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Los escritos irreverentes - Mark Twain



"(...) Dios siempre fue un ser inestable –excepto cuando
se hacía propaganda- y sus firmes intenciones quedaron olvidadas."




Twain, Mark. Lo escritos irreverentes.
Madrid: Impedimenta, 2010


Letters from the Earth. Traducció de Gabriela Bustelo.
Col.lecció El panteón portátil


::: Què en diu l’editorial...
En 1909, Mark Twain le envió una carta a un amigo en la que le hablaba en confianza de lo último que había escrito: «Este libro no saldrá jamás. Es imposible porque se consideraría una ignominia». Tomada en su conjunto, la obra de Twain quien, junto a Melville, está considerado el Gran Novelista Americano, es una colosal sátira de la naturaleza humana. En el caso de Los escritos irreverentes, recurrió a un género que algunos críticos denominaron «pseudo-historia». Las pequeñas diatribas bíblicas que lo componen, escritas entre 1870 y 1909, evidencian el profundo escepticismo religioso de Twain. El libro que tenemos en las manos oculta bajo su burlona fachada un humorístico y mordaz ataque a los valores establecidos, y es la muestra de una inteligencia superior, que no deja títere con cabeza. La coincidencia de que este año sea el del centenario de la muerte de Mark Twain da un significado especial a la edición de un libro que, al salir a la luz en Estados Unidos, produjo una verdadera conmoción y estuvo durante meses en la lista de libros más vendidos.

::: Com comença...
El Creador estaba sentado en su trono, pensando. A sus espaldas se extendía el ilimitado continente del cielo, impregnado en un glorioso resplandor de luz y color; y ante Él se elevaba, como un muro, la negra noche del Espacio.

::: Moments...
(Pàg. 22)
(...) Satán comentó:
- Esta bestia tan grande está matando a los animales más débiles, oh Divino.
- El tigre, sí. La ley de su naturaleza es la ferocidad. La ley de su naturaleza es la Ley de dios. No puede desobedecerla.
- Entonces, ¿al obedecerla no comete ofensa alguna, oh Divino?
- No. Es inocente. (...)

(Pàg. 24)
- ¿(...) Qué es la Tierra?
- Un pequeño globo que creé hace dos eternidades y media. Lo visteis, pero no os fijasteis bien, pues estaba incluido en la explosión de mundos y soles que salieron disparados de mi mano. El humano es un experimento y los demás animales también lo son. El tiempo dirá si han merecido la pena (...).

(Pàg. 26)
(...) El Humano es una curiosidad maravillosa. En el mejor de los casos, es una especie de ángel de grado inferior bañado en níquel; en el peor de los casos, es un ser inefable, inimaginable. Pero desde el principio hasta el final y siempre, es un sarcasmo.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta I.

(Pàg. 29)
(...) Toda nación desprecia al resto de las naciones.
Toda nación tiene antipatía a las otras naciones.
Todas las naciones blancas sienten aversión por las naciones de color, sea cual sea éste, y las oprimen cuando pueden.
Los humanos blancos no se asocian con los humanos negros, ni se casan con ellos.
Les tienen prohibido entrar en sus colegios e iglesias.
El mundo entero odia a los humanos judíos y sólo los tolera si son ricos.
Os ruego que toméis nota de todos estos detalles. (...)
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta II.

(Pàg. 33)

(...) no piensan; sólo quieren creer. Pero son incapaces de pensar. De cada diez mil humanos no hay ni dos que tengan algo de cerebro. Y en cuanto a imaginación se refiere, ¡fijaos en su Cielo! Lo aceptan, lo aprueban, lo admiran. Eso os dará su medida intelectual.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta II.

(Pàg. 35)

(...) A estas alturas habréis notado que el Cielo está pensado y construido con un plan muy concreto, de tal modo que contiene en escrupuloso detalle todas y cada una de las cosas imaginables que le resultan repugnantes al ser humano ¡y ni una sola de las que le gustan!
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta II.

