principales del grado de compañero.
Para que haya sabiduría, estos elementos del carácter deben estar unidos a la moral interior y al propósito justo que caracterizan a quien está en sintonía con su Divino Creador.
