Durante doscientos años la magia inglesa ha languidecido. Ha pasado de ser una profesión de grandes hombres que realizaban grandes hazañas a grandes hombres que, bueno, leen grandes libros. Hoy en días los magos de la Inglaterra victoriana son todos eruditos teóricos incapaces de lanzar un conjuro.
Sin embargo, apartado de todos las sociedades mágicas de Inglaterra está el señor Norrell, un hombre de unos cincuenta años que ha pasado su vida acumulando libros. Libros antiguos. Libros de magia. Pero a diferencia de otros magos, él sí es capaz de usar la magia y ha estado esperando el momento para ir a Londres y restaurar el prestigio de la magia inglesa.
Una vez develado el hecho de que Inglaterra vuelve a tener un mago, todos en los círculos importantes de Londres desean ver al señor Norrell. Los rumores sobre su apariencia son disparatados hasta el punto de convertirse en decepcionantes cuando se encuentran con este hombrecillo que se niega a hacer magia para entretener invitados. Aunque no todo está perdido, Norrell es el primer mago, pero no el único. Pronto tendrán entre ellos al joven Jonathan Strange, pero para ese momento tendrán que esperar un poco.
Confieso que no tenía intenciones de leer Jonathan Strange y Mr. Norrell en el futuro cercano, muy largo y ando cansado de la ambientación victoriana. Pero en fin de año leí Piranesi y se que es una mala costumbre mía de leerme los últimos libros de los autores que no me animan y tienen buenas críticas. Pero después de Jhereg, de Steven Brust, quería algo largo que leer y esta novela es una de la más extensas que puedes encontrar en el mercado.
Jonathan Strange y Mr. Norrell es una novela que tiene todos los elementos de sus equivalentes victorianas, a las cuales la autora imita en estilo y estructura de la trama. Algo que para mi significó un inicio muy lento, dándote el contexto del resurgimiento de la magia inglesa de la mano de Mr. Norrell, un personaje bastante antipático, acaparador de libros mágicos y el único hombre que, por ahora, puede hacer magia.
La novela levanta con la entrada en escena de Jonathan Strange, vivaz, campestre y animado. Eso es más o menos después de 200 páginas. Por puro contraste con Norrell, Strange es un personaje que te cautiva y quieres seguir leyendo. Mientras que la trama comienza a complicarse, Norrell promete algo que no le pertenecía, tenemos un duende, a Napoleón, casamientos, un mayordomo negro que está destinado a ser rey, un mago callejero que porta la profecía del mayor mago de la historia y una disputa enconada sobre el Rey Cuervo.
Sin dar spoilers debo confesar que la historia me fue enganchando más y más, hasta el punto de que cuando me quedaba el 20% del libro y vi que era medianoche decidí terminarlo. Oro puro, eso sí fue intensidad y dramatismo y valió la pena estar durmiéndome en el trabajo al otro día. El final decae, pero por lo que leí después es que esta novela era la primera de varias. Sin embargo, no hubo más, Susanna Clarke sufrió de una enfermedad que le impidió completar cualquier otro proyecto literario hasta Piranesi en 2022.
El árbol habla a la piedra; la piedra habla al agua y con esta frase críptica que sólo tendrá sentido si leen la novela, los invito a considerar esta impresionante historia de Susanna Clarke.
Descargar: Jonathan Strange y Mr. Norrell, Susanna Clarke
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