(Pàg. 36)

(...) Una de sus religiones principales es la llamada cristiana. Un esbozo de ella os interesará. Está explicada en detalle en un libro de dos millones de palabras, llamado el Antiguo y Nuevo Testamento. También tiene otro nombre: la Palabra de Dios. Pues un cristiano cree que cada palabra del libro fue dictada por Dios, el mismo Dios del que os vengo hablando.
El libro está lleno de interés. Tiene poemas elevados, fábulas ingeniosas, pasajes de historia sangrienta, algún que otro principio moral, una enorme profusión de obscenidades y más de mil mentiras.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta III.

(Pàg. 40)

(...) el ser humano lleva en su naturaleza el ansia de saber, pese a que el sacerdote, como ese Dios a quien imita y representa, se ha dedicado desde el principio a impedirle saber nada que pueda serle útil.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta III.

(Pàg. 43)

(...) Muchas de estas gentes están dotadas de una facultad racional, pero nadie la usa en materia religiosa.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta III.

(Pàg. 46) 
(...) Dios siempre fue un ser inestable –excepto cuando se hacía propaganda- y sus firmes intenciones quedaron olvidadas. El caso es que estaba orgullos del ser humano, que era su mejor invención, y su animal preferido después de la mosca. Al no sentirse capaz de perderlo de golpe, optó por salvar una muestra humana y ahora al resto de la especie.
Hacer algo así era típico suyo (...).
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta IV.

(Pàg. 53)
Resulta verdaderamente difícil comprender la mentalidad del Dios de la Biblia, al estar su confusión tan llena de contradicciones, inestabilidades desvaídas y firmezas férreas; infantiles dogmas abstractos basados en palabras y endemoniados dogmas concretos basados en hechos; y amabilidades fugaces relegadas ante las maldades permanentes.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta VI.

(Pàg. 54)

(...) Celos. No lo olvidéis; tenedlo presente. Ésa es la clave. Con ella llegareis a comprender parcialmente a Dios conforme vayamos avanzando; sin ella nadie podría comprenderle. Como os decía, es él mismo quien nos proporciona esta traicionera clave para que todos la veamos. Con la mayor ingenuidad y sin un atisbo de vergüenza proclama abiertamente: “Yo, Dios tu Señor, soy un Dios celoso”.
De hecho, es una forma de decir: “Yo, Dios tu Señor, soy un Dios limitado; un Dios pequeño y obseso de las pequeñeces”.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta VI.

(Pàg. 57)

(...) ¡La enfermedad! He aquí la fuerza central, diligente y devastadora que ataca al humano apenas nace, suministrándole un sinfín de dolencias: garrotillo, sarampión, paperas, problemas intestinales, dolor de dientes, escarlatina y demás especialidades infantiles. Cuando el niño atormentado alcanza la juventud le provee de las especialidades propias de esa etapa de la vida. Y el acecho continúa al pasar de la juventud a la madurez, de la madurez a la vejez, de la vejez a la tumba.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta VI.

(Pàg. 61)

(...) y la mosca, ¿qué? Es una criatura sin nacionalidad que hace de todo lugar su provincia, de todo clima su hogar y de todo ser vivo su presa. Vaya donde vaya, lleva por el mundo su plaga infernal.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta VII.

(Pàg. 61) 

(...) Es impresionante el estudio minucioso y completo que el Creador dedica a la insigne labor de hacer miserable a un ser humano.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta VII.

(Pàg. 85)

(...) La Ley bíblica dice: “No matarás”.
La Ley de Dios, impresa en el corazón del hombre desde su nacimiento, dice: “Matarás”.
Las cartas de Satán desde la Tierra. Carta X.

(Pàg. 99)

(...) La primera casa se cayó de vieja, aunque muchos la visitan con respeto y a ninguno se le permite dañarla. Pero llegan muchos necios, extraños de otros lugares con la vana costumbre de grabar en la piedra sus nombres junto al del remoto lugar del que proceden, lo cual es una simpleza que tacha de cretino a quien lo hace.
Los apuntes de la familia de Adán. El diario de Matusalén. Día decimo octavo.

