Get Even More Visitors To Your Blog, Upgrade To A Business Listing >>

El Testamento del Estoico - John Galsworthy


"¡(...) Y la gente decía que uno es tán viejo como se siente! ¡Necios! Un hombre es tan viejo como lo son sus brazos y sus piernas, ni un día más joven."








Galsworthy, John. El testamento del estoico.
Madrid: Reino de Cordelia, 2016

A Stoic. Traducció de Susana Carral.
Col·lecció Literatura, 61


::: Què en diu la contraportada...
Sylvanus Heythrop, un anciano que apenas es capaz de ocultar la ruina económica motivada por algún desacierto en las empresas que preside, solo tiene una preocupación: proteger a la viuda de un hijo ilegítimo que él tuvo fuera del matrimonio y que le dejó dos nietos alegres y atractivos en los que el viejo Slvanus se reconoce. Hedonista, egoísta, sardónico y valiente, consciente de que su tiempo tiene las horas contadas, se arriesgará a una compleja maniobra financiera para garantizar el futuro de su nuera, una mujer tan atractiva como frívola. El premio Nobel John Galsworthy, autor de La Saga de los Forsyte, vuelve a demostrar en El testamento del estoico su capacidad para moverse con la misma facilidad en novelas río y en distancias más cortas, en las que logra una intensidad que absorbe al lector hasta las últimas páginas del relato. 

::: Com comença...
En la ciudad de Liverpool, un día de enero de 1905, la sala de juntas de la Compañía Naviera de las Islas descansaba –por decirlo así- tras los esfuerzos de la tarde. La mesa alargada aún estaba cubierta de tinteros, plumas, papel secante y los documentos que seis personas habían olvidado allí: un campo de batalla abandonado por la razón. 

::: Moments...
(Pàg. 30)
Nacido a principios de la década de los veinte del siglo XIX, Sylvanus Heythrop, tras una formación repelta de correrías tanto en la escuela como después, había ido a parar a ese Londres sencillo de finales d elos cuarenta en el que dominaban el clarete, la ópera y el ocho por ciento de interés. Antes de los treinta ya era socio de su compañía naviera y navegaba con la escota siempre mojada  y a favor de la marea: bailarinas, clarete, Viuda de Clicquot y juegos de naipes; carruaje con lacayo y viajes; en definitiva, esa deliciosa sensación de la primera época victoriana que consistía en dedicarse a disfrutar (...). 

(Pàg. 39) 
El anciano Heythrop asintió con la cabeza. Aquel joven les provocaba aversión. Representaba toda la mediocridad autocomplaciente y estrecha de miras de aquella nueva generación: tipos elegantes cortados por el mismo patrón, de esos que solo toman un sorbo o un bocado para probar, faltos de instinto o talento, que ni siquiera tienen vicios. 

(Pàg. 63)
Pensándolo bien, ¡una junta general era un espectáculo de los más divertido! ¡Único! Entre ochenta y cien hombres – y cinco mujeres- reuniodos por pura devoción a su dinero. ¿Podía existir algún otro acto en el mundo tan leal?

(Pàg. 83)
Hay habitaciones que se niegan a delatar a sus propietarios y otras que parecen decir: “De verdad que son así”. La sala de Rosamund Larne era de esas, una especie de confesión permanente que parecía comentar a quien entrase: “¿Su gusto? Ya lo ve, alegre y exuberante. ¿Sus constumbres? Sí, se pasa toda la mañana aquí sentada en bata, fumando y dejando caer gotas de tinta por ahí, tenga la bondad de fijarse en mi alfombra. Observe el piano, tiene aspecto de ir y venir según diga el fisco. Las acuarelas que adornan las paredes también están seguras, las ha pintado ella. Repare en el olor a mimosas, le gustan las flores y más las de aroma fuerte. No hay reloj, por supuesto (...).”

(Pàg. 90)
¡Aquel joven estaba loco de amor, de eso no cabía duda! En la mirada de aquellos ojos de mocoso había algo que casi resultaba conmovedor. Y pensó: “¡Qué suerte! ¡Ya me gustaría tener su edad!”. ¡Qué terrible injusticia la de contar con un cuerpo viejo e incapaz cuando el deseo de diversión no ha disminuido!¡Y la gente decía que uno es tán viejo como se siente! ¡Necios! Un hombre es tan viejo como lo Son Sus Brazos y sus piernas, ni un día más joven. 

