Incrementar las Apuestas es una técnica común que usan los escritores cuando preparan sus historias para el clímax. Si no funciona, las cosas serán mucho peores de lo que pensamos.

Funciona muy bien cuando leemos, pero es mucho menos divertido cuando sucede en una historia donde eres el protagonista.

Recuerdo de manera clara este cuento que escribí hace años y que se desintegró debido a que incrementé las apuestas conmigo mismo.

Solía vivir cerca de un cementerio inmenso. Al lado, el cementerio tenía un parque igual de grande con una pequeña población de periquitos verdes. Se desplazaban en grupos de árbol en árbol. Su canto era imposible de confundir y también eran muy divertidos de observar.

Un día de enero daba una caminata por el parque y tuve la idea para una historia que incluía el parque, el cementerio y, lo más importante, los periquitos.

Se suponía que sería un cuento. No más de dos o tres escenas. Una especie de descenso en la miseria con un giro al final. Estaba particularmente orgulloso del giro.

Comencé a escribir la historia tan pronto como llegué a casa. Un par de cientos de palabras más tarde, mi mente comenzó a preguntarse a cuál revista debería enviar el cuento cuando estuviera terminado. Hice algo de investigación y estaba muy excitado por ello: error enorme.

Lo que siguió a continuación fue una batalla agonizante con cada oración que duró semanas. No podía terminar la historia. Nada de lo que escribía era lo suficientemente bueno. Regresaba a editar los detalles más irrelevantes hasta que comencé a odiar todo el proyecto.

Lo que podría haber sido un par de tardes entretenidas trabajando por diversión en un cuento se convirtió en una verdadera pesadilla debido a un resultado imaginario.

Pensar sobre enviar la historia a las revistas incrementó las apuestas. Me hizo pensar que tendría algo que perder. Ya no estaba escribiendo una historia tonta por diversión. Estaba creando una gran obra de arte que tendría que abrirse paso fuera del montón de manuscritos y resistir la mirada nada comprometedora de los editores de esas publicaciones. Era absolutamente esencial evitar a toda costa los adverbios.

Después de semanas agonizando, terminé el borrador y la archivé. Qué desperdicio. Sin embargo, he aprendido mi lección. Nunca pienso sobre la publicación cuando escribo una historia. Quiero escribir algo que me guste. Algunas veces funciona. Otras veces no.

Hoy en día, simplemente soy fan de crear el primer borrador. Sé que tiendo a pensar las cosas e investigar demasiado. Entonces me atasco con ideas que, en primer lugar, ni siquiera eran tan grandiosas.

No incrementes las apuestas

A menudo la mejor obra es el resultado de experimentar y asumir riesgos. Al apegarte demasiado a un resultado imaginario que está fuera de tu control, experimentarás menos y asumirás menos riesgos. En última instancia, esto te estancará y evitará que lo logres.

Escribe para disfrutarlo. De otra manera, ¿cuál es el punto?

Nota del traductor: Esta fue el último artículo que escribió Radek. Ha seguido con su blog y ahora está más centrado en su aplicación y subir frases motivacionales para escritores. Ha sido un gusto traducirlo y, si algún día vuelve a publicarlos, los traduciré por acá. Si quieres seguirlo, te recomiendo que lo sigas en su blog de Tumblr, cuyo enlace está tres párrafos debajo.

Hola, soy Radek . Soy escritor, ingeniero de software y fundador de Writing Analytics —un editor y rastreador de escritura diseñado para ayudarte a derrotar el bloqueo de escritor y crear una rutina de escritura sostenible.

Traductor: José Alejandro Cantallops Vázquez

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