(Pàg. 101)

(...) Qué cargantes son estas gentes amargadas, desdentadas y viejas que viven sin otro motivo, parece ser, que restregarle a uno por las narices las maravillas sobrestimadas de unos tiempos olvidados que nadie más que ellos recuerda. La ancianidad tiene sus encantos, pero éste no es uno de ellos. (...).
Los apuntes de la familia de Adán. El diario de Matusalén. Día vigésimo cuarto.

(Pàg. 151)

“¿(...) Qué es la vida de un alma noble o diez mil almas nobles, comparada con quince dólares del puño agarrado del hombre blanco más tacaño que jamás haya pisado la faz de la tierra?”
Y era cierto. Y Abraham, llorando, vació de contenido su seno y lo etiquetó con la elocuente inscripción de Reservado; y Pedro, llorando, dijo” Se le recibirá con una procesión de antorchas cuando venga”. Entonces retumbó el cielo entero y todos se alegraron de que usted vaya a ir allí. Y en el infierno se alegraron también.
Carta desde el Cielo.

::: Què en penso...
A Los escritos irreverentes Mark Twain usa tota la seva manya per criticar de forma ferotge alguns dels mites fundacionals del cristianisme, mitjançant relats que adopten diverses forma.

En destaca l’anomenat Las cartas de Satán desde la Tierra. El relat ocupa bona part del llibre i -amb diferència- és el relat més brillant del mateix doncs Mark Twain no censura gens el seu blasme contra la irracionalitat religiosa.

Bàsicament és un plec epistolar que Satanàs envia als seus col·legues Gabriel i Miquel mentre visita la Terra i on descriu allò que veu als dos arcàngels, afegint-hi també comentaris i pensaments sobre el contrasentit que sembla dominar el raciocini de la raça humana.

Els textos de Twain estan plens de sarcasme sobre la credulitat excessiva de l'humà, però també sobre la seva hipocresia i sobre la manca de reflexió davant de certs postulats religiosos.

De totes maneres cal no deixar-se guanyar fàcilment per aquest aspecte crític. El lector atent és possible que detecti la preocupació primigènia de Mark Twain, aquella per la que l’autor posa negre sobre blanc els estralls que la manca de sentit comú genera entre la humanitat.

Però Twain no només fixa la mirada en l'home. També en el seu creador: el déu cristià. I ho fa sobretot a partir dels episodis més foscos de l'Antic Testament, on es retrata com un déu colèric, venjatiu i cruel, en definitiva, un déu assassí.

Així doncs Twain qüestiona sense por doncs les característiques més bàsiques que formen la raça humana tot preguntant-se si som una raça prou racional o si, pel contrari, estem sotmesos encara a una por tel·lúrica que anul·la la nostra intel·ligència grupal.

A banda, el volum també recull altres relats que completen el retrat mordaç que forma el tema del llibre. Comparat amb Les cartes de Satan des de la Terra  aquests relats canvien la intensitat satírica per la humorística. I a parer meu surten perdent. 

En concret són els diaris escrits per diferents personatges bíblics -Matusalem, Eva, Sem- i es caracteritzen per un humor absurd i el relat breu Cartes des del cel, una mena de vodevil sobre la burocratització del cel i la funcionarització dels àngels..

Tot plegat Twain ens ofereix una proposta tant agosarada que fins i tot llegida avui pot ferir alguna mentalitat. I és que la caricaturització de la religió malauradament sembla que sempre hagi de crear gresca.

::: Altres n'han dit...
La mirada de Tirèsies, El racó de la paraula, Deborah libros, Escritos de un hereje, Lecturas, yantares y otros placeres, La antigua Biblos, Revista Opinión - Paper Blog (M. Merino), Tiefe Mitternacht.

::: Enllaços...
Mark Twain, context, publicat anys després de la seva mort, crític però potser en el fons no tant....

::: Llegeix-lo...
Anglès (html, html) 

::: Escolta'l...
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