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El profesor A. Dońda - Stanislaw Lem


"La computarización le retorcerá el cuello a la civilización, pero eso sí, con suavidad..."





Lem, Stanislaw. El profesor A. Dońda.
Madrid: Impedimenta, 2021


Profesor A. Dońda. Traducció de Abel Murcia i Katarzyna Moloniewicz.



::: Què en diu l’editorial...
El profesor A. Dónda, inédita hasta ahora en castellano, es una novela satírica de ciencia ficción apocalíptica magistral, una joya literaria, una amarga farsa sobre nuestra civilización que aparece en plena celebración del Centenario Lem.

::: Com comença...
Estoy grabando estas palabras en unas tablillas de arcilla enfrente de mi cueva. Siempre me ha interesado saber cómo lo hacían los babilonios, aunque no imaginé que un día tendría que intentarlo yo también.

::: Moments...
(Pàg. 27)
El profesor Dońda vino al mundo gracias a una serie de errores. Su padre era una mestiza de la tribu de los indicios navajos; madres, en cambio, tuvo dos y pico, concretamente una rusa blanca, una piel roja negra y, finalmente, Miss Aileen Seabury, una cuáquera que lo trajo al mundo después de siete días de embarazo en circunstancias difíciles, ya que fue a bordo de un submarino que se estaba yendo a pique.

(Pàg. 47)
(...) no tenía yo mucha prisa en volver a Europa. Prefería esperar a que las aguas se calmaran. En nuestros días es algo que no resulta difícil, porque los acontecimientos se suceden de forma constante y arrojan al olvido lo que un día antes resultaba ser un notición.

(Pàg. 54)
(...) fue el encargado de realizar la solemne inauguración del Banco de la Corrupción, en el que cualquier empresario, con tal de que fuera fiable, podía recibir un préstamo a largo plazo para sobornos, si la dirección consideraba que sus objetivos coincidían con los del Estado.

(Pàg. 56)
(...) de vez en cuando, por la irrupción de la policía, que encerraba a todo el mundo sin ningún tipo de investigación o interrogatorio, porque la justicia partía de la idea de que, fuera como fuera, todos eran culpables y no valía la pena perder el tiempo en establecer la gravedad de los delitos.

(Pàg. 63)
Poco a poco fuimos reuniendo en bancos de memoria cuatrocientos noventa billones de bits de magia, lo que trasladado a categorías svarnéticas equivalía a veinte teragigamagemos.

(Pàg. 65)
(...) la información no es ni materia ni energía, pero está claro que existe. Por lo tanto, debería tener masa. Empecé a pensar en eso cuando formulé la ley de Dońda. Porque ¿qué significa que una cantidad de información infinita puede funcionar de forma directa, sin necesidad de ningún aparato? Significa que una enormidad de información se manifiesta directamente. Es la conclusión a la que llegué, pero ignoraba la fórmula de equivalencia. ¿Por qué me miras así? Es muy simple, ignoraba cuánto pesa la información.

(Pàg. 72)
- ¡(...) De la información nació el Cosmos!
- ¿De verdad cree eso, profesor?
- Resulta imposible demostrarlo, pero todo concuerda con la ley de Dońda. No, no creo que se tratara de Dios. Pero está claro que alguien lo hizo en la fase anterior, quizá un conjunto de civilizaciones que estallaron a la vez, como lo hacen a veces un cúmulo de supernovas..., y ahora nos toca a nosotros. La computarización le retorcerá el cuello a la civilización, pero eso sí, con suavidad...

(Pàg. 73)
(...) una noche fui incapaz de reprimir unas amargas palabras. Le eché en cara al profesor que hubiera sido él mismo quien se había puesto la máscara de bufón y, oculto tras la fachada del chamanismo, hubiera sido él mismo quien hubiera ridiculizado sus investigaciones.

(Pàg. 74)
¿(...) Qué hice? ¿La máscara de bufón, un razonamiento aparente? Tienes razón, si me equivoqué, fue solo porque infravaloré la estupidez de la sabiduría reinante de hoy. En nuestra época, la de los envoltorios, lo que cuenta es la etiqueta y no el contenido...