(Pàg. 91)
- (...) ¡Qué horrible es el dinero, tutor!
- Horrible es no tenerlo.
- No, es espantoso de todas formas. Ojalá fuéramos como los pájaros... o pudiésemos dejar fuera un plato por las noches y por la mañana encontrarlo lleno con lo necesario para todo el día.
El anciano Heythrop suspiró.
Solo hay una cosa importante en la vida: la independencia. Si la pierdes, lo pierdes todo. Ese es el valor del dinero (...). 

(Pàg. 138)
Nunca se había sentido interesado por la Naturaleza: los hombres de cuello corto pocas veces lo hacen.

(Pàg. 139)
¡No! ¡No! ¡No! ¡Carpe diem! Mientras se tenga vida, hay que aprovecharla. Y ahora que había asegurado, dentro de sus posibilidades, el provenir de aquellos jóvenes, su vida ya solo le servía de algo a él. Prefería irse pronto si dejaba de disfrutar lo que le quedaba o si perdía la capacidad de decir: “¡Haré esto y lo otro, por más que insistan!”. Lo mejor era mantener el tipo hasta el final y luego cortar por lo sano. 

(Pàg. 143)
Algunos decían que la única etapa feliz de la vida es cuando no tenemos pasiones, nada que esperar ni por lo que vivir. Pero ¿se alcanza de verdad aquella etapa alguna vez?

(Pàg. 161)
(...) abrió el cajón de arriba. No contenía gran cosa, solo alguno papeles relacionados con sus empresas y un listado de sus deudas; ni siquiera había una copia de su testamento: no había testado, ¡no tenía nada que dejar!; tampoco había cartas, nunca las conservaba; media docena de facturas, unos cuantos recibos y la notita rosa con el nomeolvides azul. Esos era todo. Un árbol viejo deja de dar hojas y sus raíces se secan antes de que el viento lo haga caer; un hombre viejo va perdiendo su vida poco a poco hasta que se queda solo en plena noche.

::: Què en penso...
El testament de l’estoic és un d’aquells títols que, malgrat estar eclipsat en la considerable obra de Galsworthy, demostra el mestratge i bon fer d’un autor caracteritzat per una narrativa academicista, sí, però precisa i eficaç.

I és que l’argument de El testament de l’estoic, nouvelle publicada el 1918 conjuntament amb altres quatre narracions, no necesita més que una prosa pulcra i eficient, i un narrador conscient de la seva tasca. D'aquesta manera Galsworthy mostra la seva solvència en narrar el relat d’un vell home de negocis anglès que, conscient del final dels seus dies, manega de manera poc ètica -però força eficaç- les seves darreres voluntats.

Aquesta capa narrativa es caracteritza pel seu dinamisme, forjat a partir d’uns diàlegs fluïts i eficaços però també per uns personatges en constant moviment i ocupats, ara en discursos impetuosos, ara en confidències seductores; uns, atrafegats en dissenyar manipulacions i altres, en aigualir-les; però tots plegats, perduts en un egoisme desenfrenat.

Temàticament, tota aquesta efervescència narrativa es resumeix en una visió entre agra i crítica de la societat mitja-alta anglesa de final de segle XIX. John Galsworthy ho fa des de dos punts de vista: l’argument crematístic (mesquinesa i avarícia com a motor de les pulsions més bàsiques) i l’argument generacional (que no és altra que el tòpic del tempus fugit, la recança per l’envelliment).

Amb tot, i malgrat el desenllaç gens sorprenent, el relat ens ofereix diferents moments memorables. En destaco sobretot l’escena del sopar amb el que conclueix la història. D'una banda,  l'escena -amb un únic personatge- és amarada de referències sensorials (gust, olor, tacte) i de descripcions força físiques;  de l’altra, el narrador omnisicient es centra de forma força vívida en els pensaments finals del protagonista.

En resum, amb El testament de l’estoic John Galsworthy aconsegueix entretenir però també torbar, tot plantejant al lector una sèrie de dubtes sobre la ètica i la integritat d'uns personatges que desperten comprensió i afecte, a la vegada que recança i cert ressentiment. L'he trobat una lectura força perspicaç.

::: Altres n'han dit...
Solodelibros (Sr. Molina).

::: Enllaços:
John Galsworthy, l'estil.

::: Llegeix-lo:
Anglès (html)
Anglès (facsímil Ed. W. Heineman. Londres, 1918)
Anglès (facsímil Ed. Charles Scribner's Sons. Nova York, 1919)

::: Escolta'l:
Anglès (mp3)



This post first appeared on Lleixes, please read the originial post: here

Share the post

El Testamento del Estoico - John Galsworthy

×

Subscribe to Lleixes

Get updates delivered right to your inbox!

Thank you for your subscription

×