(Pàg. 78)
¡Cuántas bibliotecas fueron computarizadas en la última década! Y de repente, de las cintas, de los cristales, de los escudos de ferrita, de los criotrones, en una fracción de segundo todo aquel océano de sabiduría se evaporó. Oí las voces agitadas de los locutores. La caída no fue igual de dolorosa para todos. Cuanto más alto había llegado alguien en la escalera del progreso, más estrepitosamente se desplomó.
En el Tercer Mundo, tras un shock que no duró mucho tiempo, se desató la euforia.

(Pàg. 80)
(...) nadie tenía ganas de ir a ninguna parte, ¿para qué? Ahora a nadie le da vergüenza llamar al turismo de masas “Locura del Hombre Blanco”.

(Pàg. 88)
¿Entonces cómo es que un tipo erróneo, con una carrera profesional casual, envuelto en un entramado de malentendidos africanos, descubrió cómo se había formado el mundo y qué pasaría con él?

(Pàg. 88)
¿Pero qué es una mutación si no una equivocación ciega? Un malentendido entre el progenitor-emisor y el descendiente-receptor. A su imagen y semejanza, si,..., ¡pero en desorden! ¡Sin precisión! Y como no dejaba de estropearse la semejanza, aparecieron los trilobites, los gigantosaurios, las secuoyas, las cabras, los primates y nosotros. De la confluencia de descuidos, tropiezos, y es exactamente lo que había sucedido con mi vida.

(Pàg. 89)
¿Te das cuenta? No valorábamos, querido, el papel histórico del error como Categoría Fundamental de la Existencia. ¡No pienses de forma maniquea! Según esa escuela, Dios crea un orden y Satanás no cesa de ponerle la zancadilla. ¡No es así! Si consigo tabaco, escribo el último capítulo del libro de las génesis filosóficas, es decir, una antología de la Apostasía, o, lo que es lo mismo, la teoría del ser, que se basa en el error, ya que el error se alimenta del error, se transforma en error, el error crea error, hasta que la aleatoriedad se convierte en el Destino del Mundo.

::: Què en penso...
Ara i avui el sobtat desenvolupament de la Intel·ligència Artificial ens porta a pensar que potser ens hem de repensar la tecnologia i les seves capacitats. Fa gairebé una cinquantena d'anys Lem ho va deixar escrit en El professor A. Dońda.

I no va ser gens subtil, ni críptic. Tot i que en un context fictici, va formular que l'excés d'informació conduiria inevitablement la civilització humana a la seva fi. Compte! perquè de fet en un context real actualment l'excés d'informació ens porta a la banalitat, a la mitja veritat i l'ignorar la veritat elemental, bàsica, de coses i fets.

Stanislaw Lem, sempre fidel al deix pessimista que caracteritza la seva obra, ens ofereix un relat breu que a partir de la sàtira, observa i reflexiona sobre diferents realitats: el capitalisme i els països subdesenvolupats, la corrupció administrativa o la falsa meritocràcia acadèmica, per dir-ne algunes.

El professor A. Dońda és doncs un relat constituït a partir d'una successió de disbarats, de confusions, de casualitats gairebé impossibles i sobretot, de l'absurd.  Amb tot, ofereix dues parts ben diferenciades: la política, bàsicament una descripció de com el capitalisme afecta als països subdesenvolupats; i una de tècnica, com els ingents volums d'informació que genera la societat humana acabaran per col·lapsar la civilització.

Lem ens ho explica amb un ritme narratiu ràpìd i acusat, amb una prosa simple i directa. Tot plegat dona tot el protagonisme al missatge i no pas a la forma. Amb tot, tanta senzillesa i tanta rapidesa pesen molt en el lector i ocasionen -almenys a mí- una certa confusió i un distanciament del to general proposat.

D'altra banda, l'exageració, l'humor ridícul i les situacions tant forçades causen que el relat quedi més proper a una comedieta de clatellades (slapstick) que no pas a un relat de ciència ficció. 

S'agraeix la brevetat. Al menys el mal tràngol de llegir un Lem no gaire ben aconseguit es fa més lleu.

::: Altres n'han dit...
Mondo Sonoro (R. Julián), Crónicas literarias, Un libro al día (Koldo CF), Fantasymundo (F.M. Hidalgo), El placer de la lectura, Dentro del Monolito (J. L. Pascual), Anika entre libros, Libros de Cíbola,

::: Enllaços:
Stanislaw Lem.







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